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Estimades “literatura surrealista psicodélica, uñas en los ojos y como desengancharme de super pop”:
Espero que perdonen el que les haya hermanado sin haberles presentado previamente, pero su vinculación es más gemela que la de aquellos picos filmados por David Lynch, y sus búsquedas tan sugerentes como el soñar con ser cereza en la boca de Sherilyn Fenn.
Lo que les decía, buscadores: de lo psicodélico a lo psicotrónico hay solo un matiz espumoso. La diferencia entre Las Tetas de Tiresias (de Apollinaire), Los campos magnéticos (de André Breton) o Ayer la vi, (por el gran Nino Ortea) es evidente en la divergencia de calidad de las primeras respecto a la última. Aunque ya puestos, la avistada en pretérito no tenía uñas en los ojos, si no dientes en el corazón.
De todas formas, permítanme sugerirles la lectura en este blog del delirio Kong soluble, muy pronto traducido al austrohúngaro.
Respecto al enganche a ese auténtico canto de vida y esperanza que es la revista Super Pop, ¡no se resista!
Todo esfuerzo es fútil; su lobotomía empezó al escuchar a los Locomía.
Resumiendo no busquen en la Literatura experiencias que deben sentir, no leer. La vida contemplativa es tranquila, pero la compartida es más gratificante.
¿Más cerezas? ¡Sigan leyendo.
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