Leyenda viviente
The
Extremists es el título del siguiente arco argumental, que
abarca del episodio 7 al 11 de la colección. Nos encontramos ante una narración
confusa en su aspecto literario, y abrupta en el plástico. Rieber no llega a
finalizar la historia, según parece por serias diferencias con Marvel. Ya en el
episodio 10 el omnipresente Chuck Austen firma
conjuntamente con él los guiones, pasando en el capítulo 10 a convertirse en el
escritor regular de la serie hasta la entrega 16.
The
Extremists se inicia con el Capi,
o más bien habría que decir Steve Rogers, pues a estas alturas su identidad secreta
es vox populi, viviendo en Red Hook, Brooklyn, unos tres meses después de su
anterior misión. Rogers trabaja de estibador en los muelles vecinos a su nuevo
hogar, y no quiere saber nada de su antigua condición de superhéroe,
concentrándose en funcionar como fuerza de paz entre las diferentes
bandas que pueblan su barrio. Pese a desentenderse de Shield,
Rogers deberá volver a empuñar su escudo
para investigar la muerte de un amigo, americano nativo, muerto durante una
operación de la agencia comandada por Fury.
De la que examina los restos de su colega, el Capi se da cuenta de que no está ante el cadáver
de su camarada, pues este no presenta sus viejas cicatrices de guerra.
Al
alejarse de la escena del crimen, el Capi es
asaltado por un grupo de combate enrolado en una especie de sección secreta de Shield. Lo que sigue es una historia confusa, en
la que se mezclan conceptos como clonación genética, racismo, trasmigración de
almas, fuerzas elementales, traición y venganza. El brebaje resultado de tal
combinación resulta en muchos momentos indigestos a diferencia del Capitán América
mostrado en el arco anterior, un custodio de los ideales del pueblo
norteamericano, nos encontramos ante un soldado que combate batallas ajenas que
cree propias, tal vez desorientado por el hecho de ver que un enigmático equipo
de asalto está compuesto en su totalidad por clones suyos y de su añorado Bucky Barnes.
A
lo largo de la historia había sido presentada Hana,
una atlante llamada a desempeñar un papel importante en el siguiente arco
argumental. A la dispersión temática, Austen une un enfoque plano del
personaje, siendo su acierto principal la introducción de una idea: La
posibilidad de que fuese el USA Army quien provocó el accidente que llevó a la
congelación del Capi, para evitar su oposición al uso genocida de las bombas
atómicas que pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial.
En
el aspecto gráfico también se aprecia un guirigay. Trevor Hairsine
firma las tres primeras entregas. Su trabajo no muestra fisuras desde un punto
de vista técnico, pero carece de fuerza y personalidad. Coincidiendo con la
marcha de Rieber, Hairsine es sustituido por Jae Lee;
quien despliega un trazo firme y vigoroso, que alcanza matices desgarrados y
profundamente emotivos. Sus formas son simples, marcadas por unas líneas
profundamente oscuras; convierte las imágenes de su fértil imaginación en un
lenguaje plástico convincente. Entremezcla perfectamente un mundo irreal, casi
onírico, con el realismo y suciedad de nuestra sociedad actual. Alcanzando
tremenda intensidad expresiva gracias a la fuerza expresiva del coloreado de José
Villarrubia.
Lo
sorprendente de todos estos cambios creativos –el único que había anunciado su
intención de permanecer por poco tiempo en la colección fue Cassaday,
quien curiosamente acabó participando en más episodios que el resto de sus
compañeros de viaje– es que la colección funcionaba muy bien a nivel de
críticas y ventas. De hecho, en las páginas del episodio 7, Marvel hacía costar
que la publicación había pasado de una tirada de 56.891 a 83.919 ejemplares.