“Las
personas hiperactivas se sienten inquietas y necesitan seguir estimulando su
cerebro. No saben desconectar su actividad cerebral y tienen que seguir en
acción, manteniéndose estimulados. De ahí que la mayor parte del tratamiento
farmacológico que se prescribe en estos casos sean estimulantes.”
El que acabas de leer es un párrafo perteneciente a
un artículo en el que Clara Simón se acerca a la realidad
de un hiperactivo adulto.
Como
persona que padece de “Trastorno por déficit de atención e hiperactividad”, te
animo a que leas el artículo completo.
Gracias.
Buenas noches Nino, me siento hiperactivo, no sé si académicamente, porque no creo sufrir déficit de atención, al contrario, ahora te leo, estoy comprobando que no me gustan U2 salvo algunas canciones, bebiendo una cerveza, atendiendo a ratos a lo que cuenta la radio y pensando que estaría bien hacer un sudoku.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo, me gusta leerte.
Buenas tardes, Juan Carlos:
EliminarGracias por tu compañía y tus palabras de aprecio.
Al igual que pese a ser virgo, uno tiene ascendencia escorpión y preferencia por las acuario; por suerte, no es habitual ser un hiperactivo puro, tartamudo irredento o eterno inapetente al deseo.
En mi caso, tengo un componente hiperactivo bajo, cercano al 40%. Me condiciona en mis interacciones sociales, pero a la vez me asienta la autoestima (soy vehemente, fiel a mis amores y odios, lo que hace que duerma tranquilo)
El problema viene de mi elevado déficit de atención, cercano al 70% en situación normal. Me cuesta prestar atención a lo que no me interesa y me es muy difícil fingirla. Esta falta de “mano izquierda”, “posibilismo”, “pies en la tierra”… me trae innumerables problemas afectivos, laborales o para adaptarme a dinámicas de grupo. También condiciona mi día a día (no conduzco, me desoriento en aglomeraciones, me equivoco al comprar en el supermercado…)
Intenté cambiar, medicarme, usar ayuda nemotécnica. No fui feliz. La solución la he encontrado en imponerme una rutina y en llevar una vida tranquila y bastante solitaria.
Un abrazo, Juan Carlos.
Te dejo este otro enlace.
ResponderEliminarhttp://www.abc.es/familia-padres-hijos/20141020/abci-trastorno-deficit-atencion-201410171200.html
Me lo creo más.
Besito y el café de hoy :)
Buenas tardes, Verónica:
EliminarGracias por tu visita y compañía.
Mi conexión prestada a Internet va fatal, no he podido acceder al vínculo que compartes (llevamos unos días de lluvia y viento, lo que dificulta mi pirateo de señal), en cuanto pueda, lo visito.
El café es uno de los pocos estimulantes que aún me permito, el compartirlo simbólicamente contigo es un auténtico estímulo para mi ánimo.
Gracias por estar aquí, Verónica.
Os deseo un feliz finde.
No sé si es mi caso, a veces me siento muy activo, las otras veces creo que para nada.
ResponderEliminarSaludos.
Buenas tardes. Demiurgo:
EliminarPienso que por suerte no padeces este trastorno (a estas alturas ya habrías sufrido sus efectos sobre tu entorno); lo que te ocurre es que como buen ser humano hay momentos en los que estás más activo que en otros.
Quizá te parezca un desvarío, Demiurgo, pero de la que te escribía me ha venido a la mente la secuencia inicial de la película “Blade Runner”, tu comentario habría dejado claro que no eres un replicante, sino un humano sensible a su entorno y coordinado con sus emociones.
Un abrazo, Demiurgo.
ADD así de llama aqui
ResponderEliminarhe tenido estudiantes
con este problema...
Antes se los llamaba niños inquietos
Ahora hay un nombre para los genios
Abrazo
Feliz año, mi querida Mucha:
EliminarEn España se nos clasifica como TDAH.
