En la edición digital del diario “El país” podemos leer una interesante entrevista de BernardoMarín a Richard Blair –hijo de George Orwell y patrón de la “OrwellSociety”–.
Más allá de las interesantes reflexiones sobre nuestro acercamiento social al que se fantasea en la distopía «1984», encuentro muy interesante esta cita de las seis reglas de Orwellpara escribir con claridad:
“No usar una metáfora o símil que estés acostumbrado a leer [los lugares comunes]; no usar una palabra larga pudiendo usar una corta; si sobra una palabra, elimínala; no uses la voz pasiva pudiendo usar la activa; no uses un término extranjero o científico pudiendo usar una palabra de uso cotidiano; y rompe todas estas reglas antes de escribir algo que esté fuera de lugar”. Y concluye con la definición de libertad que hizo su padre: “Libertad es poder decir algo que los demás no quieren oír”.
Para leer la totalidad de la entrevista sólo tienes que pulsar aquí.
Orwell nos puso en evidencia en su 1984, ese mundo de hoy controlado, y bajo la batuta de El gran hermano. A pesar de su clarividencia literaria de ese mundo que maniata sutilmente, hoy hacemos que el control se intensifique, en las mismas tecnologías: radio, televisión, internet, celulares. Ye wikiliki puso en evidencia, ese contro de la CIA, entrando a nuestra intimidad por televisión, computadores y radio. Un abrazo, Nino.Carlos
ResponderEliminarBuenos días, Carlos:
EliminarGracias por tu reflexión comentada.
Me preocupa el rumbo hacia la deshumanización que ha emprendido nuestra sociedad. La facilidad con la que sacrificamos nuestra individualidad a cambio de la recompensa vacía de un “clic” en las redes sociales. La falsa sensación de gloria que asociamos a la vulgaridad de exhibir lo mundano de nuestras vidas. La docilidad que mostramos antes los poderes económicos que nos “sugieren” qué debe estar presente en nuestras vidas.
Vivimos en un mundo de pensamiento único que resultaba impensable a principios de los años 80, cuando leí “1984” y la entendí como una distopía que reflexionaba sobre el pasado y el peligro que conllevan las ideologías autoritarias. En este presente, en el que la autoridad no la propugnan ideologías, sino tendencias, pensar en el futuro es algo desolador, pues nuestras vidas no tendrán el valor que acumulen sus vivencias, sino el tamaño de nuestro archivo digital.
Un abrazo, compañero Carlos.