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Muchas veces nos obsesionamos con lo efímero del amor, y olvidamos el valor de la amistad. No valoramos los gestos de un amigo, y pensamos que siempre podremos verlo, hablar con él, sonreirle…
Tiendo a descuidar a mis amigos, y, por desgracia, son varios los que ya nunca podrán escuchar mis palabras. Si queréis a alguien, no os lo calléis, ni os avergoncéis por demostrárselo o deis por sentado que lo sabe. Eso incluye a vuestros camaradas y familiares, no sólo a vuestros amantes, por esos ya os desvivís.
¡Apagad el ordenador!
Es viernes por la tarde, llamad a un amigo o simplemente salid a dar una vuelta. Pero no os quedéis esperando a que os llamen. No penséis que para compartir hay tiempo. Las personas somos quebradizas, tenemos la mala costumbre de irnos, y en algunos casos para siempre y sin avisar.
La amistad que sentía hacia Paul Newman, es el catalizador de este breve panegírico que Robert Redford público ayer 2 de octubre en la revista Time. Es un texto corto, de apenas 7 párrafos, que en un principio os iba a traducir. Pero creo que es mejor que cada uno lo lea y lo interiorice, que al traducirlo mentalmente, se acuerde de ese ser querido al que hace tiempo que no llama.
Es más, en caso de que la carta os de algún problema, siempre podéis imprimirla y quedar con algún amigo que os ayude a entenderla.
Pese a su tristeza, el texto desprende una inmensa alegría de vivir, que es lo que yo también busco con este blog.
Aquí os dejo el enlace con An American Icon, confío en que os guste.
¡Salud y suerte!
Nino
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Gracias por tu lectura comentada.