El
chipirifláutico David Rubio inspira
y coordina un nuevo encuentro creativo desde su siempre emocionante blog «El tintero de oro». El reto de este mes
consiste en “escribir un micro inspirado
en una emoción como mínimo”.
Mi
fábula de 250 palabras es hija de la ira (sin duda, la emoción que más me
pecamina). La he dramatizado en esta práctica de locución que quizá te apetezca
escuchar mientras lees el relato.
El demonio de la carne
Finalmente Dale
cayó dormido. Me levanté y llevé su copa a la cocina.
Arrojé el alcohol que quedaba sobre la madera que
había en el enorme horno de leña.
Recordé nuestros años de colegio y cómo Dale lograba sentarse con las niñas que
me gustaban.
En el instituto, compartió con Laura el viaje de estudios al que no me apunté para no dejarlo solo.
Estaba castigado. Descubrí, ya tarde, que finalmente le habían permitido
inscribirse; pero… se le olvidó decírmelo.
Laura, Maddy
o mi todavía esposa Audrey, todas
fueron activadoras sucesivas de la “maldición”, palabra en la que Dale abstraía su gusto por la mujer
ajena.
Lo había oído innumerables veces lamentarse de esa
maldición que lo convertía en desleal con sus seres queridos. Pero esta tarde,
escucharlo hablar con ese desapego de la adoración que Audrey le profesa fue demasiado.
Me invadió el arrebato “Bob”.
De repente, como en una toma involuntaria de
cámara, vi a Bob
reflejado en mi copa de burbon. Bob lleva siendo mi amigo imaginario desde que Dale empezó a hacerme sufrir lo
inimaginable.
Siempre me animaba a volcar mi ira en romper los
regalos que Dale me daba tras sus
maldiciones. Pero esta vez me incitó a romper a Dale.
Cerré los ojos, oí su carcajada y olí su aliento
fétido susurrándome: Fuego,
camina conmigo.
Como buen amigo de Dale, me alegro de haberlo liberado de su “maldición”.
En cuanto lo haya metido en el horno lo habré
redimido del demonio de la carne.
Gracias
por tu atención al videorrelato «El demonio de la carne». Intenté
que mi personaje no resultara plano y dotarlo de un arco emocional que
explicara su tensión disparada; pero creo que presentarlo justo cuando acaba de
asesinar a su “mejor amigo” no ha sido un buen punto de partida. ¿verdad?.
Te invito a que visites
el blog «El tintero de oro», donde
–además de un listado con los aportes cautivadores de mis compañeros
entintados– encontrarás un brillante artículo de David Rubio sobre las emociones y cómo usarlas en la creación
literaria:
https://concursoeltinterodeoro.blogspot.com/2023/05/microrreto-la-paleta-de-las-emociones.html
El
espectro “Bob”
ya me había arrebatado en otro relato que compartí en una convocatoria de “El
tintero”. Quizá te apetezca leerlo.
https://venyenloquece.blogspot.com/2022/09/microrreto-cita-la-vista.html
Gracias
por venir y enloquecer, amable leyente.
@NinoOrtea
Amistad tóxica, amistad que no es tal. Se me hace extraño que el protagonista aguantara todo eso de su "amigo" y al final, su propia esquizofrenia le ayudó a acabar con él. Un loco y un impresentable, y ambos unos desgraciados en el fondo.
ResponderEliminarHola, de la Flor:
EliminarGracias por tu opinión lectora.
Sí, muchas veces les ponemos a las relaciones nombres impropios: detrás de una “amistad” puede haber una relación abusiva o de dependencia. La que mantenían el muerto y su asesino era, como dices, una relación tóxica. La violencia extrema es la respuesta del abusado frente a su abusador.
Un abrazo, compañera.
Hola, Nino.
ResponderEliminarEl título me despistó. pensé que el relato iba a ser más carnal. Me gusta tu lectura. Besos.
Hola, Maite:
EliminarNo era mi intención despistar con el título. Hace poco he revisonado una película con Peter Cushing “The Flesh and the Fiends” y me hago eco de ella. Lamento la ambigüedad que provoca su uso.
Un abrazo, Maite.
Me gusta la influencia de Twin Peaks, en la musicalización, las imágenes que elegiste para tu video. Y para los nombres de los personajes, especialmente de Laura, que imagino como a Laura Palmer.
ResponderEliminarDisiento un poco con tu apreciación sobre el comienzo de tu relato. Parecía que el personaje estaba preocupado por el alcoholismo de Dale. que por eso tiró lo que quedaba de su bebida.
Pero no, pasaba por otro lado, hábil giro argumental.
Por la maldición de Dale. Y la aparición de Bob, como una especie de señor Hyde. Peligroso conflicto entre estos dos amigos, que terminó en algo terrorífico.
El relato se potencia, al leer el anterior, permitiendo imaginar lo que pasó con Laura, Y tal vez con Maddy. Aubrey parece que ha logrado sobrevivir, tal vez sabe bien con quien se casó y como manejarlo. Hasta puede que lo haya manipulado para que se deshaga de Dale. Y colabore con deshacerse de las evidencias.
