El sexto capítulo no sólo sirve para desvelar que en
realidad el Capi no mató a Faysal, víctima de su creencia en una ciencia que
avanza que es una barbaridad, sino que supone la despedida de Cassaday
como dibujante regular de la serie, aunque se mantendrá como portadista hasta
el número 16. Su dibujo es impresionante, contando con un gran apoyo en el
coloreado de Dave Stewart. Cassaday se confirma como algo más que
un buen dibujante, en el que podemos considerar su trabajo de mayor envergadura
en una carrera donde sus contadas producciones –como Desperadoes
o Planetary– ya habían dado muestra de su
excelencia creativa.
Captain America es su primer contacto con un icono de la
industria del cómic y su primer trabajo continuado para una serie de altas
expectativas comerciales. No conviene olvidar que los trabajos citados
anteriormente los había realizado bajo el paraguas protector de WildStorm,
donde las exigencias de productividad y rentabilidad son menores a las de DC o
Marvel. De hecho sería impensable la continuidad en cualquiera de ellas de una
colección atípica como Planetary, que
manteniendo la estructura interna –cada episodio ahonda más en el desarrollo de
una trama única– y externa –en sus cuatro años de existencia ha mantenido su
numeración– de una serie regular, adolece de la principal característica de una
producción de este tipo: una cadencia fija.
Cassaday se ratifica
como un gran narrador viñeta a viñeta, página a página. Adaptando la
distribución y planificación de las imágenes, o ajustando la secuenciación de
las escenas al ritmo de la historia narrada. Su Capitán
muestra el desencanto de la persona que ha despertado de un sueño hipnótico,
encarna la habilidad física y mental de un soldado preparado para responder
como una máquina de guerra, luce la majestuosidad de un hombre que pese a tener
habilidades que lo acercan a un dios, muestra empatía con los débiles,
solidaridad con los desheredados y denuedo frente a los miserables.
Su dibujo huye de lo puntilloso y lo minucioso,
capturando en su trazo cuidadoso aspectos y detalles que respetan la imagen
iconográfica del héroe, la atmósfera fantástica de sus aventuras y el trasfondo
realista de su ambientación. Su entintado firme, y el coloreado elocuente dotan
a sus escenas de un dramatismo, dinamismo y sensibilidad escasos en un arte
sobrado de ganapanes que sólo buscan el lucimiento personal.