Jerome Charyn’s Movieland, chapter 10:Two-Headed Man
El hombre de dos cabezas XVII
El
escritor Raymond Chandler se retiró de Hollywood tras
haber participado en los guiones de películas como «Perdición», «La
dalia azul» o «Extraños en un tren». “No me importa cuánto me paguen, a menos que
también me proporcionen placer en el trabajo. No pueden”, afirmó Chandler al despedirse.
Por
supuesto, parte de esta reclamación de placer laboral era producto de su
resentimiento. No pudo llevarse bien con Alfred
Hitchcock ni Billy Wilder.
Pero
también comprendió que, aunque hubiera podido “bailar” con Wilder y Hitch, sus
escritos no habrían satisfecho el sentido de trabajo soñado que un escritor
necesita para sobrevivir.
En
los pesebres de Hollywood, Chandler
sentía una “sensación de exilio del
pensamiento, una nostalgia de la habitación tranquila y el equilibrio mental.
Soy un escritor, y llega un momento en que eso que escribo tiene que
pertenecerme, necesita ser escrito en silencio, no con alguien supervisándome
sobre mi hombro, ni nadie diciéndome una manera mejor de escribirlo. No tiene
que ser un texto magnífico, ni tan siquiera tremendamente bueno. Tan sólo tiene
que ser mío”.
El
creador de Philip Marlowe no pudo existir como un hombre de dos cabezas en
Hollywood.
«Movieland: Hollywood and the Great American
Dream Culture»; es
una obra de Jerome Charyn, publicada por la editorial Putnam ©®.
Práctica
09: Raymond Chandler sobre Hollywood
Gracias
por tu atención. La música que suena de fondo es la suite compuesta por Dimitri Tiomkin para la película «Extraños
en un tren».
La locución ha sido realizada sin ánimo de
lucro. Te estaré agradecido si te haces seguidor de mi
canal en YouTube y le das a "me gusta" en el video.
Gracias.
@NinoOrtea
Has traducido el libro completo o solo esto?
ResponderEliminarHola, anónimo:
EliminarTraduje varios capítulos que iré serializando aquí. En la próxima entrega Charyn comparte su experiencia en Hollywood.
Gracias por tu interés.
Conoces bastante de la vida del maestro Chandler, que puso en la apetencia de los lectores de la novela policíaca, a su Inteligente Marlowe. Desconocía, su incursión en el cine, y que hubiera trabajado al lado de Hitchcotch y Wilder: Por lo que cuentas, Marlowe era muy celoso de lo que escribía, y más podía ser él, que las insinuaciones a sus guiones de Hitchcoht y Wilder, dos monstruos velando su escritura. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarHola, Carlos:
EliminarGracias por tu cuidado comentario.
El que en España se engloba como “genero policiaco” es una de mis principales debilidades lectoras. Mi descubrimiento del subgénero “negro” fue por casualidad, gracias a “La maldición de los Dain”, novela de Dashiell Hammett incluida en la colección familiar "Biblioteca Básica Salvat". Luego me hice un listado con las novelas y autores que se destacaban de las entonces llamadas “novelas de gánsteres” y las fui consiguiendo en quioscos. Mi favorito es Chester Himes.
Chandler guionizó en “Perdición” la novela “Pacto de sangre” de J. M. Cain. He usado los títulos en España de novelas y películas, quizá en Colombia tengan otros. Pero es que me encantan los títulos y portadas de estas obras y atesoro sus ediciones.
Un abrazo, Carlos.
Me he hecho seguidora tuya en YouTube, todo mi apoyo.
ResponderEliminarHola, Ángela:
EliminarGracias por tu apoyo, confío en no decepcionarte.
Un abrazo,
Hola Nino, paso a desearte una feliz noche.
ResponderEliminarSabes yo pienso que hizo bien en irse, ya que si no reconocían su valía, era mejor dejarlo.
Cada vez lo haces mejor con tus video de locución.
Besos y abrazos, para ti y frambuesa.
Le di otra me gusta a tu último video de YouTube.
¡Miaú, Flor!
EliminarGracias por acercarte, compañera. Confío en que estés bien.
Sí, el saber cuándo irnos a tiempo de un lugar donde no encajamos es una habilidad que se perfecciona con la práctica. Ocasionalmente, tengo en la Blogosfera esa sensación de estar a destiempo; pero el afecto de personas como tú me hace quedarme.
Nuestros mejores deseos para tu pronta recuperación, querida Flor.
Que tengas un fin de semana tranquilo, amiga.
¡Remiaú!
¡Hola, Nino! Sin duda, la mejor época de Hollywood. Si ya las películas eran buenas, me parece que lo que ocurría entre bastidores daría para otras tantas pelis maravillosas. Era una época en la que los directores y productores participaban del Star System y en la que los guionistas eran gente de la talla de Chandler, Hammett, Cain, casi todos provenientes de la novela negra y del pulp. Muchos egos, mucho personalismo entre gente de talento. Chandler llegó a decir que "Hollywood es veneno para cualquier escritor, una tumba para el talento". Sin duda, la cita muestra el despecho que llegó a sentir. Excelente aporte! Un abrazo!
