Llega el tiempo de difuntos; aunque escribir hace que
siempre sea tiempo de tener presentes a los queridos ausentes, pues al empalabrarlos pasan
de acompañarme en mis recuerdos a estar vivos en mis
fabulaciones.
Creo
que mis textos atestiguan mi regusto por escribir evocaciones que mejoro en
forma de falsos recuerdos –de ahí que las identifique como enninaciones–;
de hecho, rara vez he escrito relatos ambientados en el tiempo que vivo –mis
recuentos suelen ocurrir en la época analógica, no en la digital–.
Creo
que mis
textos están escritos de una forma demasiado viva; redacto más bien de manera
inquieta, de ahí que recurra a la inmediatez de inventarme palabras en lugar de
pararme a pensar cómo escribir lo que siento. De ser más reposado, sería más
comunicativo y mis
textos fabulados empezarían a tener valor literario.
En mis
prisas cometo despistes, que luego no sé corregir por muchas veces que relea
mis textos, pues es como si mi subconsciente hubiera convencido a mi parte
consciente de que ya que altero la realidad, es lógico que altere su grafía.
Pero sé que esas palabras reales existen, pues las encuentro luego en textos de
blogs amigos donde leo lo que a mí me habría gustado saber trasmitir.
Pese
a mis
prisas y despistes, a pesar de mi carácter despegado, hay personas que me
leéis. De hecho, «Nada ha sido probado» continúa en los primeros puestos de ventas en Amazon.
Ésta
valoración ajena me lleva a una constante revisión de mis enninaciones –acabo de subir a Amazon
una versión revisada de la antología–. La relectura de mis textos me resulta fascinante, lo
hago con la curiosidad con la que un enanito juguetón se asomaría al balcón del
escote de Blancanieves. Sin embargo… mi fascinación puede convertirse en una condena
que trasforma la curiosidad en inseguridad, ya que una de mis mayores limitaciones creativas
es la propensión a la recreación constante.
Tengo
planes para mi futuro, y creo saber cómo desarrollar algunos de ellos. En lo
creativo voy a intentar frenar mi impulsividad e intentar abrirme a la
comunicación, de hecho este jueves voy a retomar la participación en las
convocatorias creativas jueveras. Y tengo más planes para
mejorar como persona y escritor. Los iré compartiendo aquí, a su tiempo.
Y es
que llega el tiempo de difuntos, y escribir es uno de los mejores homenajes que
puedo hacer a mis
seres queridos ausentes.
Gracias
por tu compañía, atentolector.
Encantada con tus planes. Nino. Gracias por compartirlos!!
ResponderEliminarHe acabado el libro. Enhorabuena. Ya te cuento mi opinión en un correo.
Besos.
Buenas tardes, Ángela:
EliminarSólo puedo decirte que me ha emocionado el leer tu detenida opinión lectora. Disculpa que no te haya contestado aún. La migraña me impide concentrarme frente al teclado. Además, me apetece corresponderte con una carta escrita a mano, así que voy a salir a pasear para luego escribirte y escanear la carta.
Gracias sinceras, Ángela.
No te pienses mas
ResponderEliminar.Disfrutate a diario.
Disfruta tus maravillosas letras.
Come chocolate hoy y mañana dejate ir
disfrutando los que has logrado
Mi querida Mucha; GRACIAS.
EliminarEl primero que me desaconseja pensar una y otra vez en lo mismo soy yo mismo, mi natural impulsivo es resolutivo; pero lo creo conveniente para mi yo creativo. No estoy a gusto con la manera literaria en la que me comunico, sé que puedo mejorarla y estas enninaciones me ayudan a idear la manera.
¡Me encanta el chocolate! Pero no puedo tomarlo, mis problemas hepáticos lo impiden. ¿qué tal un café cargado y sin azúcar?
Las que se maravillan son mis letras al embellecerlas tu cerebro y apreciarlas tu corazón.
Un fuerte abrazo, Mucha.
Ponele marco a todo lo que haces.Es una manera bonita de decorar el pasado
EliminarBuenos días, Mucha:
EliminarDe nuevo, me regalas un gran consejo.
Gracias, compañera.
Feliz jueves.
Hola, Nino. Me encantan tus planes de proyecto continuo, ¡animo! Porque con ese ánimo tuyo nos contagias a los que te leemos y eso da un "poquito" de felicidad. A mí, como a ti, me da felicidad leer a otros y escribir lo "propio", je (que dirías tu). Ves, eres contagioso...
ResponderEliminarEl tema "difuntos" no le presto demasiada atención, para mí la gente que amo y ya no está, sigue estando en mis recuerdos diarios, así que mientras no sean olvido, no debo preocuparme.
Y por cierto, leer textos "vivos" me gusta bastante, más que leer textos "muertos", que de muertos ya está la tierra sembrada...
Me agrada que busques enriquecerte con las palabras escritas, y tuyas; posiblemente, serán las que nunca vaciarán tus bolsillos ni tus ideales. Me resulta muy bello observar y sentir, cómo una persona va superándose con cada nuevo encuentro literario abriendo un elenco de posibilidades lectoras increíbles.
Un cariñoso abrazo, Nino. (Saludos de Ihor). Que tengas un buen día, compañero.
Hola, Clarisa:
EliminarGracias por tu compañía.
Quizá, tal y como acabo de corresponderte en tu blog, mis cambios emocionales y mis proyectos intelectuales, tiene una explicación muy sencilla: envejezco. Y lo llevo mal. Nunca me había planteado que llegaría a ser viejo. Me siento sombra de lo que fui; y temo empezar pronto a difuminarme (nada preocupante, sólo que creo más elegante el irme antes de que me echen, por lo que no tardaré en retirarme de una vida social que siento que me supera) Internet es cada vez más un laberinto para este “ninotauro”.
Entorpecido por el aumento de mi trastorno por déficit de atención me cuesta cada vez más escribir sin avergonzarme, las migrañas me impiden concentrarme y mi carácter caprichoso hace de mí un irrespetuoso con las normas sociales.
Pero no sólo tengo años, también tengo planes. Tener planes me hace sentir joven y vital. Hacer planes –lo de cumplirlos, lo dejo para los años– me ilusiona; y el ver que algunos los llevo a cabo, me llena de una alegría que los miserables tachan de egocentrismo.
Hoy empiezo a poner en marcha un plan creativo comunitario, quizá esta tarde te envíe un mensaje por Facebook detallándotelo.
Todo mi aprecio, Clarisa.
Saludos a Ihor.