El contenido literario de este blog está registrado en Safe Creative

El contenido literario de este blog está registrado en Safe Creative
Mis mejores deseos para ti y los tuyos, amable leyente, ahora y siempre

viernes, 20 de octubre de 2023

Pinocho sin bizcocho



A ti, excelente exleyente excedente:

No leas en mis palabras un alarde de soberbia, sino un burdo texto absurdo.

Al recuperar el ánimo por lo escrito y reescribirlo con nuevos ánimos, renuevo mi convencimiento en el valor del autoengaño si no nos hace daño. Al igual que un ensueño es la visión de algo positivo que nos puede ayudar a mantener el camino, el “internetearme” frente al mismo espejo, con diferente entrecejo, mantiene mi despejo y evita mi adormilarme frente a la indolencia propia.

Las palabras pueden parecer aquí distintas a las que compartíamos cuando veníamos y enloquecíamos. ¿Te acuerdas? Parece que fue ayer, cuando –en realidad– ha sido ahora. Eso sí, nuestro ánimo es el mismo: el de que en nuestras oraciones rece la ausencia a todo rezo o imploración, el de que las activas sean reflejas de nuestra esperanza y el de que las pasivas sean reflectantes de su iniquidad.

Ahora que todo vuelve a cambiar para volver a ser lo mismo, me gustaría recordarte que mi canto a mi mismo lo es también al encanto del “ninismo”. No es cuestión de sentirse más que nadie, es la respuesta a verse mejor que antes.

Mientras escribía esta “deliranza”, horneaba un bizcocho con el que deleitar mi panza.

Te ofrecería una porción, pero eres tan descortés que serías capaz de aceptarla; para luego criticar su sabor, su tamaño o mi natural tacaño.

Así que a falta de mi encanto enloquecedor, te dedico este “canto del loco”.

¡Ñam-ñam!



34 comentarios:

  1. Que buena pinta tiene el bizcocho! Besos 😘

    ResponderEliminar
  2. Bueno te introyectas, vuelves y te retomas saludablemente para ser. REn video me encanta. Un abrazo. Carlos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Carlos:
      Siempre acabo volviendo, hasta el momento –por suerte– ha sido así, a mi introyección.
      Un abrazo, apreciado Carlos.

      Eliminar
  3. Acepto una porción de ese bizcocho poético y lo saboreo a tu salud.
    Francesc Cornadó

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Fransec:
      Este bizcocho es para todos los que tenemos un corazón sintiente, no de madera.
      Un placer compartir este bizcocho contigo, Francesc.

      Eliminar
  4. Pues yo desde luego me quedo con el bizcocho. Porque digan lo que digan el bizcocho no engorda, no. El que engorda es quien se lo come.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, ingenioso Erik:
      Sí, el bizcocho más bien adelgaza hasta convertirse en invisible a los sentidos, pero sentido en la panza.
      Un abrazo, Erik.

      Eliminar
  5. Nino, gracias por tu visita a mi blog, amigo...Impresionada me dejas con tu juego de palabras, sin duda las amas y a la vez te miras en ellas, tratando de evitar la soberbia o el consabido "ego" que a todos nos engaña constantemente. Lo importante es comunicar con buena voluntad, dando siempre lo mejor...Tu nos ofreces un bizcocho, que nos llena de curiosidad y de apetito...Digamos que hay que tener contento al cuerpo para seguir escribiendo con buen ánimo...¿verdad?
    Mi abrazo agradecido y admirado, compañero de letras. Feliz finde, Nino.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Mª Jesús:
      Sí, el buen ánimo es requisito fundamental para compartir textos en el blog (alguno hay iracundo, pues al igual que Segismundo soy de este sueño que llamamos mundo). Y ese ánimo bienintencionado es imprescindible para leeros a los demás. Leeros desde el “yo”, con el ánimo de ser protagonista en los contenidos de otro “blog”, sería volver a los años de colegio en los que el abusón de turno escribía sus sandeces en tu “block”. Con lo fácil que es pasar hoja o incluso arrancarla, verdad.
      Un abrazo cálido, Mª Jesús.

      Eliminar
  6. Sabrosa tu deliranza con tanto juego de palabras. Saludos.