ResponderEliminarHola, David:
EliminarEl éxito laboral no es sinónimo de valía profesional, ni de inteligencia emocional. Es resultado de una gestión resolutiva y de un enfoque finalista. Da lo mismo que seas novelista o electricista, serás tenido por un gran profesional si lo que haces es del gusto de quien te lo encarga.
La industria del Cine, ya sea en Hollywood o en Fuencarral, valora de manera utilitaria a sus integrantes. Y los guionistas no son muy valorados por ella, al igual que los aficionados tampoco los valoramos (pocas personas saben el nombre de quien guionizó sus películas favoritas). Chandler, Hammett, Cain o Azcona fueron sólo unos más de entre los miles de miles de artistas a los que la industria cultural vio y ve como meros artefactos. Creadores que son venerados, apreciados o reconocidos en pequeños círculos; pero que son cosificados al entrar en los círculos creativos de la divina comedia industrial.
Un abrazo, David.
Interesante concepto el de Hombre de dos cabezas.
ResponderEliminarEs curioso por que el resultado fueron películas memorables, dirigidas por maestros del cine.
Y a la vez, tiene sentido que haya surgido tal descontento, al trabajar con un director, tan temperamental, tan minucioso como Alfred Hitchcock.
Bien narrado.
Saludos.
Hola, interesante Demiurgo:
EliminarDado el poco uso de mi cabeza, donde no crece maleza sino que reina la “calveza”, preferiría tener dos corazones: que el presente lo tengo ausente por delatadas razones. Je je (¡ah, Frambuesa, qué suerte que entre tus pasiones no está la lectura de blogs que inspiras!)
Me temo que Raymond Chandler nunca valoró su obra, que fue un creador insatisfecho con su creación e incluso acomplejado ante otros escritores “intelectuales”. Para él, trabajar en Hollywood conllevó conseguir una fuente de ingresos.
Un gran abrazo, Demiurgo.
Me ha gustado la analogía con el hombre de dos cabezas. Chandler, Fitzgerald y tantos otros que no supieron adaptarse a la cadena de montaje en que se había convertido el cine de la época...
ResponderEliminarYa nos dejarás conocer más capítulos, ¿sí?
Hola, Beauséant:
EliminarGracias por tus comentarios animosos.
Sí, una “cadena de montaje” tal y como ya había planteado Chaplin en “Tiempos modernos”.
Te agradezco tu interés en esta serialización: en la siguiente tanda, Chayrin evocará su trabajo con Otto Preminger.
Un abrazo, artista del alambre.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTienes razón con el tema de los guionistas, que casi siempre pasa desaparecido ese detalle y sin embargo, es el alma del texto (el origen creativo) que luego será película. Sistemáticamente se ve, ahora y parece que desde tiempo, y también en nuestro país, por supuesto, que son los olvidados del cine y aún a pesar de ser imprescindibles; las verdaderas estrellas son los directores y los actores.
ResponderEliminarLa frustración de Chandler debió ser grande para dejar escritos esos pensamientos. Pero no me extraña ya que eran obreros a destajo y al dictado donde lo creativo no lucía, aunque sí bien pagado, como mencionas, pero que no solían tener ningún derecho sobre el guion. Recuerdo que leí sobre el proceso de la película "Lo que el viento se llevó" de Fleming que fue el más evidente desprecio hacia los guionistas ya que pasaron una lista larga de escritores de la talla de Sidney Woward (premio Pulitzer) , o de Ben Hecht, Fitzgeral y ningún trabajo le gustaba. Como bien dices en tu texto, estas evidencias dejaron de manifiesto la fragilidad creativa de los guionistas ante el poder de Hollywood.
Es muy interesante el tema, gracias a estos textos que nos traes aprendo un poco sobre el ese aspecto del cine y que gustándome tanto, sé tan poco.
Gracias por ala aportación.
Feliz semana, Nino. Te mandamos un gran abrazo. 🌞
Hola, querida Clarisa:
EliminarLa industria del Cine es un moderno Prometeo que cobra vida gracias a la suma de todas las artes restantes. Unas veces nos encontramos ante películas fallidas, a las que se somete a persecución pública y se las intenta destruir como si fueran la criatura de Frankenstein. En otras, la película es tan acertada que incluso pasa a incorporarse a nuestro acervo. Quizá esa condición de amalgama artística es la que explica el que, ocasionalmente, uno encuentre fascinación en lo industrialmente fallido y sienta indiferencia hacia lo comercialmente acertado.
