domingo, 27 de abril de 2025

La inconsecuencia de mi incongruencia

El ayuntamiento necesita que actualice/confirme mis datos censales.

Espero que no me vengan con reclamaciones por incumplir mis obligaciones de ciudadano gijonés, sesentón, divorciado y sin hijos. Ese administrado por bases de datos y baremos estadísticos es “el otro”: es MJOS. ¡Yo soy Nino, el gran funambulista entre la Realidad y el Deseo!

Imagen tomada de Internet.

Sin embargo, mi persona individual y mi personaje social coinciden en la inconsecuencia de mi incongruencia: como personaje no interpreto el papel que de mí se espera y como persona no cumplo lo que digo si, en ambos personamientos, el hacerlo me aburre o al hacerlo me paraliza el vértigo.

Hay instantes –te doy mi palabra, amable leyente– en los que me planteo involucionar, mutar para parecerme a los demás o, al menos, aparentar que me adapto. Pero soy como soy, inconsecuente en mi incongruencia; me aburriría el ser como los demás, ya que no podría seguir observándolos con la misma atención con la que un niño observa a un adulto y se jura que él no será así cuando crezca.

Gracias por tu compañía lectora.

 

viernes, 25 de abril de 2025

Te voy a contar un cuento 4/4

 El curso en que repetí tercero de bachiller, coincidí en clase con una compañera –G.B.– que estaba convencida de que yo era tan brillante que los profes no me entendían. Aquel segundo tercero fue el único curso en el que aprobé todas las asignaturas cada evaluación, incluidas Educación Física y Religión. Incluso me uní al equipo que redactaba una revista en el instituto y empecé a escribir a mano artículos cinematográficos para que ella los mecanografiara. Llegó el verano y G.B. se fue todo el estío al pueblo castellano de sus abuelos maternos. A su vuelta, ya no había brillo en sus ojos al mirarme. Empezó a evitarme en el patio y en los pasillos. Dejó de darme sus apuntes. Durante los dos primeros meses del curso, no colaboré en la revista. Nadie me pidió que volviera, al igual que nadie se opuso a que lo hiciera. Volví a publicar en enero de 1983; como había otra persona que escribía sobre Cine, empecé a hacerlo sobre tebeos y novelas de bolsillo. No tenía ninguna ambición literaria, sólo buscaba demostrarle a G.B. que mi brillo estaba en mí, no en su mirada.

 


Ocurre lo mismo con este blog, mantenerlo abierto es un ejemplo de terquedad personal, no de ambición literaria.

¡Rocanrol!

 

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miércoles, 23 de abril de 2025

Te voy a contar un cuento 3/4

Fueron bastantes las ocasiones en las que contesté con “ninismos” donde se me pedían tecnicismos. En los exámenes con preguntas a desarrollar, embrollaba mis rerspuestas recurriendo a palabrería –ahí nació mi tendencia al lenguaje ampuloso–; en las pruebas tipo “test”, solía salvar el tipo recurriendo al ‘pito-pito-gorgorito’; pero en los exámenes de respuesta concreta, era donde escribir mi verdad podía ser evaluado como inventarme una falsedad.

En las preguntas orales, mi inventiva lingüística y la seguridad con la que hablaba, hacían que los profesores me atribuyeran una actitud contestataria de la que carecía. Lo mío era ignorancia, no arrogancia. Pero mis compañeros y en especial mis compañeras, veían en mi analfabetismo una actitud retadora, que me imbuía de atractivo. No escribir al dictado y hablar con mis propios “palabros” me convirtió en líder pese a mi individualismo.

 

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lunes, 21 de abril de 2025

Te voy a contar un cuento 2/4

Ya en el instituto, los primeros meses no tomaba apuntes. Mientras los demás copiaban lo que dictaban los profesores, solía mirar por la ventana. Luego dejé de ir a clase, me pasaba el horario lectivo en la cafetería del centro, tumbado en la zona en barbecho del patio o en una bodega cercana, bebiendo mistela de porrones que habitualmente pagaban los parroquianos ancianos a los que había ganado jugando al ‘tute’ o a la ‘brisca’.

