El contenido literario de este blog está registrado en Safe Creative

El contenido literario de este blog está registrado en Safe Creative
Mis mejores deseos para ti y los tuyos, amable leyente, ahora y siempre

sábado, 30 de marzo de 2024

Sé que nunca podré recuperarte

 

«Porque te vas», Jeanette –escena de la película «Cría cuervos»–.

Una mañana más, te echaré de menos.

Mis ojos te buscarán, aturdidos por tu ausencia.

Ya levantado, volveré a preguntarme por qué te has ido, por qué me has dejado.

No sabré qué hacer: si desayunar, almorzar o comer.

Volveré a tumbarme en el sofá, mientras me fuerzo a adelantar todo lo que me habla de tu vacío.

Tu ausencia alterará mi pulso, y mi cuerpo no se acostumbrará a vivir sin ti.

No lograré olvidarte.

Mañana estarás en todos los labios, en todo lo que vea o lea e intente explicarme tu ausencia.

Aún así no entenderé el motivo, ni veré el sentido a tu desaparición:

Sé que nunca podré recuperarte.

Faltarás en mi tiempo; y tu ausencia acelerará el paso de las horas.

Sin ti el día se hará más corto, aunque haga que la noche llegue más tarde.

En la oscuridad me adormeceré en tu recuerdo y maldeciré 60 veces tu ausencia.

Procuraré madrugar, para pedirle al alba que me eche una manilla.

Pero su silencio de cuarzo dará cuerda a mi desamparo.

Mañana te habrás ido a donde anida el olvido.

Y yo, perezoso, seguiré sin entender porqué te vas.

 


Salvador Dalí "La persistencia de la memoria", 1913 Óleo sobre lienzo, 24 x 33 cm

Queridos enloquecidos, os recuerdo que esta madrugada, a las 2 de la noche serán las 3. Y no es que nos hayamos teletransportado a la isla de Perdidos (al río), o que Cronos haya castigado a Morfeo… No seguirás aquí, perdido en esta isla llamada Tierra, víctima del capricho de los nuevos dioses del olimpo político, que acostumbrados a quitarnos lo que es nuestro, nos privarán de una hora de descanso.

Te invito a que mañana, pasado o cuando quieras, a cualquier hora, sonrías.

Vendrán tiempos malos, quizás peores, pero de momento, si estás leyendo esto, tu vida no es tan oscura, y menos lo será si la iluminas con una sonrisa.

Los apagones informativos y las horas muertas, que se las queden ellos.

Para nosotros la luz de la alegría y las horas vivaces compartidas.

¿Bailas?


26 comentarios:

  1. Hay ausencias que están muy presentes, se hacen sentir, aunque sea una paradoja.
    Como encontrar en todas partes a la mujer ausente.

    Es una disposición molesta y caprichosa, ¿quien se creen que son para robar una hora de sueño?
    Algo tan inoportuno como la aparición de la abuela, que acortó la canción. Que tiene una interesante versión de Ataque 77.

    https://www.youtube.com/watch?v=AHBYtSjK7Ko

    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Demiurgo:
      Atacado por el buen ritmo me he quedado tras escuchar la versión que sugieres. E impregnado de buenas sensaciones, luego de haber leído tu comentario.
      Sí, es paradójico –aunque no ilógico– el que encontremos “en todas partes” a quien ha partido de nuestro lado. La lógica la encuentro en que el corazón y el cerebro hablan idiomas diferentes.
      Un abrazo a toda hora, Demiurgo.

      Eliminar
  2. jajaja Poooor supuesto que bailo.. a ver.. ta. ra..ra.ra chan.. chan chan.. chan chan.. ta.. ra..ra.ra chan.. chan chan.. chan chan ¿ a ver si adivinas que música es? jajaja No sabes la alegría que me has dado, ya estaba preparando mi batería de consuelos, ánimos y tonterías variadas para sacarte de tu tristeza y ¡¡es por la hora! que se nos va... te ha salido un texto absolutamente redondo.. con manecillas y todo, en serio ¡¡ genial! me has quitado el fastidio del robo, partida y desaparición de esta hora.. graaaaciaaas por la sonrisa, un abrazo muy muy fuerte NINO!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, MARÍA:
      Bailemos, pues. Encantado. Claro que he reconocido la composición que canturreas: es “El cantábrico añil” de Juanín Estresaú. ¡Es escucharla y sentirme cual simio ante un monolito! (Bueno, más bien como una nave espacial dando 2001 vueltas en una odisea infinita)
      Me tranquiliza el haberte alegrado. Y más a esas horas trasnochadoras en que me has leído; que si habitualmente una no está para perder el tiempo, menos lo está en la noche más corta del año.
      No es que me haga daño, pero sí que me fastidia el que nos acorten el día. Que se acorten los sueldos o sus privilegios, pero el tiempo que nos lo dejen vivir a nuestra manera. Me hago viejo y el tiempo se vuelve más valioso que el dinero.
      ¿Rebailamos, MARÍA?