No sólo la locución es buena sino que noto una actuación vocal, para interpretar al protagonista.
;Muy buen aporte a esta convocatoria del El Tintero de Oro.
Saludos.
Qué bueno! Me ha gustado mucho como te ha quedado el video, es el que tiene una mejor edición. Bravo!
EliminarHola, Demiurgo:
EliminarNo me sorprende que te guste Twin Peaks, dado el papel que juega en ella lo onírico. Además, creo el Surrealismo es un movimiento artístico donde encaja perfectamente tu narrativa.
“Laura” es mi nombre de mujer favorito; aciertas al imaginar a la señorita Palmer.
Ni me había planteado esa interpretación del comienzo del relato, me parece muy creativa.
¡Has dado en el clavo al equiparar a Bob con Hyde! Como sabes, en la novela de Stevenson el narrador es un abogado amigo de Jekyll y el alcohol transforma a éste en Hyde.
Sí, “Bob” ejerce una posesión colectiva sobre una promoción del año 1990 del instituto de Twin Peaks. Audrey es mi personaje fetiche en la teleserie, con lo que nunca la mataría en mis “enninaciones lynchianas”.
Muchas gracias por tu comentario lector, Demiurgo. Es un honor leer tu valoración cómplice con mi fabulación.
Un abrazo, compañero.
Hola, Ángela:
EliminarMe satisface mucho el que te haya gustado el videorrelato. Sí, es la primera vez que intento contar una historia con la secuenciación de las imágenes del clip.
Un abrazo, Ángela.
Neurosis plantada en estos personajes, pero más en el protagonista, y su doble personalidad, tan bien retratada en tu relato. Y tu habla que buena dicción, agradable, para un audio que agarra al escucha. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarHola, Carlos:
EliminarSí, la escritura es un recurso para reflexionar sobre la neurosis que resulta de mi inadaptación social. Mi persona no sólo da nombre a mi personalidad literaria, también es la mayor fuente de inspiración para las fantasías que éste escribe.
Me reconforta que aprecies calidad en mi dicción, Carlos. Hay un par de momentos en los que me salgo del personaje y me brota cierto histrionismo.
Muchas gracias por tu cuidada valoración lectora.
Un abrazo, Carlos.
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ResponderEliminarHola Nino, muy buen micro y obviamente el relato con la música que elegiste me ha gustado mucho.
ResponderEliminarQué historia, una amistad tóxica entre ambos y el final inesperado.
Me gusta que hayas elegido nuevamente la aparición de Bob ese personaje de la mente que dirige el accionar del protagonista, realmente muy bueno.
Un abrazo.
PATRICIA F.
Hola, Patricia:
EliminarGracias por tu comentario entusiasta. Participar en las convocatorias de “El tintero” tiene el aliciente de compartir vuestra compañía inspiradora.
Bob, esa instigación para dañar a nuestros semejantes, es un personaje que volverá a arrebatarme en algún próximo micro.
Mi máximo aprecio, Patricia.
Hola Nino, un micro emocional por demás, que nos deja ver una doble personalidad, con la que el protagonista juega a su favor para perpetrar un crimen, su propia muerte, que está más que justificada por esta doble personalidad, pues siente que le ha hecho un gran favor a su otro yo, ja, ja..
ResponderEliminarUn micro endemoniadamente auténtico, que cobra fuerza en tu voz, que va subiendo de tono. Ahora se supone que ya se anuló esa doble personalidad, y Dale no existe más, sólo queda Bob, el supuesto amigo imaginario con aliento fétido...
Al menos así entendí el micro, pero las imágenes del video, me dejaron algo confusa, ¿Dale era una chica que llevaba atrapado en su interior a Bob (un chico)?
Fuego, camina conmigo. Me lo merezco por despistada, ja, ja.
Hola, Idalia:
EliminarDisculpa la confusión que te han creado las imágenes (te agradezco la atención que le has prestado al video). Sí, con las imágenes intento contar una historia diferente a la que narran las palabras.
El relato es un monólogo interior (ese hablarnos en voz alta para justificarnos el haber hecho algo que sabemos de corazón que está mal). Las imágenes narran el flujo de conciencia del personaje (sus recuerdos instintivos, no los falseados por el intelecto).
Muchas gracias por tu lectura atenta y tu comentario afable, Idalia.
Disculpa que no responda a tu duda, Idalia. Tu interpretación al recrear la historia es tan válida como la mía al crearla: Dale es lo que tú hayas sentido que es.
EliminarGracias, gracias y gracias.
Genial, Nino. Ira y venganza que conducen a un final irónico que cambia el tono del micro. Me ha parecido estupendo.
ResponderEliminarHola, Marta:
EliminarGenial me siento tras leerte. El final marca un nuevo comienzo para el asesino “amigable”, cuyo destino está en vuestra imaginación arrebatadora.
Un abrazo, compañera.
