Prosigo aquí mi estudio sobre el desestudiado endiosado que este blog durante diciseís años ha monopolizado. Mi nombre es Dr. Vitus Werdegast – especialista en defectos ajenos y excelencia propia–.
Taly como pronostiqué en mi diagnóstico anterior, lo de bloguiNino va por mal camino.
Antes de que usted también
retuitee el hastag #LoDeNinoEraUnTimo
me va a permitir que me explique, a fin de evitar que su alegría tras leer mi
confirmación lo lleve a unirse a los ataques de histeria colectiva que imperan
entre la legión de detractores de este pésimo blog y de su pesimista recreador:
Tino Portea –pues éste es el nombre que debería tener y no con el que lo la han
bautizado o con el que desde la creación de este blog nos ha atizado–.
¡”Nino Ortea” no
existe! De su incosistencia es prueba este blog y de su inexistencia lo es su propia admisión:
https://venyenloquece.blogspot.com/2009/05/ni-siquiera-un-beso-1-d-2.html
Permítame que haga historia
de su histeria èrsistente:
Hace más de 15 años, en la noche del 20
de julio de 2008, un por entonces desconocido rompió la tranquilidad de mi
centro de reposo para todo aquel que cree ser un oso, siendo sólo un soso, o un
yogui, sin hacer yoga. Y lo hizo preguntándose el porqué de las cosas –menuda
aprensión más sosa–.
Extremadamente delgado, ligeramente
desaliñado e incapaz de centrar la mirada, se dirigió canturreando “Bailemos el
bimbó” al recepcionista de noche de mi fenomenal centro recuperacional para
preguntarle si podía fotocopiarle el último número de la revista «Super Pop» y así poder recortar el
original.
Fui avisado por el conserje a fin de que
le diera mi consentimiento para telefonear a las fuerzas del orden. Al apreciar
el desorden mental del neandertal, inmediatamente adiviné que me encontraba
ante el aliciente crematístico de un cliente permanente. Me llamaron la
atención su mal olor, su soberbia y su capacidad para simular estar cuerdo,
recurriendo a una verborrea rimbombante de petulante.
Fumador compulsivo, bebedor impulsivo,
insomne e indecente. Esos rasgos enseguida me resultaron evidentes con sólo
verlo frente a mí desnudo, con un gorro de dormir en la cabeza, una colilla en
la boca y una botella de brandi en la mano derecha, en la izquierda estrujaba
una revista con portada de “Los Pecos”.
Si Robinsón Crusoe llamó “Viernes” al
amigable salvaje, dado su desagradable pelaje a este dominguero lo llamé “Tino
Portea” (vocablo que en cualquier establo significa: “el que siempre lo
estropea”)·
–¡Háblame de ti, Tinín! –le propuse.
Tras dejarlo hablar de sí mismo –aquél
fue mi primer contacto con el concepto inepto del “ninismo”, aquí convertido en
onanismo– fui descubriendo el porqué de sus cosas. (…)
Para saber más sobre este caso ,usted –generoso lector– sólo necesita matricularse en mi máster & commander: “Creerse Napoleón es demasiado peleón, créase Bonaparte para tener más arte”.
jajaja te juro que estoy mareada de ir de adelante a atrás, a la izda. y la derecha, arriba y abajo siguiéndote en este divague tuyo de si eres quien pensamos que eres, pero no lo eres, porque en realidad has dejado de serlo para ser una persona diferente a la que en realidad había decidido ser siEndo TINO y “no NINO”, que parece una obra de Piazziolla, pero en tu caso sin el “adiós”, porque espero que no se te ocurra irte a ninguna parte, aunque tengamos que estarte siguiendo siempre por estos vericuetos tuyos que tanto te gustan y terminemos perdidos en tu laberinto, mira, con que sepas tú quien eres, sobra! Eso es lo único que realmente importa y al que le guste bien y al que no también. A mi me gustas, te llames como te llames, así que un beso y siento dejarte pero mi cabeza da vueltas, tengo que recomponerme, la siguiente entrada de este calibre, avísame antes y me tomo una biodramina : ) Otro día te dejo el enlace de Adios Nonino, hoy mejor hola y hasta prontito!! : )
ResponderEliminarHola, sonriente MARÍA:
EliminarLamento tu mareo… ¡y lamento más el decirte que me queda por colgar otra entrega de este texto entregado al ninismo! ¡Ah, qué irresponsable –además de egocéntrico, desatento, alitoso y espirualidoso– soy! ¡Mi acto demencial delata mi falta de tacto social! Tal y como afirma la firma del Dr. Werdegast, debería autollamarme “Tino Portea” y no “Nino Ortea” por eso de ser el que siempre lo estropea.
Pero estoy seguro de que mi trastorno se cura en el entorno de vuestra compañía. Lo que no han logrado electroshocks ni electroduendes, lo logrará el duende de vuestra humanidad.
Curiosa tu referencia a Astor Piazzolla, ya que al menos han sido dos las veces en que en este blog he evocado sendos de sus tangos (tranquila, que no te tangaré con autoenlaces a «Por una cabeza» ni a «Libertango»).
“Dans sa chambre, Joel et sa valise
Un regard sur ses fringues
Sur les murs, des photos
Sans regret, sans mélo
La porte est claquée, Joel est barré”
Oh, la lá, bailemos amiga MARÍA.
Los Pecos y la superpop!! Ains, que tiempos! Como mi hermana era mayor a ella le gustaban unos y a mi otros. Sólo coincidíamos en Miguel Bosé! Besos 😘😘
ResponderEliminarHola, anónimo:
EliminarLa pose de Bosé ha fascinado a generaciones, temo que su reciente comportamiento asnado lleve a que perduren sus rebuznos.
Al final tenía razón en su aviso: Don diablo se ha escapado y sabemos la que ha armado.
¡Un abrazo chiquitín con un swing!
Que tiempos aquellos. Te mando un beso.
ResponderEliminarHola, Citu:
EliminarTal y como cantaron OBK: Fueron tiempos para enloquecer; luego un día todo cambió.
Un abrazo, Citu
Hola, Nino. Somos muchos tipos a la vez. Somos y actuamos en función del ámbito por el que paseamos nuestra geta. Aunque exista un Yo estable, este siempre se amolda a las circunstancias de cada momento y situación, como no podría ser de otra forma. Nino o Tino Ortea tiene una entidad y personalidad propia que comparte cuerpo con otras entidades, seguramente. Esa es la grandeza del ser humano, que es algo mucho más rico y complejo de lo que esos algoritmos pretenden que seamos. Un abrazo!
ResponderEliminarHola de nuevo, David:
EliminarLos humanos tenemos una capacidad de adaptar nuestra personalidad al medio. Como bien escribes: “nos amoldamos a las circunstancias de cada momento y situación”. Incluso alguien tan individualista como yo cambia al interactuar con otros. De ahí esos diferentes perfiles que mostramos en el trabajo, con amigos, colegas o familiares; podemos optar por ponerles nombres o no; pero están ahí, son reales.
Hay personas a las que trato desde hace años y que no saben de mi apodo “Nino”; otras me invocan por un “Marce” que no es de mi agrado, pero respeto… Y no soy el mismo “Nino” o “Marce” con todos los que así me llaman.
Lo que ocurre es que la mayoría de nosotros acepta la plantilla pública que los algoritmos les confieren. La mayoría de los abusadores públicos no lo son en privado.
Un abrazo, David.