Los roces entre Literatura y Cine, las desavenencias entre novelas y sus adaptaciones cinematográficas son proverbiales. Lo más curioso es que muchas de esas adaptaciones las realizan novelistas que no muestran reparos en hacer un Prometeo de material ajeno, aunque les resulte un Frankenstein. Faulkner no tuvo reparos en guionizar, entre otros, textos de Chandle; Chandler fagocitó a Cain y Highsmith… y muchos de estos literatos se olvidaban de l respeto que exigían para sus obras cuando se los contrataba como guionistas o ”doctores de guiones” (reelaborar guiones ajenos). Creo que la figura del gran William Goldman es el ejemplo más claro de cómo el posibilismo puede hacer que un artista se limite a ser artesano.
Gracias por tu compañía, Clarisa.
Mis mejores deseos para ti y los tuyos.
Sláva Ukrayíni!
Hecho! ( me refiero al like -manita- de tu vídeo: )
ResponderEliminarPero antes de comentarte este texto y tu locución radiofónica, permíteme que te diga que es precioso ese texto que le has escrito a tu amiga Vanesa. A veces, cuando la enfermedad nos hace sus reenes, parece como tú le dices que no vamos a salir de esa habitación oscura en la que se convierten los hospitales, por muy blacos que sean en sus pareces, pero es verdad que tras todo invierno por crudo que sea, sieeempre, siempre llega la primavera, tal cual tan bonito se lo has escrito tú a ella, como no se pueden dejar ahí comentarios, te lo dejo aquí y tú le haces llegar mi ánimo y mi abrazo envuelto al lado de tu regalo ; )
Y respecto de este guionista al que parece le marcaban el paso, en su trabajo, pues eso, que los artistas tienen y deben poder desarrollar su trabajo en libertad, por muchos intereses o grandes personajes que les rodeen. Wilder no lo sé, pero sí sé que Hitchcock era un personaje muy dominante y de mal carácter, los genios suelen ser así, excétricos e incluso endiosados sabedores de su buen hacer o porque son así de egocéntricos, vete tú a saber.. así que genial la reivindicación de su autonomía literaria de este Raymond Chandler , del que desgraciadamente más allá de su nombre y su famosísimo Philip Marlowe, poco más sé de él. A ti, mucho ánimo en tu andadura en You tube, segurísimo que poco a poco te harás con tu público y si eso no sucediera o tarda, que mientras, disfrutes perfeccionando tu arte declamatorio, cada vez se te ve más seguro ; )
Muchos besos NINO y gracias siempre a ti.
Hola, generosa María:
EliminarGracias por echarle una manita al “like” del video.
Incluso en lo más crudo de un invierno ya de por sí crudo, conviene tener presente que llegará la primavera y que te quejarás de la inclemencia del verano. Hoy ha nevado aquí en la costa; con suerte, en cuestión de semanas podremos estar templando cuerpo y ánimo al sol primaveral.
Creo que todos coincidimos en que la figura del escritor no suele ser valorada, aunque sí idealizada socialmente. Incluso la mayoría de las personas que dicen” amar la Literatura”, son infieles a sus creadores: ignoramos a traductores o editores, leemos con prisa y torpeza. La industria cultural no valora a escritores, guionistas o letristas de canciones.
El “arte industrial” suele conceder el marchamo de artista a personas extravagantes a las que es más viable vender como “personalidades” que como “creadores”. Son muchos los extravagantes listados por Hollywood; aunque quizá el primer nombre que se nos venga a la cabeza sea el de Orson Welles.
El problema en el arte y en la vida lo suelen tener los excéntricos: aquellos que cuando hacen las cosas no buscan llamar la atención, sino que hacerlas a su manera. Personas sin voluntad rupturista y con ánimo firme. Personas como Alfred Hitchcock, todo un ejemplo de autoría cinematográfica. Un creador que supo combinar su impronta con la atención del público, hasta el punto de convertir su personalidad en reclamo publicitario. No hubo y me temo que no habrá, creador cinematográfico occidental comparable a él.
Billy Wilder fue un gran contador de historias. Un artista que aceptó ser tratado como artesano por el bien de su obra. Wilder fue un creador muy versátil y debió de ser un negociador muy hábil. Firmó junto a Chandler el guión para la adaptación de “Perdición”, trabajo por el que ambos fueron nominados al Oscar. Nominación que a él lo enorgulleció, mientras que a Chandler lo estigmatizó. Chandler nunca aceptó su figura literaria. Por no gustarle no le gustaba ni el registro de lenguaje que usaba para escribir novelas (el inglés-estadounidense), mientras que él se comunicaba en inglés-británico.
Bueno, mejor dejo de enrollarme con mis reflexiones.
Gracias por tu compañía, ahora y siempre, María.
Creo poder entender su desánimo. Tiene que ser difícil escribir sabiendo que sí o sí te van a cambiar el texto. Escribir por encargo. ¿Dónde queda la presonalidad del escritor?
ResponderEliminarSaludos
Hola, José:
EliminarGracias por tu comentario.
No soy reticente a escribir por encargo. Creo que la personalidad del escritor se refleja en su acercamiento al tema sugerido, en su uso del lenguaje o en su tono.
A lo que sí que me opongo es a que te cambien el texto (es una falta de respeto).
Un abrazo, José.