Lo he leído antes de escuchar el audio, y es inquietante y deja, creo, la interpretación en manos del lector, una doble perspectiva de personalidad desdoblada en amigo imaginario.
ResponderEliminarLa música genial, Nino, buen maridaje con el texto.
Un abrazo, Nino.
Hola, Tara:
EliminarGracias por la dedicación con la que has leído y escuchado esta historia.
Aciertas: es una fabulación abierta. Normalmente no cierro mis historias y ésta no es excepción. No sólo soy un lector entusiasta de la narrativa con final abierto, me gusta escribir historias que continúen en la imaginación lectora.
Angelo Badalamenti fue un compositor muy expresionista, sus bandas sonoras creaban estados de ánimo ajenos a las películas a las que acompañaban. La de “Twin Peaks” es puro estímulo sensorial.
Un abrazo, Tara.
Jajaja vaaaya música más intrigante, de thriller total… claro, ... te he leído al final que es de Twin Peaks… ; )
ResponderEliminarHay amigos a los que esta palabra les queda demasiado grande. Lo curioso es que estos abusones emocionales, siempre suelen tener a un alma lánguida al lado, que soporta estoicamente las idas y venidas interesadas y en este caso, el colmo de los colmos encima te roba a la chica jajaja ¿sabes qué? me alegro que le metieras un guantazo o eso me pareció .. en todo caso tendrías que haberle dado un buen porrazo para meterlo al horno, esto ya puede que te haya quedado un tanto excesivo.. está claro que tu lado Bob es temible cuando asoma, espero que no se te escape a menudo. Ha esto muy bien este apasionado relato ; )
Mil gracias por este ratito y un abrazo fuerte NINO!! .. si ves que sale del horno Dale, dale un buen sartenazo de mi parte y otra vez a dentro, hasta que no quede bien churruscado no bajes el volumen
PD
Le he dado al like del vidio tranquilo ; )
jaja video ...sin i si se me ha escapado alguna otra pifia, sorry ; )
EliminarHola, sonriente María:
EliminarSí, la música que suena de fondo es el tema «Audrey’s Dance»; como le acabo de escribir a Tara, Angelo Badalamenti es un compositor cuya música va más allá de los parámetros cinematográficos o televisivos.
¡Ah, la amistad! ¡Qué bonito nombre tiene cuando contornea lo abstracto! Pero cuando encarna a lo concreto, sus perfiles se convierten habitualmente en aristas cortantes.
Soy poco amigo de usarla para identificar a personas cercanas. Apenas habré tenido 10 amigos y, por desgracia, la mayoría están muertos.
El tema de las relaciones humanas es muy difícil en lo específico, pero sencillo en lo genérico: se basan en el beneficio. Nos beneficia relacionarnos, conocer a otras personas y reconocernos en su trato. Lo que ocurre con las relaciones que están basadas en sentimientos, es que muchos las abordan de la misma manera que afrontan las relaciones impuestas por el desapego: buscando el beneficio personal.
He estado conversando con el espejo. Por allí se asomó “Bob”. Me aseguró que el “horneado de Dale” le había quedado suculento (he descubierto que el muy cafre es también caníbal). Miedo me da que me vuelva a someter a una nueva posesión infernal: ¡lo mismo logra que me convierta en un energúmeno de los que pierden la calma con el fútbol!
Gracias a ti por el gustazo de tu compañía y por darme el gusto de pulsar al “like”.
Un abrazo amistoso, María.
Los "amigos imaginarios" pueden ser una buena herramienta de terapia, para desfogarse y sacar de nuestro interior lo que nos pesa. Aunque si, la idea de deshacerse del amigo es algo drástica, la verdad! Ja, ja! Un abrazo!
ResponderEliminarHola, Marifelita:
EliminarLa mejor manera para “desfogarse” de los amigos es hornearlos en un buen fuego, así –tal y como compuso el agente Phillip Jeffries bajo la identidad de David Bowie– queda cantado el tránsito de “Cenizas a las cenizass”.
Ashes to ashes, funk to funky
We know Nino Ortea's a junkie
Strung out in heaven's high
Hitting an all-time low.
Un abrazo, Marifelita.
Pues fijate que he escuchado esta canción de Bowie mil veces y nunca me dí cuenta que eras el protagonista... Ja, ja! Un abrazo!
EliminarEstimada Marifelita:
EliminarLe detallo la manera de poder escuchar mi invocación protagónica en el salmo del evangelista Bowie:
Reproduzca el disco en sentido inverso (moramos al otro lado de esra realidad)
Introduzca su ilustre cabeza en un horno lustrado (apagado y desconectado)
Repita tres veces la letanía “Ninoskito estás very loquito” al principio del final de la canción: «sehsA ot sehsA» y accederá a la versión sin censuras de esta cesura musical.
Ya me contará su opinión sobre esta versión reveladora.
¡Fuego, camina con Marifelita!
te has cargado a Dale cooper?
ResponderEliminary la cuarta temporada , qué?
Bueno , ya , que no va a haber cuarta temporada.
