Frente
a los cobardes y su terror, mi respuesta es seguir viviendo con esperanza.
Me
fascina la belleza, a medida que tengo la suerte de envejecer más la aprecio en su esencia. Hace
años nunca me habría parado a mirar a una pareja acaramelada de ancianos, o a un niño sonreirme. Ahora observo estos actos cotidianos de belleza y siento
que, pese a las pesadillas cotidianas, la vida tiene fases de sueño tranquilo.
El
mundo onírico se basa en una suspensión de la Realidad, nuestras ilusiones
“esperanzantes” se sitúan sobre la Realidad grávida, y nos conducen a la
revolución surrealista en la que lo que sentimos llega a derrotar la dictadura
de lo que admitimos: no hay mejor ideario revolucionario que el de ser uno
mismo y no quien se espera que seas.
Me
fascina la belleza que refleja el realizador David Lynch, su capacidad para imaginar fases de sueños tranquilos.
En la actual tercera temporada de la teleserie Twin Peaks – producción
cocreada por Lynch junto a Mark Frost–, el director retoma su
personaje de Gordon Cole: un agente del orden que es fiel al desorden sensorial
que nos invade ante la belleza.
En
el decimocuarto episodio de esta temporada, Gordon Cole cita la frase procedente
de los textos de los Vedas hindúes “Somos
como el soñador que sueña y luego vive dentro del sueño” dentro de la
evocación de su nuevo sueño con la ensoñadora Monica Bellucci.
Aquí
os dejo una captura de esta secuencia evocadora
Y ésta
es mi traducción apurada, casi dadaísta, de la mayor parte de la evocación del
sueño.
“(...) Y anoche tuve otro sueño con Monica Bellucci. Estaba en París en un
caso. Monica me llamó y me pidió que
nos viéramos en un café en concreto. Dijo que necesitaba hablar conmigo. Cuando
nos vimos en el café Cooper estaba ahí; pero no pude ver su cara. Monica fue muy agradable. Vino
acompañada de amigos. Compartimos un café. Y luego pronunció la frase
ancestral: ‘Somos como el soñador que
sueña y luego vive dentro del sueño’. Le dije que lo entendía. Y entonces recalcó:
‘Pero, ¿quién es el soñador?’”. Una
sensación inquietante y arrebatadora se apoderó de mí. Mónica echó un vistazo rápido y me indicó que me girara para ver
algo que estaba pasando. Me giré para verme tal y como yo era hace mucho
tiempo, en la antigua oficina de Filadelfia, mientras escucha a Cooper decirme
lo preocupado que estaba por un sueño recurrente (…)”
Justo
en ese momento asistimos a una imagen de la película de Lynch: Fuego camina conmigo.
Cuando
recuerdo mis sueños, me evoco soñando un sueño –normalmente proyectado como una
película en una sala de cine en la que soy el único espectador–. Cuando revivo
mis sueños, me siento lleno de vida e ilusión.
You may say I'm a dreamer, but I'm not the only one.
I hope someday you'll join us, and the world will live
as one.
Extracto
de la letra de la canción Imagine, de John Lennon.
Mantener
viva la ilusión individual en una coexistencia plural, donde se respete al
diferente y al débil, ésa es nuestra victoria frente al horror del pensamiento
único.
Gracias,
amigo lector, por ayudarme a mantener vivo mi sueño de ensoñarme como un
escritor.
Gracias a ti por alimentar el nuestro, amigo Nino.
ResponderEliminarMil besitos y feliz noche.
Buenas tardes, Auroratris:
EliminarSoy yo quien debe agradecerte la cordialidad de tus comentarios.
Al leernos realimentamos nuestros sueños con las ilusiones que otros escriben y que ensoñamos como propias.
Feliz semana, Auroratris.
¿Que mejor con un sueño con Mónica Bellucci? Creo que que ella esté en la vigilia.
ResponderEliminarPero en esa serie, la diferencia entre lo onírico y la vigilia es algo difusa. Y se justifica romper esos límites por ella.
Saludos.
Buenas tardes, Demiurgo:
EliminarMónica Bellucci está en la vigilia y hasta en los poemas de Virgilio, pues ella es la Venus que protege a Eneas. La Belleza es eterna, permutable en sus encarnaciones pero inmutable en su estímulo.
Twin Peaks es sin duda una serie difusa en sus manifestaciones y etérea en su narrativa, quizá éstas son las razones de mi debilidad ante cada episodio que me absorbe la atención como lo hace colgarme de la comisura de una sonrisa o del balcón de un escote.
La Belleza viene y enloquezco.
Un abrazo, compañero.
Gracias por soñar y revivir tus sueños, Nino. Besos.
ResponderEliminarGracias a ti Ángela por permitir que nuestras ilusiones convivan cada vez que tus relecturas dan sentir a mis meras palabras.
EliminarFeliz domingo.
Sin la belleza y sin los sueños, este mundo se hubiese terminado hace rato.
ResponderEliminarSin esa combinación no hubiese existido "Las Ruinas Circulares" ni "el Gólem" ni todo lo más importante.
Abrazo Nino!
Buenas tardes, Frodo:
EliminarLa Belleza no da razón a este mundo, eso lo hacen las estadísticas, pero sí que da sentido a nuestras vidas. No sé si nuestro existir es resultado de una casualidad sideral, o de un capricho divino; pero sí que tengo claro que la Belleza es un estímulo humano: la vida, si no tiene la desgracia de convertirse en un sobrevivir a lo sufrido, es una búsqueda de la Belleza.
Por lo que recuerdo, Borges establece en estos relatos que mencionas una reflexión sinuosa sobre el proceso de creación literaria. Creo que me conviene volver a leerlos y esta vez hacerlos con atención; pues en mis años de joven airado encontraba especial belleza en la expresión de extrañeza de quien me escuchaba airear mi pereza ante Borges, Lorca y Márquez (los autores en español que más leía mi generación)
Un abrazo dominical, Frodo.