¡Kong (re)vive!
Un cuento (re)contado por Nino Ortea
Capítulo VI
Un corazón
en tinieblas
Hola, este relato forma
parte de la antología «Nada ha sido probado»,
disponible en Amazon por 0,99 €.
Gracias.
¿Qué escuchó Ninín?
Algunas arritmias que sufre el corazón brotan cuando el pensamiento deviene en conciencia de que la vida no nos emociona como antes, conciencia que nos impele a aceleramos hacia la añoranza de un pasado en que nuestro corazón latía más fuerte. El corazón no tiene freno ni marcha atrás. De ahí que sus choques frontales con la Realidad tengan consecuencias letales. Nuestra Fantasía tiene el recurso protector de enloquecer cuando la Realidad se vuelve demencial. ¡Gracias por venir y enloquecer!
Me gusta lo descriptivo que eres, me haces ver al personaje.
ResponderEliminarTodos tenemos problemas, las historias se repiten, y si los desconocidos, nos cuentan sus penas, podríamos llegar a ahogarnos en la tristeza.
Me ha encantado la palabra Tassepé… Nombrando las mismas cosas, hay palabras que se hacen dulces como sueños.
Me quedo con las ganas de saber que te iba a contar Kong…
Muchos besos
Buenos días, Carmen:
EliminarEn primer lugar agradecerte tus palabras de aprecio; siempre se agradece aquello que te ayuda y te guía, los aprecios silenciosos son algo que no sé interpretar.
Son muchas las veces en que una charla con un desconocido ha sido más esclarecedora que una conversación con un amigo; es un efecto al que produce leer un párrafo de un texto y sentir que su autor ha escrito esas palabras pensando en que tú las llegarías a leer.
Me gusta inventarme palabras o usarlas por su mera sonoridad, no por su significado. En el caso de la palabra francesa “Tassepé”, su dulce sonoridad me parece apropiada para evocar a un ser mitológico fascinante, que envenena sueños y embrutece corazones.
Un cálido abrazo, Carmen.
es la tercera vez que escribo
ResponderEliminarGracias por tu persistencia, Mucha.
EliminarBueno comienzo de nuevo
ResponderEliminarse borró lo de antes comenzaré de nuevo
Muchacho de la sonrisa sabor canela
tus escritos
tienen sabor a licores
descafeinados
de momentos inventados
por tu mente rica en licores
sabores
momentos
que has vivido o creado..
.me gusta tu estilo claro donde se puede ver quien eres
integramente vos muchacho de la sonrisa plena
Querida Mucha:
EliminarGracias por tu ramillete de comentarios. No es sólo lo que me escribes, sino cómo lo haces, lo que me llena de satisfacción. El despertar esta complicidad en alguien a quien admiro es todo un regalo. Y más cuando tus palabras van dirigidas a textos que son un mero divertimento, sin ninguna profundidad reflexiva o inquietud creativa.
Te agradezco tu persistencia pese a los problemas a la hora de compartir tus comentarios, tu reiteración es una muestra de que tus palabras son sinceras, lo que me agrada profundamente.
Me ha emocionado tu “muchacho de la sonrisa plena”, es una frase que define mi estado cuando te leo cerca, Mucha.
Y sí, aciertas, al escribir fantasía recreo momentos que creo haber vivido. Mi autobiografía es una obra de ficción articulada con la ilusión de los ensueños vividos.
Me gusta saberte a mi lado, Mucha. Me ayudas a recomenzar el día sin renegar de la noche.
Un abrazo ficticio basado en un sentimiento real.
eres auténtico
ResponderEliminarse percibe esto
en cada letra
que pones cuando vas escribiendo tus momentos
Desde luego, Mucha, lo que estoy es auténticamente encantado con tu compañía.
EliminarFeliz jueves.
Muy divertido, me he reido una barbaridad.
ResponderEliminarBuenos días, Oriol:
EliminarSiempre he sido bárbaro y no romano, con lo que me alegra que seas de la tribu de los "divertidos2, yo soy de la de los "kinconudos".
Un abrazo, Oriol.
Mis ausencias me deben haber hecho perder el hilo de la historia :s
ResponderEliminarDe todas formas me quede pegada casi en el comienzo, recordando la cantidad de veces que he compartido (cuestiones de ebria y motivos de sobra xD!!!) picos de botellas, y entonces pienso y repienso, cuántos más hombres (y mujeres, claro!) de los que pensé, habré en realidad besado????
xD!!!!
Disparates de la fiebre que se rehúsa a abandonarme... grrrrrrrrrrrrrr!
Beso de lejos, que no deseo contagiarte :)
Muy buenas, febril Nicky:
EliminarPues gracias por despegarte de la melaza de mis palabras para regalarme la gracia de las tuyas.
Sí, el de Kong quizá sea un relato laberíntico, dilatado en el tiempo y sin una trama central, de ahí que se pierda el hilo de la historia. Eso sí, vuestra compañía es el hilo que me ayuda a salir de este galimatías, donde anida el ninotauro.
Me gusta leer cómo te expresas, Nicky, la expresividad de tu lenguaje.
Y sí, las nieblas etílicas hablan de la soledad de nuestro corazón en tinieblas. El alcohol y los excesos nos han acercados a besos que no deseábamos y alejado de otros que anhelábamos. Muchas veces creo que esos apagamos de recuerdos tienen mucho que ver con la vergüenza que me producen ciertos actos.
Vivimos en un mundo demasiado aséptico, así que ¡Un beso enfebrecido de cerca y que los pusilánimes enfermen de envidia!
No no!!! Pero es que yo me refería a aquello de posar los labios donde otro acababa de posar los suyos (por aquello de compartir pico de botellas) -beso indirecto, pero beso al fin y al cabo-.
Eliminar(Y vamos!!! No es que lo que tú entendiste no fuera tal y cual LMAO!!!!!)
Que enfermen entonces!!!!!!! ;)
Buenas tardes, mi paciente Nicky:
Eliminar¡Sí, sí, sí! Digamos que uno entiende lo que quiere y, en mi caso, mi pasado hablo por mi presente.
Bueno también podía excusarme en las picardías de la lengua... Sí, verás: aquí, en nuestro uso de la lengua española, decimos “darse/compartir un pico” a besarse en los labios por un periodo breve (nada de realizar un pleno ejercicio lenguo-bucal, en cuyo caso decimos “morrearse”)
¡¡Requete sí!! ¡Que enfermen los envidiosos de nuestros besos caprichosos!
Un besazo, Nicky.
Veo que estás en plana forma, echaba de menos leer tus aventuras trepidantes.
ResponderEliminarEncantada con tus letras, voy a seguir dando tretas.
una lluvia de besos, Sir Nino
Tú que me lees bien, Maduixeta:
EliminarImagino que, en gran medida, lo que importa no es la realidad, sino que nuestra percepción de ella; por lo que, el que a uno le vean bien es señal de que puede llegar a estarlo. Ilusión no me falta; ¡y menos tras juguetear con las tretas que compartes y las letras que regalas!
¡Bañémonos pues, milady Maduixeta!