Muy bueno el transito a la personalidad "Bob" a traves de la copa de bourbon, aunque no sea el unico condicionante. Cuando sale Bob, mas vale no estar cerca.
abrazoo, Nino
Hola, deductivo Gabilante?
Eliminar¿No será usted en realidad el espíritu encarnado del antes citado y hace tiempo finado agente Jeffries, verdad?
Ha acertado. Como bien sabe, en la tercera revelación lynchiana de nuestra pervivencia insana, se reveló que somos varios los “Dale Cooper” replicantes que andamos sueltos por el mundo aprovechando que el original está atrapado en la “Logia negra”. Yo soy su doppelgänger más estilizado y, para pervivir en este plano de la realidad, tengo que aplanar a mis burdas réplicas. Éste que me he cargado era el cargante conocido como Douglas "Dougie" Jones.
¿La cuarta temporada? Como imagino que sabrá, nuestros fabuladores han estado ocupados en su vinculación al nuevo videojuego del mundillo Zelda. Quizá ahora sigan tuinpinqueando nuestro mundo.
¡No dude, descreído! ¿Acaso pensaba que iba a haber una 3º temporada? ¡Pues la hubo! Quizá para esta 4 revelación no se produzca una dilación de 25 años.
Usted espere. Y, ya puesto, póngase cerca de un horno al fuego. Así me ahorrará trabajo.
¡Fuego, camina con Gabilante!
Lo he leído y escuchado. ¡Vaya elaboración de producto!
ResponderEliminarTu relato me ha generado un inquietante desasosiego, eso también cuenta como emoción. Bien logrado ese juego de desdoblamiento de personalidad. Muerto el perro se acaba la rabia, que dicen.
Abrazo.
Hola, Francisco:
EliminarAlabo su buen gusto. Sí, mis horneados quedan muy bien elaborados. Aderezados con salsas de emociones amargas como el “desasosiego” que menciona, son arrebatadores para esas noches en las que, tras haberse mirado al espejo, decide darse de bruces con la realidad de su reflejo.
Matar perros es un canicidio. Lo veo tentado por el homicidio. Me reafirmo en lo que le he escrito: mírese al espejo, Francisco, y acéptese sin complejo.
¡Fuego, camina con Francisco!
Leí y escuché tu relato y fue muy placentero hacerlo. Lees muy bien y la música de fondo acompaña lo justo. Me gusta como has planteado está relación de dependencia tóxica. Tenía que terminar mal, con tanto tiempo soportando abusos. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Myriam:
EliminarLeo y degusto su comentario sin crudezas, es muy digestivo hacerlo.
Escribe usted muy bien y su opinión ajustada me suena a música diabólica (lo de angelical, dadas mis inquietudes, me sonaría infernal).
Me había planteado hacerle un planchado a mi yo replicado; pero, para eliminar toda relación con toxinas, evité estar pendiente de su depurado y opté por su horneado.
Mal termina lo que mal empieza. De ahí que me reconforte este buen comienzo para nuestra pieza compartida. Gracias por su caldeante compañía.
¡Fuego, camina con Myriam!
¡Hola, Nino! ¡Pedazo de micro negro, negrísimo! Una historia tremenda desde el mismo título. El demonio de la carne ya nos avanza la realidad de lo que somos, la eterna lucha entre lo que nos produce placer y gozo y las limitaciones éticas o morales de la vida en sociedad. En este caso se encuentran el fuego y la gasolina. Un tipo irremediablemente lujurioso y otro con una furia escondida de frustraciones llamada Bob. El desenlace no podía ser otro. Es la hoguera de emociones, que en el fondo son las que suelen regir nuestra razón, no al revés. Un micro inquietante y un vídeo al que sin duda le queda como un guante esa inquietante banda sonora de Twin Peaks. Serie que me fascinó, al menos en su primera temporada. Extraordinario aporte. Un abrazo!
ResponderEliminarHola, David:
EliminarA usted tengo ganas de tenerlo delante, nigromante: que por culpa del conjuro de su tintero, Nino me ha hecho aflorar entero. ¡Con lo tranquilo que estaba yo en el subconsciente de ese inconsciente!
¿Cómo que negro, negrísimo? ¡Usted lo que quieres es confinarme en la “Logia negra”! De eso nada, camarada. Ése es el lugar para el empanada del Dale Cooper original. Como buena réplica yo doy contestación a todos las dudas que suscitaba el primerizo.
¿Fuego y gasolina? ¿Me está usted hablando en clave usando el código Bowie remasterizado por el agente Jeffries?
Bueno, pues esto le nineo mientas horneo:
Don't you know my name?
Well, you've been so long
And I've been putting out fire with gasoline
See these eyes, so red
Red like jungle burning bright
Lo de la razón no es “regir”, sino “rugir”: ruge a todo lo extraño y diferente, ruge a ante quien sólo quiere vivir diferente. Al igual que en los zoos se recluye –entre barras y centellas– a animales majestuosos, la razón lleva a encerrar por locos a seres que, en libertad, son maravillosos como el mesiánico Herbert William Mullin, al que usted exhibe entre balas y estrellas.
