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Mis mejores deseos para ti y los tuyos, amable leyente, ahora y siempre

jueves, 12 de octubre de 2017

NINOT Y UN TAROT DE MURCIAH 1/5



La que vas a leer, atento lector, es una deliranza que tuvo en danza a mi persona y a la que mi personaje saca ahora a bailar.



No ha sido mi voluntad, sino un guiño del destino lo que me ha llevado a escribir este relato inexacto de desatinos; y es que, tras una serie de visitas al imprescindible blog del compañero Frodo, volvieron a mí evocaciones de cuando el fantasearme como tarotista constituía la mayor de mis obcecaciones.

Ahora que mis supersticiones se han ido de vacaciones –temo tener el poder fatal de invocar con mi escrituta a la encarnación de la diablura–, me encuentro con ganas de compartir la que llevo aprendida como mejor de las lecciones: la vida es tan azarosa como una partida de naipes; pero no por ello la puedes tirar, como si fuera una carta de tarot.

Descarto los bastos del rencor y las espadas del desamor, barajo los oros de las caricias y las copas de las risas, y en el texto que enlazo a continuación comienzo a desplegar mi interpretación de recuerdos.

15 comentarios:

  1. Por favor: no compréis aún ejemplares en Amazon de «Nada ha sido probado», esperad hasta que anuncie su publicación definitiva. Gracias por vuestro interés.

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  2. Uh que buena introducción 👌

    Y yo soy un proveedor de naipes de Frodo ja... Saludos 🙋

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    1. Hola, JLO:
      Muchas gracias por tus palabras de aprecio.

      Sí, eres un reportero gráfico de lo más rocanroleante.
      ¡Un abrazo, master!

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  3. Me ha encantado leerte. Yo leo el tarot de Balbí, a veces coincide lo que sale y en otras ocasiones... para nada, no se las leo a mucha gente... sólo tres amigas, que como yo, no creemos en que el destino esté en las cartas, pero sí una buena tarde, un café... y las risas aseguradas.

    Mil besitos, amigo Nino.

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    1. Hola, Balbi:
      Encantado de contar con tu encanto lector.
      Yo leía el Tarot de Luis Royo (de hecho, toda mi deliranza empezó por la atracción que despertó en mí el diseño de las cartas)
      Tengo más experiencias con la Cartomancia (como receptor de la adivinación, no como perpetrador del enninamiento); y, curiosamente, una que me echó en la cafetería de la facultad una compañera ha resultado bastante acertada. Al igual que una gitana que me leyó la mano en Lisboa, ¡acertó en todo!
      El destino no está en las cartas, aunque juguemos con él.
      Buen día, con algún café y muchas risas, Auroratris.

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  4. Hola, Nino.
    He leído todo lo enlazado y no me ha resultado largo. Lo he leído con interés.
    Me gusta ese juego de metaforas con los naipes, ese juego de contarle el destino a través de algo que nos presentas como falso.
    Y que se haya terminado y a la vez no terminado. Lo de llamarla aristogata casi que la hace visible.

    Bien escrito.

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    1. Hola, Demiurgo:
      Te agradezco tu lectura tan atenta como prolongada: sé que este tipo de textos no son de gran atractivo, así que veo en tu lectura una muestra de aprecio personal.
      Al principio, emprendí la lectura del tarot como una manera juguetona de pasar nuestro rato a la espera de que me “sorprendiera” proponiéndome compartir la ruta habitual hasta su casa. Pero vi que se creía mis mentiras, por lo que me convertí en un tahúr ventajista.
      Sí, era muy aristogata. Imagino que seguirá siéndolo. Ahora, si me cruzo con ella, no la veo; así que nada puedo decir al respecto.
      Muchas gracias por tu afecto, Demiurgo.

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  5. Un comienzo bueno...sigue muchacho....Un abrazo

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  6. Vengo de hacer un periplo por la tirada de cartas que son tus letras.
    A veces el des(a)tino nos hace vestirnos de coloridas expectativas, y otras el tiempo ratifica o rectifica la prEsencia de eso en lo que un día creímos. Lo que no dudo nunca es que es que cada carta ... incluso las que descansan bajo la manga... nos hacen ceeer y hasta sostienen la fe cuendo invitan a creer.

    Claro está que en este mundo de colores... cada uno se viste y des (a) nuda al ritmo de la duda y las conTracciones.

    Mi abrazo inmenso de luz #Siempre

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    1. Buenas tardes, AtHeNeA:
      Gracias por tu comentario.
      Sí, soy de los que tienden a culpar al destino de las consecuencias de sus desatinos. En el caso de estas peripecias que ahora “carteo”, mi mayor desatino fue el desoír mi instinto: y no es que la aristogata tuviera poderes hipnotizantes, es que yo estaba empeñado en que lo que creía evidente era simple consecuencia de mi carácter ninocéntrico.
      Pero algo bueno tuvo esta historia: aprendí que era capaz de amar incluso en la situación más trágica que había vivido.
      Un abrazo, AtHeNeA.

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  7. Muchas gracias por mencionarme Nino.
    Me ha encantado el desarrollo de las entradas y como las fuiste enlazando, tal cual lo describe el Demiurgo. Está claro que aunque pareciera finalizado es una historia que deja entreabierta la puerta hacia nuevos episodios.
    Pronto hago una nueva entrada de barajas, y ya sabes lo que debes hacer si encontras alguna. Por otro lado, cuando la arme voy a mencionarte y poner un enlace hacia esta página
    Excelente Nino!

    Abrazo!

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    1. Hola, Frodo:
      Soy yo quien debe darte las gracias: no sólo por este nuevo comentario, sino que ante todo por la inspiración que supone siempre el leerte / verte / disfrutarte. Tu blog es siempre un estímulo.
      Esta historia taroteada es una de las muchas histerias que compartí. En esos años, debo admitirlo, fue cuando mi trayectoria vital dio más tumbos. Estaba desorientado, lo que me llevó a recalar en tierras que desde siempre había evitado.
      Espero disfrutar pronto de esa nueva entrada de barajas, compañero Frodo.
      Un fuerte abrazo.
      ¡Rocanrol!

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  8. Nunca entenderé a las personas que depositan su suerte en las cartas, los dados, los astros, la magia, las acciones de la bolsa, o en las promesas políticas, antes que en sus propias acciones. Me resulta sumamente incoherente.

    Saludos,

    J.

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    1. Hola, José:
      Supongo que cuando te sientes vacío, te entregas a cualquier cosa: y lo mismo confías en que tu destino lo decidan unas cartas, que enmarañas tu vida en redes sociales.
      Lo curioso de este caso del adivinador “Ninot”, es que avisé a la autoengañada de que yo no tenía ningún interés por la quiromancia, sino que por su corazón. Es curioso el que, muchas veces, cuando más inverosímil es una situación más nos desvivimos por ella.
      Además, como creo que ya he admitido en este recuerdo carteado, yo acabé portándome como el timador que usa las tiradas de cartas para aprovecharse de la credulidad ajena. Me llama la atención lo creíble que resulto asumiendo papeles de seguridad y control.
      Gracias por esta conversación, José.

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Gracias por tu lectura comentada.

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