Attendez-vous à l'impossible
Llevaba
una semana recluida en aquél cuarto de apenas 40 m2, cuyo cuarto de
baño no tenía jacuzzi. Se le permitía salir de él para dar paseos por el
jardín, siempre que lo hiciera acompañada por alguna de las dos sirvientas a
las que sus padres habían asignado su cuidado y vigilancia.
Los
primeros días de encierro no se sintió sola, ya que estuvo muy entretenida
saludando al raudal de nuevos seguidores que la aclamaba en las redes sociales.
En Facebook
había superado los 5.000 amigos lo que llevó a que la compañía informática le
otorgara el reconocimiento de “figura
pública”.
Para celebrar su muevo estatus, decidió subir a su cuenta unas viejas
fotos —de hacía aproximadamente un año, como bien se podía adivinar por su ropa,
que pertenecía a la temporada pasada— de una cacería a la que había asistido con papá y
mamá. Esperaba que sus “papis” las vieran y le levantaran el castigo, para así
poder acompañarlos en su viaje de descanso a Las Barbados.
Pero no tenía noticias de ellos. Ya que se limitaban
a contactar con ella a través del servicio. El único que la había escrito,
justo antes de que subiera sus fotos en la cacería, había sido Vincent. Aunque lo hizo desde una dirección de correo
diferente y hablándole como en clave, para así evitar que sus padres
interceptaran el correo.
Firmaba como un tal L'Oréal, pero no tardó en darse cuenta que era él. No es
tan tonta como papá y mamá piensan: Vincent siempre le está acariciando la melena y asegurándole
que disfrutaba “haciendo el indio” tras su rubia cabellera; y “casualmente”
aquél directivo le proponía ser su modelo publicitario para productos del
cabello y le pedía que le enviara un video.
Para grabar el video, le pidió a Marcelline, su criada de confianza, que se prestara a lavarle
la cabeza y a maquillarla mientras la otra asistenta, Fabiolen, grababa la sesión con el flamante teléfono
móvil que papi y mami le habían regalado para su decimoséptimo cumpleaños.
En
apenas una hora ya le había enviado el video a Vincent, pidiéndole que no
lo subiera a la Red, pues ya tenía bastantes problemas con sus padres.
En cuanto se despertó a la mañana siguiente, miró su
teléfono. Le sorprendió no tener ningún whatsAp. Vio que no captaba la señal de
Internet en su terminal. Se aceleró hasta su ordenador mac y comprobó que no
podía acceder a Internet. ¡Papá y mamá habían endurecido su castigo! Lo
imposible había ocurrido y su mundo se había reducido a aquel cuarto.
Recibir el sms donde Vincent —bueno él muy cobarde seguía identificándose como “L'Oréal”— le anunciaba el final de su relación sólo hizo
que aumentara su enfado. Si ese guapito creía que ella se iba a poner a
suplicarle que no la dejara, lo tenía claro. ¡Por su culpa se había metido en
ese lío con papá y mamá!
La voz de Marceline, que le pedía permiso para acceder a su cuarto y
servirle el desayuno, la sacó de sus pensamientos. La criada tenía una
expresión desconcertada. Una vez colocó la bandeja, sugirió a la señorita que,
tras almorzar, se arreglara con la mayor de las prisas posibles, habían llamado
los señores y estarían allí en apenas hora y media.
A Axelle se le atragantó el café. Estaba segura de que Fabiolen se había chivado a sus padres de sus encuentros durante
esa semana con el jardinero. ¡Esta vez se había metido en una buena!
Axelle Despiegelaere es una belga de 17 años, modelo efímera de la marca de cosméticos L'Oreal gracias al Mundial de Brasil, donde animaba a la selección belga. Antes del partido de su selección contra la estadounidense. Axelle subió a Facebook unas fotos en las que posa en una cacería de órix y escribió un comentario asegurando estar lista para cazar americanos. Su despido ha sido fulminante.
ResponderEliminarhttp://www.lavanguardia.com/de-moda/20140713/54411072349/modelo-belga-axelle-despiegelaere-mundial-2014.html
Solamente me queda aplaudir.
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Skeletor!
EliminarSólo me queda agradecértelo sinceramente.
Un abrazo.