Ni usted ni yo somos ordinarios, David. El “extra” dejémoslo para los dobles de cuerpo en producciones baratas. “Twin Peaks” no tiene cumbre gemela en la cordillera de la creatividad. Cuenta mucho, quizá demasiado, sobre la verdad de la vida al otro lado. Y lo hace de manera tan fascinante que yo quise pasarme a este lado de la pantalla.
Aquí lo espero, nigromante. ¿El horno le gusta a temperatura ambiente o caldeada?
¡Fuego, camina con David!
Hola Nino. ¡Vaya micro creaste!
ResponderEliminarMe generó inquietud y desasosiego, además de repugnancia al alcohol que también podría contar como emociones. Me gustó ese juego de doble personalidad o trastorno esquizofrénico, para terminar con así. Un placer leerte.
Abrazos.
Hola, Nuria:
EliminarMe reconforta saber que este micro le generó tal regusto de emociones. No es por ir de chef de mil demonios; pero, si he logrado ese efecto con un plato horneado en un microondas, imagínese lo que puedo ofrecer en un horno pirolítico con un diabólico político (ya sabe que ahora están de temporada).
Solo aclararle que no soy cocinero trastornado, sino arrebatado. Y no recurro a la esquizofrenia ni al azafrán, sino a ira y al azufre.
Un placer tenerla como comensal. Confío en que repita.
¡Fuego, camina con Nuria!
Hola Nino muy bien contado y excelentemente locutado en el video, la verdad es que me ha gustado. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Ainhoa:
EliminarLe agradezco este comentario, escrito de manera exquisita. Con la misma exquisitez con la que usted redacta y conversa. Con la misma afabilidad con la que usted se comunica.
¡Fuego, camina con Ainhoa!
Me ha encantado. La originalidad del relato, la descripción de las emociones y el desenlace.
ResponderEliminarHola, Guille:
EliminarLas mismas palabras que le he escrito a su compañera Ainhoa se las dirijo a usted. Es todo un lujo contar con su camaradería creativa.
¡Fuego, camina con Guille!
Un micro siniestro e impactante, desde luego, no deja indiferente, gran aporte! un saludo!
ResponderEliminarHola, Lulita:
EliminarPara impactante su gran aporte comentativo. Me ha dejado celebrante por su deferencia ante lo diferente.
¡Fuego, camina con Lulita!
Uuuy, me he quedado...frita, seca, asada, sin sustancia...Me pregunto ¿Por qué el Protagonista aguantó tanto? O, podrá ser ¿Qué él y Dale son muy parecidos? Qué Dale hacia lo que el mismo no se atrevía. Y chamuscando a su alter ego, mató una parte de si mismo...(Me encanta ver la bandera de mi país en tu blog. Gracias)
ResponderEliminarAh, te descubrí en el concurso del Tintero de Oro. Me gustaría que leyeras mi relato. A ver qué te parece. Saludos.
EliminarHola, Pluma del Este:
ResponderEliminarGracias por tu lectura y comentario, compañera; por supuesto que ahora mismo me paso a leerte y comentarte.
¿Por qué nos portamos como nos portamos? No te lo sé explicar en lo relativo a las personas. En lo que tiene que ver con mis personajes sí que puedo dar a una explicación a lo que leo, pero no a lo que escribo. Como lector, encuentro que el protagonista de este micro sufre una enfermedad mental agravada por el constante abuso social que ha sufrido. El que su “amigo” desprecie a quien él adora es la última ofensa que rebosa su cordura. Como escritor –imagino que te pasa a ti lo mismo–, este tipo de textos se escriben de manera automática, inspirados por la pasión de escribir.
Un abrazo, Pluma del Este.
Slava Ukrayini! Heróyam slava!
Cada vez que entro a un blog interesante, está esta mujer horrible comentando feo, envidiosa... La mediocridad la define, ella solita se delata. Luego borrará el comentario y pensará que nadie lo vio. Así es ella, peor que un grano en el culo... Y por cierto tiene un blog horrible lleno de tonterías y faltas ortográficas donde todo son chismes y quejas y nada interesante o agradable... Pero ahí está, metiendo siempre su mierda y a usted, Nino, no lo deja en paz. ¿Qué busca esa coneja boluda?
ResponderEliminar"Dime de qué presumes y te diré de qué careces" era un dicho de mi madre gallega y que sigue vigente. Uagggg (Perdone, Sr. Nino, no pude contenerme y contesté a esa horrible mujer invasiva. Bórreme usted, si lo ve conveniente, no me ofenderá).
Hola, Anónimo:
EliminarHe convertido la respuesta a tu comentario en entrada de este blog.
Quizá te apetezca leerla. Si lo haces y tras ello tienes algo que comentar, te agradeceré que encuentres alguna forma de identificarte al escribirme.
https://venyenloquece.blogspot.com/2023/05/esto-es-ven-y-enloquece-el-blog-de-nino.html
Un saludo.
Gracias a ti, amable escribiente, por un relato tan interesante.
