Este
miércoles he terminado la primera escritura de mi novela Buscando el olvido.
Actualmente tiene una extensión de 437.010 caracteres, distribuidos en treinta
y dos capítulos y un prólogo.
Para
mí es muy importante haber convertido lo que era un proyecto en una obra tangible,
que tengo impresa frente a mí. Llevaba acumulados, a lo largo de este año y
medio, varios
intentos de escritura serializada que han resultado fallidos. Probablemente Buscando
el olvido habría acabado convertido en un nuevo fracaso de no haber
sido por mi amiga Toni Pena.
A lo
largo de estos últimos cuatro años, Toni
se ha convertido en una voz a escuchar a la hora de saber si lo que escribo tiene
sentido fuera de mi cabeza y de mi corazón. Tengo en cuenta su opinión, lo que
para ella no se ha convertido en una carga, ni ha condicionado su sinceridad.
Gracias, Toni, por tu tiempo, tu
ánimo, tus lecturas atentas y tus opiniones claras. El viaje continúa.
Buscando
el olvido es una novela intimista de ficción ambientada
en una pequeña ciudad castellana. Su acción transcurre básicamente a lo largo de
los veintiséis años que van del 20 de junio de 1964 al 30 de agosto de 1990.
Junto con ecos de sucesos históricos de nuestra Historia, incluyo evocaciones
de mi intrahistoria; e incluso acabo apareciendo en la novela como personaje
ausente en una de sus subtramas. He intentado dotar al relato de un mínimo suspense,
por lo que os agradecería que, llegado el momento de su lectura, no ojeéis la
última línea de la última página.
Mi
situación actual de soledad fue el motor para escribir esta novela. Hace tiempo
que he comprendido que la mayoría de los textos creativos que escribo son
reflexiones escritas sobre mi “ninismo”. Tanto su
redacción como sobre todo su lectura actúan como guías y referentes en mi
pasear por el laberinto vital. Comparto lo que escribo con la esperanza de
comunicarme con alguien que esté fuera de mi dédalo; pero ante todo escribo
para entenderme, explicarme e ilusionarme.
Con Buscando
el olvido, recorro el pasillo de “La vida en sociedad” mientras me
pregunto si la vida en soledad es una opción voluntaria o una condena social.
Tengo claro que cuando la compañía me aburre y el ensimismamiento me estimula,
el infierno no son los demás, lo son mis demonios. Así que, por ser, este libro
es también un acto de exorcismo.
Yo he alcanzado mis objetivos personales, ahora pretendo que Buscando
el olvido resulte, para quienes os interese el leerla, una novela entretenida y ágil. Al texto le
queda pendiente una segunda reescritura, para lo que esperaré unos meses. Luego empezaré
a presentarla a concursos literarios. Ya os iré contando.
Al
hablar de este libro en público, le doy vida fuera de mi mente. Hago que mi
sueño sea una realidad. Eso hace que me sienta feliz.
Gracias
por estar ahí.
Nino.
¡Enhorabuena!
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Ismael, por tu compañía durante todos estos años!
EliminarEnhorabuena donde se puede comprar
EliminarFelicidades por este primer hijo!
ResponderEliminarGracias, Oriol, confío en que todo marche bien.
EliminarOLÉ, OLÉ...
ResponderEliminarMuy bien, así se hace, esa soledad productiva deberían aprovecharla muchos. me alegro que tu mente haya resultado productiva y sea tangible el resultado. Bravo por ti.
Me alegra mucho.
Un abrazo para hoy y tu cafelito tocado.
Buenos días, Verónica:
EliminarMe alegra tu alegría, la comparto y te la agradezco.
Para mí es importante aprovechar placenteramente el tiempo. Para mí es vital alejarme del aburrimiento. Para mí son significativas las muestras de apoyo.
Gracias por ese café tocado por tu compañía.
Felicidades!! Para cuando uno sobre comics?
ResponderEliminar¡¡Muchas gracias, Ben Grinn!
EliminarCreo que falta un tiempo, aunque como aseguran Los Stones "Time is on my side".
Un abrazo
¡Enhorabuena también!
ResponderEliminarJavi Granda.
Muchas gracias, Javi:
Eliminar¡Un fuerte abrazo!