      Eliminar
  3. Aunque dicho con tu ingenio suena mejor: NO HAY DERECHO A QUE NOS ROBEN ESTA HORA!! Muy bueno, Niño. Besos 😘😘

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Maite:
      ¡Di que sí, no hay derecho a que un hombre hecho y deshecho por el paso del tiempo se vea privado de algo tan privativo como su uso del tiempo!
      If I could turn back the clock…
      Un abrazo, Maite.

      Eliminar
  4. A mí lo de la hora no me importa. Hay cosas mucho peores. Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Susana:
      Me alegra que sepas contemporizar con lo impuesto a deshora.
      Un abrazo, Susana.

      Eliminar
  5. Hay ausencias presentes como viejas cicatrices.. buscar explicaciones, intentar construir algo con ellas es imposible. Queda el olvido, el dulce olvido, perder ese recuerdo de la misma forma que se nos pierden las horas entre tanto cambio horario ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Beauséant:
      “La presencia de lo ausente” es/era el título que tenía pensado para un proyecto de relatos fantasmales (sólo llegué a escribir 3 y uno lo acabé desarrollando como novela que autopubliqué, inicialmente, como “Buscando el olvido”).
      Me parece muy sutil tu paralelismo entre ciertas ausencias y las cicatrices. Es una imagen muy bella y sugerente.
      No soy dado al olvido de lo que me ha dejado cicatriz. Sí que practico la sublimación privada de enaltecimiento: lo físico pasa a etéreo y lo dejo de percibir.
      El tiempo, su paso y su peso, me lleva a divagaciones muy prolongadas que evito extender a este blog.
      Gracias por tu(s) bello(s) comentario(s), Beauséant.

      Eliminar
  6. Hola, Niño.
    Llevo fatal los cambios de hora, sobre todo éste al horario de verano. Y nuestros mayores ni te cuento.
    Encima se nos acaban las vacaciones…
    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, anónimo:
      Ayer me comentaba un colega que su padre ni se había acordado del cambio de hora, por lo que cuando pasó a buscarlo para comer aún no estaba preparado.
      Gracias por tu comentario.

      Eliminar
  7. ¿Donde estará esa hora, nino, dónde?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Ángela:
      Confiemos en que sea una de esas "horas buenas " que se comparten sin reparar en su paso y no en una ·de esas "a buenas horas" que acontecen a destiempo.
      Un abrazo, Ángela.

      Eliminar
  8. Me gusta tu blog, Nino.
    Un placer leerte. También tus imágenes son buenas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Ana Mª:
      Muchas gracias por tu comentario amable.
      Un abrazo.

      Eliminar
  9. Qué gusto volver a ver ese extracto mágico de 'Cría cuervos'. Y un gusto también leer tu propuesta literaria sobre el anhelo y el desamparo. Respecto al cambio de hora me parece que dos veces al año se empeñan en jugar con nosotros como buenos súbditos.
    Feliz mes de abril, Nino.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Miguel:
      El cine de Carlos Saura tardó en gustarme, de las que vi en su momento de estreno sólo me gustó “Deprisa, deprisa”. Un conocido me regaló un lote de sus pelis en VHS, por aprecio a la amistad vi “Peppermint frappé” en una tarde de domingo con más resaca anímica que física. Y la disfruté (la peli, no la resaca). Desde entonces he ido consiguiendo más películas de Saura en DVD, quizá mis favoritas sean “Los golfos”, “Cría cuervos” y “Deprisa, deprisa”.
      Respecto al cambio de hora, me da igual el que establezcan pero me gustaría que dejaran de marearnos.
      ¡Feliz mes de abril, Miguel!

      Eliminar
  10. Juas, juas!! Como te dice la primera chica, también pensé que habías sufrido una ruptura y luego veo que se lo dedicas a la hora cambiada! Me parto!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, risueño Pablo:
      Sí, la falta de amor o de tiempo produce un estado similar de vigilia neblinosa.
      Un abrazo, Pablo.