ResponderEliminarMuy buena aportación al reto.
Un abrazo.
Gracias, amable leyente, por tu desinteresado comentario que aviva mi ánimo escribiente.
EliminarUn abrazo agradecido, desconocido.
He quedado estupefacta, admirada, y mucho más con tu relato. Para empezar , pocos se han jugado por emociones negativas en esta convocatoria; además el relato es brillante o más bien "brillantemente oscuro", si la sumo a la grabación en Youtube, excelentemente leído y con muy buena música, Nino la verdad, me rindo a tus letras. Un abrazo
ResponderEliminarEstupefacta Juana:
Eliminar¿Cómo sienta recibir tu propia medicina? Porque yo es leerte y sentir admiración, que no envidia (no existe “la envidia de la buena”).
Creo que la ira, como reacción momentánea resolutiva, es una emoción positiva (dejando a un lado el contexto de este cuento, que es un esperpento). Ya ves la buena impresión que te han causado este relato y su locución.
Un abrazo agradecido, compañera.
Hola, Nino, ufff qué buen relato (leí algunos más de tus compañeros y realmente sois buenos todos, mucho). Pero en tu caso has planteado esas emociones que surgen del lado más tenebroso, bien porque como en este caso, están bien alimentadas por los abusos sufridos por el amigo Dale; o bien por esa destrucción de la pureza que ocurre en el protagonista cuando se desarrollan aspectos bipolares. Las dos ideas son válidas (en mi opinión) para llevar a cabo esa "liberación" del demonio de la carne. Ese arrebato "Bob" es de lo más infernal, aterrador y maldito. La ira en su estado puro.
ResponderEliminarLa ira quema, y en esas llamas, también quien la siente se quema en ella.
Muy bien escrito, todas las secuencias bien armadas con ese aliento goteando esa rabia contenida que al final lo hace arder, quemar lo que molesta. Sientes en toda la lectura ese límite que arrastra al protagonista al no poder sujetar más sus emociones. Un proceso creativo muy bien llevado, y asombrosamente concluido. Te felicito.
Gracias, Nino.
(Me encanta que tengas nuevos amigos lectores, admiradores que te abrazan, valoran y defienden. Eso me gusta. Tú siempre alcanzas nuestros corazones con tus buenas escrituras 👍).
Abrazos! 📚
Y ya sabes, que sigan las emociones literarias que nos hacen sonreír, avanzar, imaginar...
Hola, compañera Clarisa.
EliminarLa ira es un sentimiento que está en mí; y que puntualmente me desborda.
Mi añorada madre, católica practicante, veía en mí componente iracundo una encarnación de la ira de los justos. Y me previno sobre sus efectos negativos. No solo los devastadores efectos personales, cuando este sentimiento en lugar de efímero es perenne; sino que más bien sobre el efecto de exclusión social que esos arrebatos de “ira justiciera” me acarrearían. Me recordaba la figura de su Señor Jesucristo; y cómo éste fue traicionado por sus amigos –los apóstoles– y al final ajusticiado por el pueblo que había venido a salvar.
La ira, como cualquier otro sentimiento –aunque esté se invista de alta consideración social–, cuando nos domina puede ser destructiva.
Te leo desde hace muchos años y llevamos conversando durante gran parte de ellos. En este tiempo, pese a que hayas morado al este del edén, nunca has sembrado las uvas de la ira.
No sólo es factible otro mundo, sino que es posible afrontar éste de otra manera. Con esa libertad sin ira que da la condición de ser trigo limpio.
Gracias por entonar tu canto de vida y esperanza, amiga Clarisa.
Gracias por no silenciar tu canto.
Has unido espléndidamente las emociones. El desenlace está acorde con los sentimientos del protagonista.
ResponderEliminarEsta frase excelente nos hace de enlace:
"Lo había oído innumerables veces lamentarse de esa maldición que lo convertía en desleal con sus seres queridos. Pero esta tarde, escucharlo hablar con ese desapego de la adoración que Audrey le profesa fue demasiado."
¡Muy buen trabajo! así como su versión sonora con la música de Twin Peaks.
Un abrazo :)
Hola, Volarela:
EliminarGracias por tu espléndido comentario. Ya sabes que participar en este tipo de convocatoria germina como un reto personal y florece como un encuentro creativo.
El leer comentarios lectores y textos de otra autoría reconforta el ánimo y estimula la creatividad.
Un abrazo, Volarela.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Hola, Nino! Siempre dicen que los amigos imaginarios son signo de inteligencia, pero a veces, a alguno, como a tu personaje, se le puede ir de las manos... jaja. Me ha gustado mucho cómo has ido preparando al lector para lo que viene, y, desde luego, tu personaje no es en absoluto plano. Gracias por compartir. Un saludo desde la Buhardilla de Tristán.
ResponderEliminarPor cierto, el anterior comentario, como "Tristán", era yo mismo. He preferido dejarlo con mi nombre. Saludos.
EliminarHola, Javier:
EliminarGracias por tu comentario.