    ResponderEliminar
  7. Está muy bien que hayas recuperado tu ánimo para escribir. Y el autoengaño puede ser muy útil. Cito al personaje de Los Simpons, Nelson Muntz: "Algunos preferimos la ilusión a la desesperación". Una inesperada lucidez en un personaje inicialmente presentado como rústico, pero capaz de pintar un mural imitando al Guernica y de emocionarse con Andy Williams.
    Me gusta tu dedicación al ninismo. Parece que te funciona bien.

    Se me ocurre una forma de aceptar una porción de bizcochuelo. Es evocando el olor y el sabor de algún bizcochuelo que he comido. Para atribuir la hipotética porción a tu bizcochuelo.
    Y me abstengo de criticar. Tenía buen sabor, para acompañar un café con leche que me he servido.

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Demiurgo:
      Gracias por tu nueva visita, siempre grata. Aquí me siento a tu lado para compartir café, bizcocho y compañía.
      Aquí la tarde se presenta otoñal y tranquila; allí, primaveral y activa. La única elección que tendré qué hacer será la de qué ropa ponerme cuando salga.
      El de “Nelson” me parece uno de los grandes personajes de Los Simpons: tan rudamente humano, tan vulgarmente cercano con sólo mirarme al espejo de mis obras.
      Disculpa que no te lo haya preguntado: ¿el café lo tomas con azúcar? No la he traído, por costumbre: siempre lo tomo sólo.
      Un abrazo, querido Demiurgo.

      Eliminar
  8. Las palabras cambian de significado, según el momento vital, el día del año y, si me apuras, de si has tomado el café a tiempo o no... El bizcocho no cambia, siempre esta bueno :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Beauséant:
      El café casi nunca me sabe igual. Lo tomo en casa de máquina de goteo, solo, sin azúcar; creo que su sabor lo matiza el goteo de mis ideas mientras lo saboreo: suelo tomarlo con calma; bueno, por suerte, hace ya un tiempo que me lo tomo (casi) todo con calma.
      El bizcocho casero siempre me gusta, me deja el regusto de la tranquilidad de la infancia.
      Un abrazo, una taza de café y una ración de bizcocho, Beauséant.

      Eliminar
  9. Lo que daría ahora mismo por un bizcocho como ese...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Sanhoycal:
      Desde la distancia, comparto contigo este bizcocho ya atemperado; al igual que te envío un abrazo cálido, compañera.
      Gracias por tu compañía.

      Eliminar
  10. Mmmm qué pintaza! y eso que no soy mucho de bizcochos, me gusta mucho el dulce pero que lleve crema, que sea jugoso jajaja eso sí, la sensación es estupenda y no sé qué decirte, estoy escuchando este tema del Canto del loco que no conocía y meencanta es más fíjate que casualidad estuve intentando recordar temas que hablaran de tontos y esto me hubiera venido perfecto para la nueva entrada jajaja en fin, que escribas lo que escribas como quieras hacerlo siempre está perfecto. Mucho más si te hace sentir bien y nosotros lo disfrutamos contigo, así que mi querido Pinocho de nariz chata, gracias y un abrazo muy fuerte .. ah! y que hayas disfrutado mucho tu bizcocho : )

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, diferencial MARÍA:
      Diferimos: el bizcocho me gusta seco, con sabor a los materiales que uso para su preparación (la comida me gusta prepararla sin apenas añadirle modificadores del sabor de los materiales que uso, el café lo tomo sólo y sin azúcar, no salo las patatas fritas…) Sin ser un cocinero, me las arreglo para hacer comidas estimulantes.
      ¡Ah, la tontura! ¿Qué sería de la vida de la tontura? Sería como mis bizcochos: más secos. La tontura de creer en lo imposible, de desear lo inalcanzable o de tontear con el peligro. Hacer(se) el bobo está muy bien, tal y como cantaron Gabinete Galigari.
      Muchos de los textos que publico en el blog son divertimentos que os agradezco que no prejuzguéis como tonterías. Sin duda, tal y como escribió Antonio Machado: “La verdad del hombre empieza donde acaba su propia tontería”; pero a nadie le interesa la verdad de mi persona y sí las fantasías de mi personaje literario.
      Ahora me paso a leerte, ingeniosa MARÍA.

