La reciente republicación, febrero de 2024, por la editorial DOLMEN de la obra «Jóvenes dioses y amigos» –«Storyteller»– (anterioremente publicada en España por Planeta) me ha llevado a republicar un ensayo que anteriormente habia publicado en la revista “Dentro de la viñeta”.
Un reputado artista ganador
de múltiples premios, una leyenda en el mundo de los cómics, un hombre
inteligente, trabajador y talentoso, dotado de una afilada lengua y un alto
concepto de sí mismo. Sin lugar a dudas Barry
Windsor-Smith (BWS)es un
manantial de excelencias artísticas y controversias laborales. Su inacabada
obra «Storyteller» centrará el desarrollo de las siguientes páginas.
Retrato de un artista resplandeciente
“Debería haberme decidido por el rock, probablemente a
estas alturas estaría muerto de sobredosis pero me habría librado del mamonéo
que llevo soportando desde que me adentré en el mundo del cómic”.
Declaraciones como ésta no
son raras en la boca de Smith.
Y es que, pasados cuarenta
años de su aclamada entrada en el mercado de la historieta, su idiosincrasia
perseverante se ha traducido en una postura desafiante de desprecio hacia una
industria cuyo arte se empeña, numantinamente, en dignificar.
Nacido el 25 de mayo de 1949
en Londres, se inició en el mundo profesional del dibujo en 1968, de la mano de
la editorial inglesa Odham Press, realizando ilustraciones de variados
personajes. En 1969 tras aventuras eludiendo a los oficiales de inmigración yanquis
—que incluyen desde una deportación a la sombría Inglaterra, a numerosas noches
durmiendo a la intemperie en Central Park— BWS
se dirige, en una muestra de su humildad, a la editorial más pujante del
momento, Marvel, donde le confían varios encargos, entre los que se encuentra
el nº 58 de la moribunda “Patrulla X” (feb. 1969), antes de darle números de
relleno en series más prestigiosas como “Vengadores”, “Nick Furia” o “Daredevil”.
Corría octubre de 1970 y ante
la imposibilidad económica de contratar los lápices de renombrados artistas, se
decide darle una oportunidad en un proyecto por el que Roy Thomas llevaba luchando desde hacía tiempo: la adaptación al
cómic de las aventuras del personaje de R.E.Howard
“Conan el bárbaro”.
Su trabajo en la colección lo
encumbra artísticamente y lo marca laboralmente. Conocida es su disputa con
Marvel por cuestiones monetarias y de recuperación de sus originales, y con Thomas por divergencia de opiniones e
incumplir reiteradamente las fechas de entrega. En marzo de 1973 deja la serie
en su nº 24 y tras realizar «Clavos rojos», para ·”Savage Tales”,
abandona la editorial.
Totalmente desilusionado, BWS crea en 1974 junto con su novia Linda Lessman, el sello The Goblimey
Press (GbP). Pensado en un principio para albergar su comic-book “The Real
Robin Hood” —proyectado junto al guionista Chris Lowder—, la idea no vio la luz y Smith se centra en el campo de la ilustración. Obras como «Sepia
Horseman» o su primer. cuadro «The Ram & The Peacock» (1974)
pertenecen a esta época. Ya en 1976, transformado su apellido en Windsor-Smith, se junta a Jeffrey Jones, Bernie Wrightson y M. W. Kaluta en una entente llamada The
Studio —disuelta en 1978— donde las producciones de BWS centradas en el campo pictórico aparecen bajo el sello GbP.
Un interesnte comienzo de biografía.
ResponderEliminarEsquivar a oficiales de inmigración tiene puntos en común con ser un mutante, como los X-Men, acechado por los Centinelas.
Así que podría haber una equivalencia.
Interesante compartir un proyecto con una novia.
Saludos.
Hola, Demiurgo:
EliminarMuy acertada tu equiparación entre la persecución que sufren los mutantes y los inmigrantes: ambos son considerados ilegales por una sociedad que se beneficia de su existencia y son perseguidos por centinelas de una legalidad indigna.
No sé si estás viendo la teleserie “X-Men '97”; sin pretender destriparte su trama, los centinelas son quizá más amenazantes.
Desde mi azarosa experiencia, no conviene compartir aquello que no se puede dividir: llegada la separación, ¿cómo repartes los sueños que compartiste?
Un abrazo, Demiurgo.
No conocía su obra pero parece un autor interesante y aunque he visto un poco de sus comic más por las películas que por leerlos. Te mando un beso.
ResponderEliminarHola, Citu:
EliminarPese a lo detallado de su dibujo, Barry Windsor-Smith es un gran narrador gráfico: su uso de viñetas y páginas es muy acertado. Su trazo es limpio y de gran belleza, sus composiciones son precisas y la planificación fluida. El único pero es que sus guiones pecan ocasionalmente de crípticos y hay historias que no llegan a decodificarse bien.
Un abrazo, Citu.
Imagino que es muy bueno, pero los cómics no son lo mío. Disculpa. 😘😘
ResponderEliminarHola, Maite:
EliminarNada que disculpar, compañera. La historieta es un género minoritario, por lo que a pocas personas les interesan este tipo de textos. Te agradezco tu comentario.
Un abrazo.
A ver cómo te sigo en esta serie del ilustrador de comic BWS, teniendo en cuenta que es un mundo del que no sé nada de nada, pero en fin, lo intentaré.. ya veo que como tantas veces comienza llamando a puertas grandes, tras las cuales suele haber gente pequeña y por eso opta por crear junto a su novia un nuevo sello que albergue su obra sin restricciones .. sigo, a ver dónde nos lleva el camino de adoquines amarillos… te cuento al final...
ResponderEliminarHola, atenta María:
EliminarDisculpa el que no hubiera correspondido a tus comentarios atentos: de manera injustificable Google los había ocultado al identificarlos como “basura”. Hoy la migraña está muy huraña, de ahí que este comentario sea un mero agradecimiento. Confío en mañana estar mejor.
Nos reencontramos al principio y al final del adoquinamiento amarillo, amiga.
Un gran abrazo de este hombre de latón.
Me gusta este dibujante. Es muy bueno.
ResponderEliminarSalud.
Hola, Erik:
EliminarFue y es un artista diferencial.
Un abrazo.
Me costó llegar al final, pero llegué...Te felicito por tu constancia y entrega al tema, Nino.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y feliz mes de mayo...
Hola, Mª Jesús:
EliminarGracias por tu atención lectora.
Lamento que mi narración no resulte del todo ágil. Soy yo quien agradece tu constancia.
Un abrazo, Mª Jesús