Hoy se celebra la festividad de San Antonio, al que profanamente podría definirse como “patrón de lo encontradizo” –creo recordar que se invoca su protección para que aparezca lo desaparecido–.
El caso es que, en Ninolandia, éste es el día de celebración de la amistad, al marcarse de rojo el patronímico de mi amigo Antón.
En la vida no sólo existe el destino como algo fatídico, también está su componente afortunado. Y fue una auténtica suerte el que Antón entrara en mi vida aquella mañana lluviosa.
En una época en que las cosas no me iban bien –y yo primero me empeñé en que me fueran mal, para luego esforzarme en que me fueran vergonzosamente fatal–, tuve la suerte de sentirme amigo de una mano abierta de amigos.
Aquí cuento más cosas sobre Antón. Ahora y siempre, gracias.
Nino