      Eliminar
  11. Querido Nino, gracias por este texto inteligente y maravilloso. Tu narrativa es extraordinaria, siempre... Nuestra vida en sociedad, nos quita y a veces también nos da, je... quiero pensar así, aunque la hora quitada no volverá... Todo tan normalizado, tan regulado, tan contado, que hay veces que dan ganas de desvincularse de todo y salir corriendo y hacer otras cosas maravillosas, como Forres Gump...
    Agradezco tu invitación y la acepto encantada, ya estoy sonriendo y no voy a parar, je... Porque es verdad que todo se reduce a un momento, lograr un poco de alegría interior y provocar en otros pequeñas sonrisas, ya me parece un gran logro en la vida.
    Gracias por lograr que permanezcamos alerta a lo bueno, a lo importante, a lo necesario, aunque esté lejos del minutero...
    Abrazo grande, amigo nuestro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, maravillante Clarisa:
      Gracias por encontrar tiempo para acompañarme. Confío en que estéis bien.
      Gracias por tus palabras de aprecio: nuestra narrativa y nuestra personalidad están siempre “extra” entre los ordinarios y las vulgares, de ahí nuestra condición de extraordinarios –personas que vivimos por nosotros mismos, que recorremos (por curiosidad o despiste) ese “road not taken” escrito por Robert Frost y que tú me dedicaste. Adjetivo descriptivo, no epíteto laudatorio, el de “extraordinarios” ya que no desfilar por el camino frecuentado conlleva hacer frente a muchas tasas vitales.
      Lo que ocurre, compañera, es que en mí prima lo excéntrico, mientras que en ti brilla lo excelso: tú aportas belleza a la vida, yo huyo de su fealdad. Más que un ejercicio de libre albedrío, mi vida es una muestra de mi terquedad: me gustó un tipo de vida, me volqué en vivirla y ahora no puedo dar marcha atrás –sacrifiqué, regalé o rechacé todo lo que no quería; y ahora no hay nada ni casi nadie que me espere–. Ni trabajo estable, ni pareja formalizada o posesiones contables; lo que atesoro es tiempo y libertad. El que mangoneen mi tiempo o manoseen mi libertad es algo que me cuesta gestionar. Lo suelo solucionar aumentando mi distanciamiento social y si no puedo hacerlo, se me alteran el pulso y la razón. Cuando me veo obligado a permanecer en tierra extraña me ocurre como a mi admirado King Kong cuando lo trasladan a Nueva York: me trastorno y acabo encaramándome a rascacielos en los que me convierto en blanco fácil para los miserables.
      Mi hora es mía. Mi vida es mía. Mi muerte será mía.
      Gracias por tu amistad, excepcional Clarisa.

      Eliminar
  12. Uno siempre debe ver el lado positivo de las cosas. Te mando un beso. Enamorada de las letras

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, J.P.:
      No me resulta fácil mantener una actitud positiva ante todo, y así me va.
      Gracias por tu comentario. Ahora paso a leerte.

      Eliminar
  13. ¡Hola, Nino! Más allá de la referencia a la hora, el texto es un torrente de sentimientos del desamor y la ruptura. Esa soledad forzada esa sensación de pérdida, logras materializar en palabras esos instantes. Ya en el tema de la hora, bueno, al finalizar se me ha ocurrido que esa hora robada bien podríamos aprovecharla para meter en ella todo lo que nos cuentan los políticos, todas las guerras, toda la estupidez humana. Si todo cupiera en ella, daría por bien empleada su desaparición. Aunque, y sigo pensando, seguro que en una hora no cabría todo eso. Un abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, David:
      El desamor no es una emoción que sienta ahora, pero sí la del desencanto –aunque quizá esta emoción se haya convertido en estado de ánimo, ya que está presente con mayor o menor intensidad desde el confinamiento pandémico–. A mi edad no tengo el corazoncito preparado para nuevas rupturas: antes “il mio cuore” era una pista de circo sin red, ahora actúo en actos de ilusionismo junto a la ilusionante maga “Maggiorata”. Uno nunca está libre de que la magia desaparezca, así que debe procurar mantenerla viva.
      Aunque el tiempo y su medida son relativos, me temo que la estupidez humana es constante y descomunal. Además, hay algo en la violencia que la mayoría de los humanos encuentran fascinante como práctica. Ya ves que incluso hay gente que paga por recibir una hora de violencia. El abuso físico, la violencia emocional o el asesinato social son inhumanidades que llegan a ser condecoradas.
      Gracias por tu comentario, David.

      Eliminar

Gracias por tu lectura comentada.

Entradas populares