Storyteller, mirando hacia atrás con inventiva
La lectura de «Storyteller»
(«Jóvenes
dioses y amigos») nos proporciona el placer de encontrarnos con un
trabajo sumamente agradable.
El tamaño del cómic —similar
al que adoptaba un tebeo en nuestras manos infantiles— permite apreciar el gran
acabado del dibujo. Rara vez encontramos más de 8 viñetas por página, siendo
numerosas las ilustraciones a toda o doble página. A esta sensación de
encontrarnos ante un producto que busca una humanización del mundo de la Historieta,
contribuye la coloración, si no la más perfecta técnicamente sí la más
expresiva, junto con el uso de sus propios esbozos en la tipografía y realce de
letras.
Su actual sello, Windsor-Smith Studio, firma el aspecto
creativo de la obra. BWS desarrolla
la totalidad del dibujo, salvo en contadas páginas donde cuenta con el
entintado de Alex Bialy. Tom Vicent, al que se unen Eric
Hope y Michele Wrightson desde
el nº 7, colabora en el coloreado. Salvo en el caso de la serie “Young Gods”,
la cual desarrolla Barry en
solitario. Joon Kostar firma la rotulación con una tipografía diseñada por Smith; quien, autoproclamado maestro
creativo, rubrica todo lo relativo al diseño en la serie, ilustrando las
portadas y 6 contraportadas, apareciendo en las 3 restantes una fotografía del modesto artista.
El aspecto que más dudas suscita la hora de apreciar la obra es el del guión. La brusca cancelación de la obra, provoca que el desarrollo de las historias quede abruptamente abortado. No en vano BWS planeaba unas series de larga duración. De los 3 relatos, la aventura de “ParadOxman” era la más corta en número de páginas, estaba pensada para desarrollarse en 14 capítulos. Aunque incluía al principio de cada episodio una sinopsis de lo narrado, en algunos momentos la comprensión de la historia se hacía dificultosa y al buscar BWS acercarnos la psicología y motivaciones de sus personajes, la narración presenta secuencias lentas.
En “Freebooters”, la
intercalación de pasajes de aventuras con momentos costumbristas e incluso con
situaciones cómicas convierte a la serie en la de más amena lectura. El uso de
un idioma inglés en algunos momentos sumamente farragoso dificulta el disfrute
de la obra. Aspecto que ha siso solventado en su edición traducida al español.
El mismo autor, a lo largo de
las historias, se muestra disconforme con el desarrollo de la narración. Tanto
en “Young Gods” como en “ParadOxman”, Barry
aparece como un protagonista más, intercambiando dudas, información y
peticiones con los personajes. En una suerte de guiño pirandelliano BWS surge en el 5º capitulo de “Young
Gods” pidiéndoles permiso para vincularlos en tramas románticas o su licencia
para mostrarlos desnudos, lo que provoca las burlas de “Adastra” ante un
estirado “Príncipe Heros” obligado a mostrar su regia pilila en nombre del
arte, o su sugerencia de mostrarla desnuda en un póster central cual conejita Playboy.
En “ParadOxman”, BWS mantiene en el 8º episodio una
conversación con “Tristan” sobre la conveniencia de elipsis narrativas en el
desarrollo de la historia, o el escaso placer que para un personaje ficticio
supone fumar falso tabaco y beber vodka adulterado en tinta. La disparidad de
opiniones entre creación y creador, en una conversación mantenida en un
decorado sacado de la serie “Los Supersónicos”, provoca la airada marcha del
personaje.