Siempre había compañeros que pasaban sus apuntes a limpio y conseguía que me dieran/cambiaran/vendieran sus anotaciones originales en vez de tirarlas. Pero… no siempre entendía lo que estaba escrito, por lo que era habitual que me tomara “licencias” y cambiara palabras respecto a las dictadas. Era estudiante de última hora ante los exámenes, por lo que muchas veces intuía más que leía lo que ponían los apuntes.

 

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domingo, 20 de abril de 2025

Chocolate mandaloriano

Figuras de chocolate a degustar el Domingo de Resurrección. Inspiradas por la teleserie "The Mandalorian" (Star Wars Universe). Elaboradas por la confiteria gijonesa 'San Antonio'

 



sábado, 19 de abril de 2025

Te voy a contar un cuento 1/4

Te voy a contar un cuento, sin moralejas ni lentejas, un cuento que cuenta la actitud de Nino y no la aptitud de Nino Ortea. 

 


Cuando Nino era niño –que a diferencia de Benjamin Button para ser anciano hay que primero ser púber–, no me gustaba escribir. No sólo aborrecía los ejercicios escritos escolares, que básicamente se limitaban a copiar, también evitaba escribir anotaciones personales, diarios o cartas a los Reyes Magos. Lo que a Nino de niño le gustaba era hablar y, con suerte, conversar. En el colegio, aquellos monstruos que no eran molinos sino profesores, me impedían hablar y me obligaban a escribir: me catigaban a salir al encerado y a garabatear castigos; yo me comía la tiza para ponerme enfermo y que me dejaran salir de clase. Prefería enfermar a escribir. Como no me dejaban hablar, me negaba a escribir. No era un quijote, era terco. Pulsa si quieres seguir leyendo el cuento

jueves, 17 de abril de 2025

Tierras Perdidas / In the Lost Lands (Paul W.S. Anderson, 2025)

Tierras Perdidas / In the Lost Lands (Paul W.S. Anderson, 2025)

Dirección: Paul W.S. Anderson.

Guión:  Constantin Werner, Paul W.S. Anderson.

Reparto principal: Milla Jovovich, Dave Bautista, Arly Jover.

Una reina envía a la poderosa bruja Gray Alys (Milla Jovovich) a las "Tierras Perdidas" para obtener el don de convertirse en mujer lobo. Con el misterioso cazador Boyce (Dave Bautista), que la apoya en la lucha contra criaturas oscuras y enemigos despiadados, Gray Alys deambula por un mundo espeluznante y peligroso. Y solo ella sabe que cada deseo que concede tiene consecuencias inimaginables...

“Tierras Perdidas” es una adaptación del relato de George R.R.Martin extraído del libro “Amazons II” publicado en 1982. No he leído el texto, por lo que no puedo valorar la fidelidad del guión al relato – George R.R.Martin es un escritor que me descoloca dada su tendencia a imbuir de realismo lo que es netamente una historia de ficción, dejé de leer “Canción de hielo y fuego” al comienzo del tercer volumen–.

La película es ligera y entretenida, a diferencia de la incoherente “Monster Hunter” (2020) –última película en la que habíamos contado con el matrimonio creativo del director y la actriz–. En “Tierras Perdidas”, Anderson se limita a narrar la historia, sin recurrir a excesos de cámara; y Jovovich a recrea su personaje icónico de ‘Alice’ para la saga “Resident Evil”.

“Tierras Perdidas” es una película tan amena como olvidable.

miércoles, 16 de abril de 2025

Cartas a una desconocida 02

 

Fotografía tomada de ccfprosario.com.ar


En relación con lo que me comentabas ayer, no sé si tus palabras fueron nuevas, o ya me las habías repetido en aquellos tiempos en que me dedicaba a leerte entre líneas. El caso es que, al decirlas, acariciaste mi autoestima; pues me gustó saber de tu boca lo que ya en su momento me habías hecho sentir, pero que acabé creyendo que había sido fruto de mi imaginación.

