Deja
que te cuente algo:
Hubo
un tiempo, cuando empecé a aceptar que dentro de mí había otras voces, en que
una de ellas escribía poemillas firmados por “Ícaro”. Deseché pronto el
pseudónimo, me parecía apropiado para un copista de la poesía amatoria de Catulo y no para este enamorado de la
moda juvenil. Además, con mi vuelo no buscaba bañarme en rayos de sol, sino
enredarme en el cabello de Ana,
humedecerme en los labios de Isabel
o transpirarme por los poros de Chiqui.
Guardo
bastante del adolescente que aborrecía ir al instituto, pero madrugaba para
quedarse a la puerta y ver a las chicas pasar. Las acompañaba escaleras arriba
y me sentaba a su lado en clase, mientras mi cuerpo permanecía inmóvil en la
cafetería.
Mi
imaginación ha perfeccionado su vuelo y cada vez se pasa más tiempo en las
alturas, ausente de lo que no me interesa, que cada vez es más si no estás a mi
lado.
Tengo
mariposas en el estómago, pero sólo despliegan sus alas cuando vuelo hacia ti.
Las matiposas se enamoran de una melodía y sólo desean regalarle esa melodía a ella.
ResponderEliminarEn su sutil leteo despliegan un encanto a medio camino entre las alturas y el suelo...
Un abrazo ( aleteo) de luz
Buenas tardes, Athenea:
EliminarSiendo como son de caprichosas las mariposas, como no iban a alelarse ante su cercanía e intentar esparcir con su aleteo la esencia de la belleza.
Ahora, a media tarde, las imagino a medio camino de tu blog, Athenea, donde encontrarán sensibilidad e inteligencia con la que avivar el vuelo de unas musas que, en mi caso, hace tiempo que están de ala caída.
Un cálido abrazo, Athenea.
Disfrute del aleteo de sus mariposas, Sr Ortea.
ResponderEliminarGracias por su buen deseo, frau Ángela.
EliminarBuenas noches, Nino,
ResponderEliminarParece que el espíritu del día ha impregnado tus palabras, que vuelan cual mariposa y se depositan en nuestras pantallas,
llamando al vuelo a las que permanecen dormidas en nuestro recuerdo.
una lluvia de besos de mariposa.
EliminarBuenas tardes, Maduixeta:
Me temo que las palabras (y con ellas mis ideas) han volado de mi cabeza, territorio hostil que en su migraña no escribe lo que siento, sino lo que me araña.
No me extraña que, por el contrario, las palabras encuentren alas en tu inspirada sensibilidad y se acerquen hasta aquí para ilusionarme con que, hoy ya no, pero quizá sí mañana logre retomar el vuelo.
Gracias por mantenerme en el recuerdo y alejarme del olvido, Maduixeta.
Feliz vuelo.
Nino, esas mariposas las hemos sentido tantos adolescentes en nuestro estómago tantas y tantas veces en aquella época cuando teníamos los pájaros en la cabeza y los sueños los hacíamos realidad, y volábamos despiertos en un mundo mágico donde la imaginación jugaba un papel tan importante idolatrando a quién amábamos en secreto y en silencio llorando las penas en un diario secreto quién solo sabía de nuestros secretos y locuras.
ResponderEliminarMe encantó esta entrada,me hiciste volar hacia atrás.
Un beso.
Buenas tardes, María:
EliminarAdmiro tu volar libre en cualquier dirección: ahora hacia atrás, otras veces rumbo a lo imperecedero, pero siempre con el vuelo firme hacia la infinita inspiración.
En gran medida sigo siendo aquél adolescente al que echaron en primero del instituto por no hacer otra cosa que observar la luz del otoño reflejada en la piel de sus compañeras. Incluso ahora, cuando me veo forzado a ser alumno, me descubro admirando la belleza en pieles otoñales.
La principal diferencia es que en aquellos tiempos de cigarrillos compartidos y apuntes fotocopiados, las mariposas estaban en mi corazón y no en mi estómago: lo que antes me daba alas ahora me convulsiona.
