Recopilación de respuestas recibidas en esta entrada
https://concursoeltinterodeoro.blogspot.com/2023/05/donde-vive-el-recuerdo-nino-ortea.html
Hola, Ana:
Muchas gracias por tus buenos deseos, compañera.
Sí, por suerte mantengo el ánimo creativo. De hecho, aunque cuando escribí este texto aún no lo sabía posible, autoeditaré pronto una antología realizada por la escritora Clarisa Tomás Campa.
Gracias, Ana.
Quiero agradecerle al compañero Pepe su cuidada maquetación de este texto, a la vez que le pido disculpas por le trabajo que le habrá acarreado solventar mis fallos de reacción.
Gracias sinceras, Pepe.
Hola, Macondo:
Gracias por tus palabras de aprecio.
Mi soliloquio había quedado algo locuelo, es gracias a David y Pepe que ha adquirido este tono ameno e interesante.
Un abrazo, compañera.
Hola, Maite:
Es siempre reconfortarte leerte, como lo es escucharte en tu canal de YouTube. En hora buena me junté a vuestra compañía, unión que me permite compartir vivencias que pasan de ser mías a ser nuestras.
La fusión de mis tres novelas me dejó el sabor grato de haber superado un reto y de presentar la historia como me apetecía (re)contarla. Como bien indicas, el trabajo fue reelaborarlas, ya que por entonces no estaba en el mismo estado anímico en el que las había escrito. De hecho, más allá de aprovechar para
corregir faltas y errores –que harán sido sustituidos por otros despistes–, limé con cuidado sus aristas de nihilismo. El resultado no fue una nueva novela, pero sí una versión diferenciada, de ahí que decidiera dejar la versión “serializada” que, aunque más irregular, es la más fiel a mi forma automática de escribir.
Ánimo con la conclusión de tu antología de relatos. Imagino que tu voluntad de concluir esa etapa en tu vida te determinará a solventar lo arduo del trabajo.
El tema de mi relación con mis alter egos –sí, tengo varios– es complicado de entender hasta para mí. De hecho son muchas las veces en las que he-hemos escrito sobre esa disociación creativa. Para mí, escribir ficción no es un acto rutinario ni de voluntad, es algo imprevisto. Ese imprevisto controla lo que
escribe y yo decido si lo comparto y cómo hacerlo. Ese distanciamiento, esos apagones explican mis altibajos en calidad, enfoque e interés dentro de un mismo texto si no lo escribo de una sentada.
Gracias.
La fotografía me pareció cautivadora en cuanto la saqué. El tratamiento gráfico que le ha dado Pepe la realza.
Gracias por tus constantes muestras de aprecio personal y creativo, Maite.
Un abrazo.
Hola, Josep.
Sí, me resultó interesante el leer tus reflexiones y las de José.
En nuestro caso nos une el haber abordado la autoedición canalizando nuestras a través de Amazon. Y el, pese a nuestros añitos, ser autores nóveles en el mundo editorial industrial.
Nuestras experiencias convergen y divergen, eso es lo bueno y lo mayéutico de la escritura y lectura de estos textos que David
nos permite compartir en su blog. No busco una editorial “seria” –quizá mi subconsciente espera que me encuentre–, ya que soy consciente de mis limitaciones literarias y las de mis textos (otra cosa son los anhelos de mi heterónimo). No adquirí la formación que te esforzaste en adquirir, ni siquiera leo textos teóricos sobre “el arte de escribir”; por lo que entiendo que lo primero que debo hacer sería solventar mis carencias formativas: apuntarme a talleres y concursos, leer manuales y ejecutar sus prácticas. Pero no me apetece: nunca he sido buen alumno, salvo de mi experiencia. Y sigo experimentando en la autoedición en Amazon. Por placer anímico y estímulo intelectual.
En el plazo de unos meses, Dios mediante, habré autoeditado mi decimotercer título, que será una antología realizada por la escritora Clarisa Tomás Campa con textos que he publicado en mi blog a lo largo de quince años.
No tengo ninguna experiencia amarga asociada a la autoedición. Ni mis obras han sido mal tratadas por Amazon –sus fallos editoriales son los míos al editarlas–, ni he sentido traicionadas mis expectativas de venta –cada venta es un milagro–. Mi problema con la autoedición estaba en mis limitaciones: ya no sabía cómo hacer algo que me estimulase.
Gracias a mi amiga, Clarisa, vuelvo a estar ilusionado con una publicación “ninera”. Así que sólo puedo estarle agradecido a la autoedición: me ha permitido calmar inquietudes, encontrar la amistad verdadera y conocer a personas interesantes, como los compañeros que conformáis esta comunidad encabezada por David Rubio. Y quizá en la autoedición, como en la vida, aún me queden experiencias fascinantes por descubrir.
Un abrazo, Josep.
Saludos, José:
Sí, compañero, uno de los privilegios de escribir fantasías es que te permite llegar a reinos fantásticos como ARAGCA y conversar con el señor de ese reino mientras paseamos por un museo de la confusión de trazado sugerente.
Pensar títulos para las obras y cómo organizarlas en colecciones es otro de los alicientes de autoeditarse, como bien sabes. Creo que ayudan a organizar el tránsito por ese zoco infinito que es Amazon.
Su servicio “Direct Publishing” está pensado para referencias escritas en inglés. El simple hecho de que tu nombre lleve tilde ya dificulta la gestión de tus obras. La dificultad idiomática se agrava con autores que, como tú y yo, nos inventamos palabras. Y ya en casos como el que mencionas de escribir en idioma ajeno al asociado al espacio desde el que editas, la situación debe de volverse muy dificultosa. Eso sí, imagino que si usásemos las plantillas de Amazon y contratásemos sus servicios editoriales, bailaríamos un vals nupcial. ¡Pero lo nuestro es el rock, José!
No compro en Amazon. No tengo tarjeta de débito. Los ejemplares de mis obras los adquiero mediante allegados. No sé cómo funciona el servicio KDP. Tengo todas mis obras con esa opción activada para que quien lo tenga contratado lo pueda leer. No busco ganar dinero con mis autoediciones –no les marco beneficio–, pero sí que me fastidia que quien lo lee “by the face” no lo comente o deje un simple “gracias”. La edición en formato electrónico es la que me da más problemillas, ya que subo una versión personalizada para entretenerme editando en XML. Y Amazon siempre me echa atrás las primeras versiones. Subo el mismo archivo, con variaciones numéricas, hasta que finalmente lo aceptan.
El tema de los talleres lo intenté una vez. Me apunté a uno municipal y gratuito, en el que el resto de integrantes eran féminas. Me trataron como un analfabeto funcional, recelaban como si temieran que hubiese ido allí de ligoteo. Sólo asistí a una sesión. Mi situación económica no me permite apuntarme a un cursillo de pago. Así que aprendo empíricamente.
¡Qué grande es Horacio Quiroga! Su antología «Cuentos de amor de locura y de muerte» es un tesoro.
No uso conscientemente ninguna metodología, aunque por deformación formativa mi análisis crítico bebe de la Semiótica. Y salvo por la música de Prince y el cine de Lynch, soy ateo a deidades creativas.
Si quieres leer alguna de mis obras, te la puedo enviar por correo electrónico en PDF. Así evitas gastos innecesarios al poder hacer una lectura previa y decidir si te interesa.
La aventura y el placer están en conocerse. Promocionarse es una tortura para esta tortuga.
Un abrazo, señor de ARAGCA.