Mi nombre bautismal es Marcelino, aunque me identifico con el de Nino, por lo que perfecto si prefieres que te invoque como Tristán (por cierto, el nombre de tu blog me suena de hace años, quizá sea una evocación fallida).
El tema de los amigos imaginarios, o el del doble, sosías o doppelgänger me interesan en lo personal y en lo artístico. De hecho, textos como éste tienen mucho de narración de alucinaciones visuales o de imágenes mentales a las que asigno espacio y tiempo al escribirlas. El surrealismo y la realidad –el fuego de la pasión y el ardor del deseo– caminan con mi persona y mi personalidad literaria.
Un abrazo, Javier.
Acabo de visitar tu blog y acerté: mi evocación era falladida.
EliminarHola, Nino
ResponderEliminarIntrigante y chamuscado relato de lectura indefinida. Yo he visto a un personaje acomplejado e inseguro que tiene en Bob su válvula de escape, su alter ego, con el que construye emociones mucho más potentes, como la ira y el odio para llegar incluso a la violencia. Dale solo es el instigador del despertar de su verdadero yo...
Hola, Matilde:
EliminarInteresante y chisporroteante, así siento tu atento comentario lector.
Lo que ves y lo que recreas es lo que está en el relato una vez que tu imaginación creativa lo ha recreado. Y gracias sinceras por haberlo hecho tuyo al leerlo y nuestro al comentarlo.
Y sí, aciertas: su odio lo lleva a la ira y ésta a la violencia.
Un abrazo cálido, Matilde.
Wow, Nino, Dale parecía tan dócil, tan manejable, a pesar de su amigo imaginario, primera pista sobre un personaje del que tampoco hay que fiarse mucho. El final, sinceramente genial, dejando al lector que termine con la decisión del personaje.
ResponderEliminarUn abrazo!
¡Miau, Pepe!
EliminarHay situaciones en las que uno desconfía de su propia sombra, así que como para fiarte de tus amigos imaginarios en trasuntos del demonio de la carne: pienso que en ese contexto uno debe fiarse de su instinto, no de su intelecto.
Me alegra que este final esté horneado a tu gusto, Pepe.
¡Fuego, camina con Pepe!
Eso sí que es una venganza en toda regla. No sé si de tal calibre, pero desde luego el tal dale merecía un buen escarmiento. Una ira muy productiva. Y un Bob que debería quitarse de encima en previsión de más tentaciones. Muy buen micro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Rosa:
EliminarAunque dicen los vengativos que “la venganza, mejor se sirve fría”, soy de hacer las cosas en caliente, como Bob.
Sí, Dale se lo tenía merecido. ¿Qué es eso de quitarme todas las novias? Esto… de quitarle todas las novias a mi personaje (¿en quién estaría yo pensando?)
Un abrazo, Rosa.
Hola Nino, un relato muy poderoso, intimidante, con un final que en concordancia con las primeras líneas hace que el protagonista "rompa" a su amigo incitado por "Bob". Sin duda has usado una de las más fuertes emociones humanas. Me gustó y me estremeció. Saludos.
ResponderEliminarHola, Ana:
EliminarLo que da poder a lo relatado y convierte a su lector en asustado es vuestra imaginación fértil. El mío sería un encadenamiento de palabras si no las liberara vuestra fantasía lectora.
La ira es una emoción fuerte, demoledora cuando alcanza el exceso, destructiva cuando se adapta como recurrente.
Gracias por tu comentario, compañera.
Hola Nino. Más que "El demonio de la carne", te ha quedado "El demonio de la locura, o de la inamistad, o de la venganza contra el abuso... El abuso muchas veces se viste de amistad. ¡Terrible experiencia! Muy bien presentado Bob, el alter ego del personaje. Y ese fuego, que todo lo depura.
ResponderEliminar¡Me encantó tu poderoso relato! Un abrazo. Marlen
Hola, Marlen:
EliminarGracias por tu indicación; pero… ¿qué somos los locos, los inamigables o los vengativos? ¿Qué somos sino carne sintiente y doliente? Y el demonio anida en la carne y está en los detalles.
¡Ah las amistades endemoniadas! Sí, hay personas que califican de “amigos” a personas que desprecian, son esos que cosifican a las personas y usan – abusan de sus “amigos”. Es preocupante pero este tipo de personalidades abusivas cuentan con una alta aprobación social. E incluso el refranero los trata con esmero: ¡Quien bien te quiere, te hará llorar! Vamos, que si alguien te cuenta un chiste es un ejercicio del malquerer.
Un abrazo, Marlen.
Me han gustado mucho, tanto el vídeo-relato como el relato en sí.
ResponderEliminarEscribir ficción nos permite imaginar comportamientos que en la vida real intentamos no materializar por aquello de no acabar cometiendo un delito cuyas consecuencias nos puedan causar muchos problemas. Es obvio que la mayoría de la gente no va por ahí matando ni asando en el horno a sus "amigos" cuando traspasan demasiadas líneas rojas, aunque de vez en cuando se cuele alguna noticia en los telediarios de un episodio que supera con creces nuestras dotes para ingeniar tramas espeluznantes.
