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Mis mejores deseos para ti y los tuyos, amable leyente, ahora y siempre

sábado, 27 de mayo de 2023

Mientras tanto, en "El tintero de oro" - 4


Buenas tardes, Tara:

Gracias por tu deseo de felicidad, anhelo que comparto para ti y los tuyos.

Mi proceso creativo no es “kafkiano”; pero sí que en él se produce una metamorfosis entre mi persona y mis personalidades creativas. Me aíslo en un castillo creativo para su edición mientras miro distraídamente fuera.  Bueno, ahora que lo pienso, mi proceso creativo es algo “kafkiano” y bastante marciano, por eso de alienarme.

Me alegra haber despertado tu curiosidad lectora; confío en no decepcionarla.

Gracias por tus palabras y tu tiempo, Tara.


Hola, MARÍA:

Gracias por unirte a este coro individualizado, gracias por hacerme sentir acompañado en esta travesía que se presentaba como solitaria. 

Sí, esta novela es una versión integradora de lo fabulado en tres “brevelas” previas. No es la versión integral dado que faltan elementos que no he usado y otros que, imagino, añadiré al corregir los fallos presentes en ésta versión.

No hay heroicidad en mi autoeditarme: la historia es sencilla y mi edición, rasa. Creo que tendría más mérito el luchar por encontrar un hueco en la oferta de alguna editorial; o el contar una historia valiente. Lo mío es un simple ejercicio de reafirmación personal: me propuse hacerlo y lo hice.

Ahora vuelvo a las andadas de la autoedición de la mano de Clarisa Tomás Campa; quien, como Virgilio hizo con Dante, me ha guiado para salir de un bosque oscuro hacia la esperanza.

Sí, aciertas, disfruto con el proceso de escritura, con el de edición y con la relectura de mis textos impresos. Disfrute equiparable al de leer comentarios alentadores como el tuyo.

Un abrazo, MARÍA.


Hola, Pluma, vecina:

Gracias por tus actos solidarios de buena vecindad.

Mi proceso de escritura no es de por sí solitario: hoy he estado avanzando en un “encarguillo” mientras hacía tiempo en el parque de Begoña. Pero la edición sí que necesita que la aborde desde el aislamiento (desconecto el rúter del pc y no escucho música). Mi único estímulo es la distribución del texto. Cada 40
minutos paro (uso un reloj de cocina) y nunca estoy más de 3 horas frente a la pantalla.

Para saber lo que vendo me basta con saber contar con los dedos. Pero, para demostrar lo que agradezco comentarios como el tuyo, necesitaría todo el espacio de este blog.

Gracias, vecina y compañera.


Hola, Jorge:

Gracias por tus palabras de ánimo, las de ahora y las que siempre me dedicas.

Poco antes de optar por curiosear en la autoedición había reorientado mi trayectoria vital. Eso se tradujo en mejorías en salud, pero en estrecheces en lo económico. Ese cambio también vino acompañado de decisiones en lo creativo: dejé de escribir colaboraciones culturales y de participar en actividades no retribuidas. Decisión que conllevó que quien me apreciaba gratis no me contratara barato.

Me vi con tiempo y con la necesidad de usarlo en algo que no fuera lamentar mis decisiones heridas. Me puse a autoeditarme sin tener ni formación previa ni programas específicos. Y me autoedito con los mismos recursos que empecé y con la misma comercializadora a la que recurrí. Una vez que tracé un camino a mi destino, hice lo que hacen los burros: no salirme del curso marcado.

Soy una persona peculiar; y eso se traduce a mi personalidad literaria: escribo y edito a mi manera. Por eso me sorprende a la par que agradezco el interés que puedan despertar mis textos –en el blog o impresos–. Y por eso no establezco margen de beneficio sobre los ejemplares que vende la empresa comercializadora: defiendo que la cultura debe tener un precio simbólico, de ahí que no lo cuelgue en pdf para descarga gratuita; entiendo que la cultura sólo puede tener un precio añadido cuando conlleva el valor añadido de ser Arte (y lo que yo escribo no es artístico)

Confío en que el gato de mi impericia no le de un zarpazo a tu curiosidad, Jorge. 

Un abrazo, compañero.

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