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Mis mejores deseos para ti y los tuyos, amable leyente, ahora y siempre

domingo, 29 de junio de 2014

Gracias a mi amiga Toni Pena.

Este miércoles he terminado la primera escritura de mi novela Buscando el olvido. Actualmente tiene una extensión de 437.010 caracteres, distribuidos en treinta y dos capítulos y un prólogo.
Para mí es muy importante haber convertido lo que era un proyecto en una obra tangible, que tengo impresa frente a mí. Llevaba acumulados, a lo largo de este año y medio, varios intentos de escritura serializada que han resultado fallidos. Probablemente Buscando el olvido habría acabado convertido en un nuevo fracaso de no haber sido por mi amiga Toni Pena.
A lo largo de estos últimos cuatro años, Tonise ha convertido en una voz a escuchar a la hora de saber si lo que escribo tiene sentido fuera de mi cabeza y de mi corazón. Tengo en cuenta su opinión, lo que para ella no se ha convertido en una carga, ni ha condicionado su sinceridad. Gracias, Toni, por tu tiempo, tu ánimo, tus lecturas atentas y tus opiniones claras. El viaje continúa.
Buscando el olvido es una novela intimista de ficción ambientada en una pequeña ciudad castellana. Su acción transcurre básicamente a lo largo de los veintiséis años que van del 20 de junio de 1964 al 30 de agosto de 1990. Junto con ecos de sucesos históricos de nuestra Historia, incluyo evocaciones de mi intrahistoria; e incluso acabo apareciendo en la novela como personaje ausente en una de sus subtramas. He intentado dotar al relato de un mínimo suspense, por lo que os agradecería que, llegado el momento de su lectura, no ojeéis la última línea de la última página.
Mi situación actual de soledad fue el motor para escribir esta novela. Hace tiempo que he comprendido que la mayoría de los textos creativos que escribo son reflexiones escritas sobre mi “ninismo”. Tanto su redacción como sobre todo su lectura actúan como guías y referentes en mi pasear por el laberinto vital. Comparto lo que escribo con la esperanza de comunicarme con alguien que esté fuera de mi dédalo; pero ante todo escribo para entenderme, explicarme e ilusionarme.
Con Buscando el olvido, recorro el pasillo de “La vida en sociedad” mientras me pregunto si la vida en soledad es una opción voluntaria o una condena social. Tengo claro que cuando la compañía me aburre y el ensimismamiento me estimula, el infierno no son los demás, lo son mis demonios. Así que, por ser, este libro es también un acto de exorcismo.
Yo he alcanzado mis objetivos personales, ahora pretendo que Buscando el olvido resulte, para quienes os interese el leerla, una novela entretenida y ágil. Al texto le queda pendiente una segunda reescritura, para lo que esperaré unos meses. Luego empezaré a presentarla a concursos literarios. Ya os iré contando.
Al hablar de este libro en público, le doy vida fuera de mi mente. Hago que mi sueño sea una realidad. Eso hace que me sienta feliz.
Gracias por estar ahí.
Nino.

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