De niño, los educadores me estigmatizaban como “rebelde” o “retardado” (llegaron a aconsejar que dejara el sistema educativo una vez que finalicé la educación primaria). Ahora soy tachado de “inadaptado social”, o con un anglicismo deformado “friki”,
Bueno, también me elogian como “bohemio”, “soñador” y recuerdo especialmente cómo solía presentarme mi difunto amigo Agustín: “Nino, poeta y dandy”.
Un cálido abrazo, Mucha.
Gracias por la información. Es un artículo "vivo". Está muy bien explicada esta otra realidad de algunas personas. Y ese es el mayor problema, el saber a cual realidad pertenecemos cada uno. Y la realidad, es que no es enfermedad. Hay una "maldita" costumbre del ser humano por pretender catalogar y meter a cada ser humano en "grupos" de seres humanos a la vez y ponerles una "pegatina", igual que cuando hacemos mermelada.
ResponderEliminarLa sociedad misma es la que causante y generadora de estas pautas, porque exige una cantidad de normas y dictaduras para las cuales algunas personas, sus mentes son incapaces de obedecerlas. Se rebelan... Pero esto es entendido como un signo de incompetencia, falta de...algo... Si esas personas, pudieran ser libres, sin el "marcapaso" estipulado, no tendrían ningún problema... El problema lo tiene la sociedad, que no permite otros modos, otras formas...
He conocido a gente con este "problema" y que han podido alejarse de ese entorno estricto y han mejorado hasta el punto de lograr una vida en calma, desarrollando sus potenciales y habilidades, pero sin presión de otros. Y es eso, la forma de la vida en sociedad, se parece a una jaula... Saber qué eres, es importante.
Un abrazo.
Mi tripitidora Clarisa:
EliminarGracias a ti, por avivarme el ánimo con tu compañía.
Coincido con tu denuncia de nuestra costumbre maldita de cosificar a las personas con etiquetas. Reconozco que las uso para adjetivar lo que requeriría varios párrafos de oraciones subordinadas el explicar (cuando mis colegas me oyen decir que alguien es “un/a yoni”, “un/a/a alegre”, “una pellejuda” o “un ferrote” saben a qué tipo de elemento radioactivo me refiero). Uso de manera inapropiada expresiones como “subnormal”, “deficiente” o “minusválido”, sin reparar en su habitual connotación negativa.
En lo que a mí respecta sé que tengo un trastorno de comportamiento, pues hay veces en las que respondo impulsivamente a estímulos que a la mayoría no les afectan. Como solía decirme mi añorada madre: “soy especial, ni mejor ni peor que nadie”.
Lo curioso de esta sociedad que margina al diferente, es que en sus ficciones lo idealiza: muchos héroes son impulsivos y solitarios, muchas heroínas son mujeres independientes y firmes; sus lectores y espectadores los admiran en páginas o pantallas, pero los desprecian sobre el asfalto o bajo las sábanas.
Es algo parecido a esa soledad de la que se lamentan las personas bellas, a las que admiramos pero a las que no nos acercamos.
Sí, es importante saber lo que es uno. Mi problema es que en algunas ocasiones se me olvida; y que en otras lo tengo demasiado presente y me vuelvo intransigente.
Un sentido abrazo, Clarisa.
Gracias.
NINO :
ResponderEliminarGlorioso eres en tus palabras.
Nos aburrimos de nosotros tratando de encontrar en el otro lo que no tenemos más..
Lo que vamos perdiendo entre las sábanas
y si tropezamos en el asfalto nos ponemos la curita y seguimos rodando
GLORIOSO comentario
Volviste para continuar con la maravilla que es plasmar lo que queremos en letras
Bienvenido a la magia
de escribir lo que sentimos
En la gloria estoy tras leer tus palabras, GRACIAS.
EliminarQuizá entre lo que perdemos en las sábanas se encuentra también aquello de lo que nos desprendemos para así recomenzar la relación con curiosidad, para ese retomar una cita con la novedad del encuentro o para deleitarnos con una sonrisa que resuena nueva. Quizá el amor tiene bastante de desmemoria, lo mismo que la pasión lo tiene de arrebato.
Gracias por compartir tu magia, Mucha.