Que no nos cojamos la justicia por nuestra mano no significa que no se nos haya pasado por la cabeza alguna vez escarmentar a quien tanto nos está molestando. A veces basta imaginarlo para que nos sintamos mejor. No veas cómo te has debido sentir después de escribirlo. La escritura es una de las mejores terapias que conozco para mantenernos todos en nuestro sitio, pero descargando tensiones sin frenos y sin filtros.
Un fuerte abrazo, Nino. Muy buen trabajo.
Hola, Estrella:
EliminarGracias por tu valoración solidaria.
Sí, la ficción nos permite arreglar muchas cuentas pendientes sin que tengamos que estar pendientes de si, a media noche, viene a visitarnos “El espíritu de las Navidades pasadas”.
Durante una larga temporada al inicio de este blog, lo usé para combatir una dependencia emocional. Al principio intuía que ella lo leía, cuando lo confirmé… usé gasolina apara apagar los rescoldos. Los dos acabamos chamuscados y también yo escarmentado de usar mi ficción para mis fricciones.
Como bien observas, la realidad truculenta “supera con creces nuestras dotes para ingeniar tramas espeluznantes”.
Eso sí, a la hora de escribir este micro no tenía a ningún “Dale” en mente. El relato es eco de mi admiración por David Lynch y mi fascinación por la teleserie “Twin Peaks”.
Un fuerte abrazo, Estrella.
Hola, Nino. El amigo Bob vuelve a hacer de las suyas. Recuerdo que ya lo trajiste para otra convocatoria. Me ha gustado el micro. Fuerte abrazo.
ResponderEliminarHola, Pedro:
Eliminar“Bob” es ese rayo que no cesa, esa chispa creativa que inspiró sensibilidad a Miguel Hernández y que en mí libera ira.
Gracias por venir y enloquecer, Pedro.
Hola, Nino. Un relato que termina de manera escalofriante. Muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola, Mirna;
EliminarUn comentario que reconforta de manera inmediata.
Gracias por dedicármelo.
¡Uff! Vaya relato, Nino. Una amistad de años es lo que parece al principio. Por el mismo protagonista vamos sabiendo que es una amistad peligrosa. Lo sometido que está frente a lo liberado que se manifiesta el otro al contarle su relación con las mujeres que tantos habrían preferido callar. El final es terrible. Que el protagonista se invente otro yo que personifique su conciencia para liberar a su amigo de "su maldición", pienso que no se lo cree ni él mismo.
ResponderEliminarUn abrazo!
Hola, María Pilar:
EliminarSon muchas las veces en las que muchos afirmarnos no reconocernos en nuestros actos y lamentar sus consecuencias. Son muchas las excusas que convertimos en razones para justificar nuestras conductas inapropiadas. Ese espíritu que nos libera de problemas lo proyectamos al estrés, el alcohol o la fatalidad. Yo lo encarno en el “Bob” que me refleja en el espejo de mis acciones.
Un abrazo, María Pilar.
Bravo por el relato y por el vídeo, Nino, a mi el comienzo me parece estupendo, ¡ enhorabuena!!
ResponderEliminarHola, Lola:
EliminarEstupendo me ha hecho sentir el leer tu comentario.
Un abrazo, compañera.
Hola, Nino. Tu relato refleja la ira de una forma profunda y que se quiere liberar a toda costa. Diría que es bueno reconocerla porque así se puede llegar a destruir. Dos personalidades juegan en el mismo bando (la constante dualidad), pero el imaginario siempre tira por la parte "peor" de aquel que pisa los pies en tierra. Aquí lo que fue el colmo para Bob, lo referente a su mujer, ese desapego... Había tocado un tema muy delicado y mejor ahí, acabar, o, al menos intentarlo. El fuego purifica y permite comenzar de nuevo...Otra oportunidad.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, Nino, sea porque he visto en el relato uno de tantos yoes con los que convivimos, y tantas veces sin darnos cuenta.
No sé si me acerqué a lo que transmite el relato, pero esto y más de parecido me sugirió.
Felicidades, también por la creación del vídeo y narración.
Un abrazo.
Hola, Mila:
EliminarGracias por tu comentario cálido. Te has acercado tanto a su fuego narrativo que me he sentido revivido en tus llamas comentativas.
Sí, por suerte tenemos varias personalidades –lo que, como bien sabes, no conlleva que tengamos varias caras–. Muchas veces silenciamos el ímpetu de nuestros “yoes” y éstos acaban brotando o reventando en situaciones imprevisibles. Reprimir sentimientos como la tristeza o la ira es comprensibles en situaciones en las que su expresión se vuelca sobre quien no nos las causa. Pero llorar ante quien te daña no hace más fuerte ni a nosotros, débiles. Llorar en el momento de loro alivia el duelo. Lo mismo ocurre con la ira, no hay que guardarla, hay que encaminarla hacia los viles que nos agreden.
Todo un estímulo el leerte, compañera.