      Eliminar
    2. Pues yo, acabo de contestar a tu más que ingenioso comentario...cómo me gustan tus desvaríos, aunque como te he dich allí, no creo que el cuñado que según tú llevas dentro sea tan terrible como lo pintas, a mi me tenéis los dos pinta de ositos de peluche achuchables jajaja gracias por aquello, fuen finde, aquí lluvioso como lleva siendo todo octubre, ha llovido más en este mes que en todo el resto del año : )

      Abrazo fuerte, para mi tb el café sin azúcar , aunque me he pasado al té verde, pero el dulce sieempre con crema, no nata, que la nata no me gusta, crema pastelera : )

      Eliminar
    3. Hola, contestadora MARÍA:
      Lo invariable en mis desvaríos es que no varía la acogida que les das a unas palabras cogidas por los pelos de los desmelenes lenguaraces de un calvo.
      ¡Ah, mi ingenio! ¿Dónde estará? Al contrario que a Aladino, al ladino de Nino no eran genios lo que le brotaban de las botellas, sino “iblís”, luego llegó la bilis y me dejó Bilitis.
      Aunque tú no lo creas, yo soy patoso y mi cuñado va de oso. El fanfarronea con que se comió a Favila, pero lo único que tiene voraz es el apetito.
      Aquí lleva casi un día sin llover. Pero el viento no deja de voltearnos el sotavento.
      Cosquillas y achuchones pelucheables. Te verdeo luego, cremosa MARÍA.

      Eliminar
  11. Hola Nino, qué jocoso has sido con tu inventiva de rimar y hacer un canto de tu dialéctica.Veo en ti, un corazón abierto y espontáneo, sincero y liberto en tu manera de decir y poetizar. Todo puede ser “menos estar loco”. Simplemente es otra forma de paliar la indolencia y el autoengaño, con la originalidad y creatividad. Esto de renovarse o reinventarse nos da cierto encanto y confort en la caminata, igual que comer un trozo del bizcocho que nos brindas y me encanta.
    Muchas gracias por tu visita a - Dulcineas - y por el bizcocho de don Pinocho.
    Todavía no me reintegro del todo a mi blog, pero celebro tu gesto de visitarme - gracias a Clarisa -. Un abrazo en la distancia.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Ceciely:
      Gracias por tu comentario animoso. Respecto a tu blog, Dulcineas https://edicionesdulcineas.blogspot.com/ , confío en que te reintegrarás a él cuando tu necesidad de compartir belleza sea más fuerte que aquello que estás integrando ahora.
      Me gusta la sonoridad del lenguaje (nunca me ha gustado escribir; pero sí hablar, cantar o leer en voz alta) Con mis rimas ramplonas busco arrimar el desánimo rampante en tantos aspectos de la (mi) vida. A ti te impulsa la belleza en lo vital, a mí el repelús a la vulgaridad.
      Si la indolencia en su autoengaño salva del daño al doliente, es siempre aceptable. Lo inaceptable es que se aplique para invisibilizar el dolor ajeno y aumentar el propio. Por suerte no soy doliente, pero sí impaciente y eso me impulsa a escribir sobre mis ilusiones sin esperar a que éstas se hagan realidad.
      No soy Pinocho si te agradezco tu visita, ni cuando te agradezco de corazón que le des encanto a mi bizcocho.
      Un abrazo, Ceciely.

      Eliminar
  12. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  13. Buenos días, de nuevo... (Me saltó a publicar y sin a terminar... parece que hoy andan los duendes a mi alrededor, ya me han pasado varias cosas "sin querer" pero le sonrío a mis despistes...😄 ).
    Quizá ese volver para ser el mismo que eras en ese "enloquecer" que tantos momentos felices nos ha dado, es la forma más poética que tienes de seguir queriéndote tal y como eras, tal y como eres. Y nosotros disfrutamos de tus ataques de locuras ilusionantes, aunque las vislumbres y disfrutes antes de que lleguen, a nosotros nos llegan plenas y nutritivas, con un bizcocho que a tu salud me tomo y un caffe macchiato, y en este mismo momento (hoy no tuve tiempo de desayuno por motivos imperantes). Gracias.
    Por otro lado te digo que cantarte a ti mismo es valorar lo aprendido y seguir adelante. Algo que aprecio en ti y me alegra, y me influye para bien, porque muchas veces también pienso en dejar de escribir en este reducto del blogger pero veo que continuais tú y otros que desde hace tiempo me aportáis valentía y seguimos escribiendo... Pero tú, tu lo haces más interesante cada día. Gracias por lo aprendido y disfrutado con tus textos, Nino.
    Un abrazo grandote, nuestro amigo. Días pacíficos para ti, ahora y siempre! 🌞

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas tardes, persistente Clarisa:
      Es clarificadora la permisividad de Google con tanta ramplona insultante y su obstruir a las bienescribientes. De pillarme en otro momento de ánimo, mudaría este blog a otra plataforma.