El que después de lo pasado, aún te rías al recordar lo convivido y que lo digas sin reparo, me hace sentir que lo compartido fue sentido, no instintivo. Gracias por tu sinceridad, lo más fácil habría sido silenciarla. O usar el manido “tuvimos buenos momentos”. Gracias por considerarme diferente y no raro.

lunes, 14 de abril de 2025

Thunderbolts (sobre los primeros números del primer volumen)

Thunderbolts

Kurt Busiek – Mark Bagley.

Serie regular. Forum.

 

La que sigue es una reseña centrada en los primeros números de la serie regular Thunderbolts Vol. 1, publicada por Comics Forum desde enero de 1998. El texto reproduce el original publicado en la revista ‘Dentro de la viñeta’.


 

Nos encontramos ante una de esas series en las que, curiosamente, el interés de muchos lectores hacia ella se debe no a sus valores artísticos, sino que al aparecer en ella la rúbrica de algún autor de prestigio. En este caso nos encontramos con relatos firmados por Kurt Busiek, el escritor más comercial y laureado –acaba de recibir los premios Wizzard y Eisner a mejor guionista- con el que en estos momentos (1) cuenta Marvel y cuya anunciada marcha de esta colección ha provocado un auténtico cisma entre los habituales de la serie: divididos entre los partidarios del mantenimiento de  la colección –pese a tan traidora deserción– y los favorables a un cierre inmediato de ésta pues sin su creador la serie se queda sin rumbo.

Es éste un proyecto que a primera vista no presenta nada novedoso: unos  malhechores cansados de las palizas y el ridículo a los que los someten los bienhechores, deciden adoptar otras personalidades heroicas para ganarse la confianza de la sociedad y dar el golpe de su vida. Pero algo sucede en el camino al triunfo; y lo que era un montaje ficticio pasa a convertirse en una intención real.

Parece ser que el germen de esta serie se encuentra en una trama que Busiek había urdido para el caso de que le fuera encargado guionizar ‘Los Vengadores’. ‘Los Señores del Mal’ irían poco a poco integrándose en la formación para concluir con un épico enfrentamiento entre el ‘Capitán América’ y sus compañeros felones.

El logro del guionista consiste en, partiendo de este resabido planteamiento, centrarse en los aspectos internos de los personajes: sus lazos familiares y afectivos, la necesidad que todos tenemos de confiar en alguien, nuestro miedo a fallar y decepcionar a los que queremos. Poco a poco lo que era un mero grupo de brutos agrupados en torno a una mente maestra, va evolucionando hacia una relación de igual a igual dentro de la formación, pues las sucesivas vicisitudes que atravesarán provocarán en ellos un cambio moral, pasando de delincuentes a boyscouts, y acarrearán un cambio en el funcionamiento del grupo, pues ese alejamiento del reverso oscuro de la ley, va acompañado de profundos cambios psíquicos en los personajes. Con todo la cohesión de grupo se mantiene pues se necesitan los unos a los otros para continuar libres; al no poseer ninguno unos poderes desequilibrantes su  relación ya no es jerárquica, todos se ven capacitados para opinar y actuar libremente lo cual enriquece la trama pues entre ellos surgirán roces y brotarán recelos.


Todo este planteamiento encuentra un fiel apoyo gráfico en Mark Bagley, autor cuya capacidad para las escenas de acción ya había sido demostrada en Amazing Spiderman. Es notable su competencia para dotar a sus personajes de movimiento al mostrarlos incompletos, casi desencuadrados pero en posiciones nada exageradas, algo impensable en una editorial como Marvel en la que la cumbre artística se alcanza dibujando a tipos en el aire pegando gritos. Lo que unido  el perfecto uso de la perspectiva, la igualdad de trazo con que trata a los personajes y su capacidad para dotar de humanidad a sus creaciones, resulta en un dibujo francamente agradable y funcional. Del perfecto entintado se ocupan principalmente Vince Russell y Scot Hanna. No conviene olvidarse de que a lo largo de la serie han colaborado esporádicamente maestros como George Pérez, Gene Colan, Roger Stern,....

 

(1) Reseña escrita en mayo de 1998

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