Necesitamos
la Ficción para comprender lo Cotidiano.
Pocas cosas definen mejor nuestros conflictos innatos que la lucha entre
los héroes –en los que encarnamos nuestros ideales– y villanos –sobre los que
descarnamos nuestras frustraciones– que pueblan muchas de sus páginas.
Atrapados entre la Realidad y el Deseo, nos figuramos en Jekyll y nos desfiguramos en Hyde,
sabedores de que a donde no nos lleve el cerebro de Banner nos impulsará la
musculatura de Hulk.
Allá
por 1977, un británico –David Bowie–
nos cantaba que todos podemos ser héroes, aunque sólo sea por un día.
En
ese año, muchos españoles se convertían en antihéroes que dejaban atrás las
villanías de una dictadura derrotada –sin actos de venganza– en las primeras elecciones
generales en 41 años.
A
algunos se nos olvidó pronto, muchos quizá lo desconozcan, lo que supuso esa
lucha pacífica por la Libertad frente a las porras de “los grises” y las mentes
grises de los censores. 1977 fue el año del regreso de la libertad de prensa,
pero también fue una época de opresión vital; en la que el desempleo laboral,
el desarraigo social y la atrofia institucional acechaban a nuestros padres cada
mañana, al igual que nos agarrotan ahora.
Allá
por 1977, algunas cosas empezaron a cambiar para mejor; entre ellas la
situación del mundo de la Historieta en España. Y bastantes de esas mejoras se
debieron al tesón y la pasión por su trabajo mostrados por Josep Toutain.
Primero a través de su agencia de representación de
dibujantes e ilustradores –Selecciones Ilustradas– creada en 1956 junto al
editor Antonio Ayné Arnau
–copropietario de la editorial Toray–; luego, mediante su propia editorial
–Toutain Editor– inaugurada en 1973 con la publicación de Shock, por Alfons Figueras; obra que recopilaba
contraportadas o páginas interiores recogidas en la revista antológica “Dossier
Negro” durante su etapa en Ibero Mundial de Ediciones.
A lo largo de estos días iré compartiendo, de manera serializada en catorce entregas, mi artículo De tebeos para niños a cómics para adultos, publicado en las cuatro primeras entregas de la revista “Zander Magazine” dentro de mi sección “Continuará...”
ResponderEliminarAprendiendo. No sabía que la historieta en España empezó a cambiar para mejor; pero es normal, la represión no es buena para nada.
ResponderEliminarMuchos besos, Nino. Estoy segura que tu novela será todo un éxito.
Buenos días, Carmen:
EliminarSí, con la muerte de franco no sólo llegó la libertad de expresión (adiós censurar previa, hola censura económica), también se desarrollaron leyes tan fundamentales para los creadores como la de derechos de autor (ésta con un desarrollo muy lento eso sí que, por ejemplo, llevó a que Francisco Ibáñez perdiera sus personajes a favor de Editorial Bruguera)
Gracias por tus buenos augurios para “Buscando el olvido”, por voz de mi personaje hago mención al mundo de la Historieta en sus páginas.
Un abrazo, Carmen.
Necesitamos volver a ser niños, para comprender a los adultos, y viceversa, y qué mejor para comprenderlo desde las historietas de cómics.
ResponderEliminarSiempre me encantaron los tebeos, era mi hobby de niña, gracias por acercarnos a la niñez con tus cómics.
Un beso.
Buenos días, María:
EliminarSí, muchas veces es necesario recuperar la inocencia de la niñez para afrontar lo cotidiano; y hacerlo con ilusión de quien ve en el subirse al autobús para ir al hospital, la oportunidad de que una enfermera pelirroja le ausculte un corazón que ha vuelto a latir tras verla.
Pero no todos tenemos esa capacidad para invocar el olvido al capricho de nuestra voluntad, sois pocos quienes podéis trasmitir la ilusión por lo nuevo en lo cotidiano. Por eso es una suerte leerte, María. Bueno, yo más bien diría que es una necesidad.