      Pienso que estamos de acuerdo en que la condición de “cuerdo” te la concede la valoración ajena, no la estima propia. Mi automóvil es mi autoestima. Ella me ha llevado a distancias kilométricas de la vulgaridad. Ella me ha conducido a desplazarme de lo pedestre. Ella me trasporta fuera de lo concurrido y hace de mi un excéntrico a prejuicio de quienes se mueven bajo códigos de circulación impuestos.
      No voy en la misma dirección que la mayoría, lo que no implica que vaya en dirección contraria a nadie. Voy donde me llevan la curiosidad o el afecto, llego donde me permiten mis fuerzas. Fuerzas que me da el saberme acompañado en esta travesía por páramos de ingratitud, fuerzas que me da el sentirme hermanado con personas como tú, diferencial Clarisa.
      Somos diferentes entre nosotros, pero no indiferentes al otro: a lo que sufre o disfruta, a lo que come o le corroe. Tal y como escribió mi admirada Clarisa Tomás Campa: “No detengo la voz que dentro de mí se esconde si la escuchas, porque ella sabe de persecuciones más que las miserias descolgadas”.

      No soy persona infiel. Mi primera fidelidad es a mí mismo. Al serme fiel lo soy a quienes me han querido, queréis o querrán. A unos padres que se sacrificaron para que sus hijos viviéramos más libres. A unos amigos cuya condición de contados os confiere una valía incontable. A una capacidad para resistir y persistir en posiciones que otros descalifícan de tercas, pero en realidad les son “incómodas”, pues les hacen ver que eso que niegan y de lo que reniegan existe: no son el bello Dorian Gray, son su pútrido retrato.
      Cerrar nuestros blogs sería claudicar ante su mezquindad, como la flor que se cierra ante las llamas. Con ello no evita arder en el fuego. Arderemos, pero no será en el infierno de la envidia, sino que cual Ícaro por acercarnos a la luz, por bailar libres en el aire, por vestir zapatos rojos en días de luto impuesto por apariencias.
      Mi querida amiga Clarisa, mi admirada escritora Clarisa Tomás Campa, eres capaz de hacer cosas enloquecedoras; pero no cometas la locura de darles la razón a los viles que sólo se ponen de acuerdo para apedrear a los frágiles. Pueden tener piedras, pero no tienen puntería: no saben llegar al corazón, pues no lo tienen.

      Rocanrol, Clarisa. ¡Rocanrol!

      Eliminar
    2. Que bello esto que le has escrito a Clarisa! Muchas veces tus comentarios son más bonitos que los textos, sin que sean feos. Besos!!😘

      Eliminar
    3. Hola, Maite:
      Gracias por tus comentarios apreciativos.
      Sí, hay diferencia entre mi voz fabuladora y mi voz comentadora; pero la belleza no está en ninguna de ellas, sino en vuestros ojos lectores.
      Un abrazo, Maite.

      Eliminar
  14. Great blog!!! I always come to you with great interest )) Follow you https://vitadolcissimaa.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  15. Hola mi dulce bizco cho de chocolate y nata , pasó a decirte que con bizcochos como el que públicas, penas ninguna ya que se ve delicioso.
    Paso a desearte a ti y mi querida frambuesa un feliz fin de semana.
    Besitos de flor 🌸
    Pd , estoy en plan perezosa la llegada del otoño invierno , me invitan a hibernar como los osos hasta la próxima primavera.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, mi florida Flor de esperanza:
      Confío en que las cosas marchen bien y en que tu padre continúe con su recuperación.
      ¡Bienvenida al club de los perezosos, compañera! Disfrutar del tiempo a nuestro ritmo no es muestra de holgazanería, sino que de inteligencia. La principal economía no está en el bolsillo, está en el ánimo: hay que saber ahorrar fuerzas y aprovechar las ocasiones. Escribir lo que queremos está bien, pero está mejor vivir como podemos.
      Nosotros los gatos, al igual que los osos, no somos sosos a la hora de echarle sal a la vida.
      Saludos frambueseantes y abrazos nineantes, Flor.
      ¡Remiaú!

      Eliminar

Gracias por tu lectura comentada.

Entradas populares