Encantado con percibir el encanto de tu vuelo, María.
Muy poeticas tus palabras. Además dan la impresión de ser tan sinceras.
ResponderEliminarBuenos días, Demiurgo:
EliminarEsa impresión buscaba con su expresión..
Gracias.
Un abrazo
Si te interesan ver dibujos míos, te recomiendo esta entrada.
ResponderEliminarhttp://eldemiurgodehurlingham.blogspot.com.ar/2014/11/dark-fairtytales.html
Hola, demiurgo.
EliminarClaro que me interesa.
Gracias
Qué preciosidad!! Es bonito tu amor :)
ResponderEliminarMe has recordado mi tiempo de hacer pellas (hice demasiadas y se me nota :))
Es muy bello el sentimiento que has descrito, cada vez importarte menos cosas si ella no está a tu lado...
Me ha encantado.
Muchos besos
Buenos días, Carmen:
EliminarHay experiencias que ganan al ser contadas, pues las palabras no se infectan de la vulgaridad de los hechos.
En otros casos lo que uno cuenta se queda lejos de la intensidad vivida. Me es imposible reflejar todo lo que rodeaba a mis experiencias adolescentes. Era lo más parecido a salir a diario sin red a un circo de tres pistas, en el que lo que no era nuevo, resultaba diferente.
Creo que el amor hay que vivirlo como un acto de fe ciega en el que alguien cogerá tu mano al saltar al vacío.
Feliz lunes, Carmen,
Sí, si no se vive como dices... mejor no vivirlo. :)
EliminarFeliz lunes.
Buenos días, Carmen:
EliminarEs curioso cómo nos aferramos a la vida según la vamos perdiendo. Hay veces en que me veo como Gregory Peck en el final de la película "Duelo al sol": aferrado con rabia a lo que se me escapa.
Un abrazo, Carmen.
Je,je... Qué gracia... Lo de no gustarte madrugar para quehaceres, pero sí por las chicas fue todo un empuje en ti, ya ves cuántas cosas que NO te perdiste. De adolescente estaba ensimismada, creo, o en las nubes, casi, casi como ahora... Y es que, la tierra pesa y es dura. La verdad es que era de lo más enamoradiza, cada semana me gustaba un chico nuevo, con lo cual, andaba siempre en volanderas, je. Pero, sinceramente, habrá cosa más emocionante que sentir esas mariposas; ese aleteo por dentro, es un motivo para levantarse cada día, y que no pesen los "carros de combate", ¿no?
ResponderEliminarEs emocionante leerte, nunca sé lo que me espera...
Salud!
Buenos días, Clarisa:
EliminarMi animadversión a entrar en clase y mi atracción a seguir a mis compañeras iban tan parejas como a mí me habría gustado estarlo de ellas.
No sé si por suerte o por desgracia, pero nunca me ha gustado memorizar ideas ajenas y sí oensar en mis cosas. Sin ser un alumno rebelde al profesor, lo soy distante del encerado.
¡Chicas, chicas, chicas! Uno se sentía cual Elvis Presley rodeado de aquella efervescencia de sentidos. Te contaré dos cuasi secretos: Si opté por estudiar Letras Puras fue, en gran medida, por el alto porcentaje de chicas que lo hacían (aunque mis bostezos ante Matemáticas y Química, aconsejaban que no volviera a clase). Si luego cursé Filología Inglesa fue literalmente por mi debilidad ante la belleza y no por interés hacia la pérfida lengua inglesa.
¡Ah, le amour! Sí, lo reconozco sigo siendo lo que comúnmente se denosta por “ enamoradizo”; aunque en realidad le soy fiel a una misma mujer a la que, desde que la conocí hace 38 años, gusta de jugar al escondite; pero yo la reconozco por la luz de su mirada y el eco de su sonrisa.
Es un placer compartido el de la lectura y el de la compañía, Clarisa.
Un abrazo.