Sueños
húmedos
Alfonso Azpiri
Volumen único. Norma
Lejos está la gloriosa época en la que
el curso de la historieta española, venía marcado por los viriles aconteceres
de masculinos personajes como Purk, El Cachorro o las lúcidamente misóginas
peripecias de Roberto Alcazar y Pedrín, sabedores de que el único amor femenino
auténtico es el de una madre.
Aquellos eran tebeos que uno podía
llevar a su hogar y permitir que sus tiernos infantes se enfrascasen en la
lectura de aventuras y hazañas imaginarias; por supuesto sin compartir esa
infantil costumbre, pues para aventuras y hazañas reales estaban las del Real
Madrid. En aquellos tiempos, las viñetas trasmitían el reflejo de la organización
social perfecta: la mujer en casa, cuidando de los retoños y rezando por la
vuelta exitosa a casa de un marido ocupado en la salvaguarda de la Cultura
Occidental, enfrentándose a moros, judíos y demás herejes masónicos.
Por desgracia esos valores se han perdido. Estoy seguro
de que todo comenzó con los dibujos de ese tal Ambrós –que por algo
había sido republicano–, que con sus Sigrids y Zoraidas mostraba a mujeres
inteligentes, independientes y guapísimas. ¡Qué afrenta el que un caballero
cristiano como El Capitán Trueno no se enamorara de mujer de castizo nombre y
católica formación, y cayera prendado de una sílfide pagana!
El caso es que uno compró este álbum, Sueños
húmedos, engañado por la pérfida publicidad que hablaba de historias
ambientadas en el mundo de “Las mil y una noches” o en La Edad Media. “¡Cáspitas!,
pensé, un tebeo de los de antes, se lo regalaré a mi nietito
Marcelinito”. Pero ¡qué me encontré!, os lo intentaré resumir para evitar
que caigáis en el abismo de perdición en que me encuentro. La historia aparece
dividida en cuatro relatos, a cuál más pervertido, todos ellos protagonizados
por esculturales féminas cuya impudicia y lascivia, como menos provoca sonrojo.
La obra recoge elementos que nos recuerdan a otras narraciones: madrastras
celosas de sus hijas, intrigas por conseguir reinos,... . En la primera
historia aparecen referencias a un tal Ali y sus cuarenta viciosos. La segunda
nos recuerda a “La bella y la bestia”; su fetichista amputación final
nos evoca a la película El imperio de
los sentidos. La tercera, un auténtico sueño húmedo futurista, trae a
la memoria aquella canción de Siniestro
Total: “Todos los ahorcados mueren...” . La última narración presenta un
final parecido al de Instinto Básico.
A lo largo de sus 46 páginas el vicioso autor, un tal Azpiri que ni se atreve a firmar con su
nombre completo, no se retrae a la hora de mostrarnos explícitas muestras de
violaciones o relaciones lésbicas. La obra refleja perfectamente el licencioso
carácter sibilino que preconiza el título, gracias a un sensual trazado de la
línea y un onírico uso del color.
Pensándolo bien, no le daré el tebeo a Marcelinín; pues
desde que lo leo antes de acostarme mi Chonchi me llama “Super Viagra”.
Reseña escrita
originalmente el 7-11-1999
Maravilloso Nino.......es de madrugada
ResponderEliminarMañana habrá Eclipse de sol
Un aplauso para vos hoy
Buenas tardes, Mucha:
EliminarRu luz es inmune a cualquier eclipse de tristeza.
Asquí en España el del sol será un eclipse parcial, y se producirá sobre las 21:00.
Feliz lunes, Mucha.
Ahora estoy de vacaciones, pero al volver a León intentaré leer elgo de Azpiri.
ResponderEliminarBesos.
Hola, Ángela:
EliminarConfío en que estés disfrutando de esas vacaciones. Leer a Azpiri conlleva salirse de la rutina y disfrutar de estímulos naturales, la lectura de cualquiera de sus obras manada de vacaciones al desánimo.
Un abrazo, Ángela.
Muy buena promoción, dan ganas de comprar esa historieta.
ResponderEliminarSaludos.
Buenas tardes, Demiurgo:
EliminarGracias por tus palabras de aprecio. Desconozco si la obra de Azpiri está publicada en Argentina.
Un abrazo.
Una mujer como prisionera, tentadora ilustración, aparentemente no muy interesada en escapar. Sugestiva ilustración de tapa.
ResponderEliminarHola de nuevo, Demiurgo:
EliminarAzpiri tenía mucha fuerza como ilustrador, de ahí que usara de manera productiva esta habilidad en las cubiertas de sus obras, ya que sabía que somos muchos los que prejuzgamos un libro por su cubierta-
Gracias por tu compañía, ingenio de Hurlingham.
¿Sabes que el tal Azpiri me engañó a mí también?
ResponderEliminarVaya uno a saber lo que sucederá luego.
Saludos!
J.
Buenas tardes, José:
EliminarSomos legión los “engañados” por Azpiri, ya leo que tú eres uno de ellos, en creer que la realidad árida puede reverdecerse gracias a los sueños húmedos.
Luego sucedió lo que sucede en noches que valen por mil: el muy ladino le susurró a Chonchi “¡SéXamo, ábrete!” y el séXamo de abrió.
Un abrazo, José.
En el N.º 7 de la revista "Zander Magazine" aparece una entrevista que le realicé a Azpiri poco antes de su muerte.
ResponderEliminarhttps://www.tebeosfera.com/numeros/zander_magazine_2013_zander_comics_7.html