Barry no debió de quedar tan decepcionado, pues en vez de recurrir a la autoedición como otros creadores descontentos con el trato dado a su obra, continúa trabajando para editoriales. Fantagraphics ha distribuido dos de sus frutos: el «B.W. Smith: Opus» —trabajo de cadencia anual que agrupa sus creaciones gráficas—, y la novela gráfica «Adastra in Africa» —en la que revisita su trabajo «Muerte viva» desarrollado en 1987 para “La Patrulla-X”, ocupando “Adastra” el lugar de “Tormenta”—. A esto se unen sus proyectos inconclusos con DC: la novela gráfica, que editaría el sello Vertigo, «The Monster» –reflexión relacionada con la influencia de la ingeniería genética nazi en la Norteamérica de postguerra– y un trabajo sobre “Superman” y “Lois Lane”, centrado en su relación. Los entramados editoriales en torno a personajes y temáticas, frenaron la materialización de ambos proyectos.
¿Y todo esto para qué?
Puede que a algunos os
sorprenda que dedique estas páginas a un proyecto no reciente, inacabado y republicado
en nuestro país.
Creo que «Storyteller»
refleja esa realidad en la que vivimos gran parte de los aficionados. Nos
quejamos del carácter iterativo de los títulos que compramos, deseamos unas
obras que demuestren claramente la condición del Cómic como arte pleno; pero
cuando esos deseos cobran vida se la quitamos porque su tamaño dificulta su
almacenamiento, su temática no es innovadora y el otrora genio se ha
transmutado en un “mero garbancero, que busca vendernos una penosa muestra de
lo que antes fue su arte”.
Más de uno saludó la
publicación de «Storyteller» con una salva de necedades. Considerando las
series como mediocres refritos de algo ya existente: los “Freebooters” eran un
fallido intento de atraer a nostálgicos de “Conan”, mediante una historia que
se perdía entre lo épico y lo pueril; los “Young Gods” eran un fusilamiento de
los “New Gods” de Jack Kirby, sin su gracia y frescura; “ParadOxman” reflejaba
el grado de autosuficiencia de un BWS
empeñado en contarnos una historia incomprensible, cuya temática paranoica ya
había sido abordada en innumerables obras de Ciencia-ficción. Por no hablar de
un dibujo de técnica anquilosada y estilo manierista.