¡Kong (re)vive!
Un cuento (re)contado por Nino Ortea
Entre el mareo y el vértigo
King Kong encuentra su isla en la librería Paradiso, Gijón. |
Hola, este relato forma
parte de la antología «Nada ha sido probado»,
disponible en Amazon por 0,99 €.
Gracias.
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Kong me posó
abruptamente, y con el golpe se reactivó mi traductor holográfico GPS. Bien,
¡por fin podría preguntarle a alguien si habían expulsado a la hedionda de Belén Esteban de Gran Hermano VIP!
Y hasta aquí llega Kong
revive VI
Stool pigeon, ah cha-cha-chá!
el sentido del sinsentido!!
ResponderEliminarBuenas tardes, Leila:
EliminarQuizá a mis palabras le falten sentido, pero no sentimiento, al intentar agradecerte tu visita y comentario, Leila.
Gracias por acompañarnos.
Jajaja, yo mareo no, pero vértigo... casi que sí.
ResponderEliminarMe has hecho pasar la vida en el traductor, y aún así no creas que me he enterado mucho de todo. Vete a saber que te dijo el gran simio...
Me he divertido, en este paseo por diversos personajes de la fantasía. Eres totalmente original :)
Muchos besos
Buenas tardes, Carmen:
EliminarNo me taches de descortés, ni me compadezcas como desmemoriado, pero no recuerdo lo que me gritaban en esa playa de arenas moviditas.
Entre admirar la desnudez de Pandora, huir de su ciclópeo marido, los mareitos de Kong y mi descomer lo comido, no estaba yo para prestar atención a eso que sonaba a voces pero a mí me agredía como coces.
Quizá no sea ahora original pero sí quiero ser agradecido: gracias Carmen por tus lecturas y comentarios. ¡y felicidades por los textos de tu blog!
:) Sí eres original :)
EliminarPrecisamente esa parte que tú tienes algo olvidada sí la entendí, jajaja.
Buenos días, Carmen:
EliminarMe tienen llamado “raro”, me siguen gritando “feo”… pero cuando leo tu “original” me emociono y pienso: “¡Coimes, va a ser verdad eso de que gano de lejos”!
El recuerdo es un proceso selectivo coincidente en el loco y en el cuerdo: no hay mejor desmemoria que la de quien no quiere recordar.
Y es que, precisa Carmen, “a buena entendedora, pocas palabras bastan”.
Feliz viernes, compañera.
:) Feliz Viernes
EliminarDisculpa mi retraso en saludarte, Carmen.
EliminarFeliz sábado.
Sr Ortea, desde que le leo veo a King Kong con ternura.
ResponderEliminarBuenas tardes, Ángela:
EliminarY hace usted bien: Kong es no un emigrante a la fuerza, sino que un ser vivo esclavizado para ser abusado por otros.
El gran simio vive según su instinto y no según reglas de otra especie, que aunque aparente admirarlo en realidad lo desprecie. El buen simio tiene un corazoncito enamoradizo y su flaqueza es la belleza. ¡Ahh, las mujeres!
Cuídese, Ángela.
Jjajajajaja si es que eres super original escribiendo entradas, me has hecho reir con ésta de Kong, lo único que ha habido cosas que no he entendido, tendré que traer el diccionario a tu blog para otra vez jajaja.
ResponderEliminarAysss pero vaya un figurín que has traído jajaja qué muculitos jajaj.
Un beso.
Buenas tardes, María:
EliminarSin diccionario y con sentimiento, así me has leído y así me gusta que me lean.
Que lo de exigir a sus lectores recurrir a un breviario, me parece muy ordinario, por no decir muy hortera. Y esto lo ha escrito el vivaz Nino Ortea, no el relamido Vargas Llosa o el insufrible Javier Marías. Escritores de esos que empalagan hasta al figurín, con pinta de estreñido, de Dorian Gay.
María, siempre vienes con ecos de risas y palabras de aprecio; GRACIAS.
Qué gran entrada
ResponderEliminarEchaba mucho de menos tu blog, me alegro un montón de haber vuelto y poder seguir leyéndote y por supuesto siento mucho la ausencia.
Un saludo :)
Buenas tardes, Sara:
EliminarTambién se te echaba de menos. Confío en que tu marcha universitaria vaya a buen pie. Gracias por tu visita.
Un abrazo.
Uf! con tantos idiomas me he mareado! ja ja ja
ResponderEliminarEstás en plena forma.
una lluvia de besos
Buenos días, Maduixeta:
Eliminar¿Mareada? ‘No lo escribas tan claro! A ver si lo lee el hipertrófico de Dorian Gray y te hace un boca a boca que te volvería loca, no de placer sino del mal regusto.
Sí, que lo estoy para un hombre de mi edad y peso: aún puedo aguantar un par de asaltos con un boxeador centenario.
Bueno, y para continuar con mi entrenamiento voy a intentar quitarle el bastón a un ancianete y retarlo a que me gane a la pata coja.
Un cálido abrazo, Maduixeta.