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¡Y es que me meto en cada jardín!

sábado, 13 de diciembre de 2008

Ultimátum a la Tierra




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Todo tiene consecuencias imprevistas.
El lanzamiento por parte del ejército norteamericano el 6 de agosto de 1945 de una bomba atómica sobre Hiroshima provocó la muerte directa a más de 70.000 inocentes, y aceleró el final de una guerra. Todo estaba previsto.
En febrero de 1947, se estrena en EE. UU. The Beginning or The End, película de Norman Taurog que inicia el género catastrofista nuclear, a la vez que refleja la psicosis que invadía a un mundo dividido por un telón de acero inexistente, el cual posibilita el renacimiento de la figura de el enemigo invisible; como antes lo habían hecho las obras que denunciaban al enemigo interior prosélito del eje Fascista, o en su momento el voraz Fu Manchú, que encarnaba a la amenaza amarilla.
El pánico invadió un Occidente amordazado por el silencio del miedo, y el temor a la delación por actividades pro comunistas asoló la sociedad, y por ende el Arte. Aun hoy en día nos es imposible establecer las víctimas de esta autocensura y represión practicada por gobiernos ¿democráticos?.
¡Y todo empezó por un átomo!
Este viernes, se ha estrenado en España la superproducción Ultimátum a la Tierra, dirigida por Scott Derrickson, y que cuenta con Keanu Reeves, Jennifer Connelly, Jon Hamm, Kathy Bates y Jaden Smith en sus papeles principales. Aunque defiendo que cualquier película en la que aparezca Connelly tiene más espectacularidad que un día de agosto soleado, no iré a verla al cine. El efecto Reeves produce una polarización de mi interés cinéfilo en dirección opuesta a su presencia. Tengo poco tiempo y muchas ganas de disfrutarlo como para arriesgarme a aburrirme cuando busco divertirme.
¡Gran invento el dvd!
Este estreno ultimero, versionea una película de 1951, The Day the Earth Stood Still; que a su vez adaptaba el relato de Harry Bates, Farewell to the Master. La produción de Robert Wise se encuentra disponible en edición bastante aceptable en nuestro país, y os aconsejo su visionado.
¡Gran invento el dvd, repito!
Entre mis planes para un futuro tranquilo, está el publicar una guía trimestral sobre géneros cinematográficos, y un listado de películas representativas —mis planes para el / los blog/s van en aumento, no interpretéis mi silencio como desgana—. El cine de Ciencia Ficción de los 50, en el que a voz de pronto destacaría las películas de Jack Arnold y la saga del doctor Quatermass, sería uno de los primeros a analizar.
1951fue un gran año para el género de “marcianos”. Producciones como La cosa o Cuando los mundos chocan, destacan tanto por su calidad como por incidir en la sensación de que los avances en la investigación espacial no garantizaban la seguridad en casa. Los comunistas, los masones o cualquier amenaza en la sombra eran un ejemplo de la alienación terrestre. Después de todo, Marte es el planeta rojo, y los hijos del padrecito Stalin hacían del bermellón su color.
Lo que diferencia a Ultimátum a la tierra de sus coetáneas es que estamos ante una de las pocas películas sobre marcianos que contó con un presupuesto elevado. Lo que explica la presencia de un realizador respetado por la Industria, Robert Wise —antaño montador del Ciudadano Kane de Orson Welles—, o del titánico compositor Bernard Hermann —de la versión radiofónica de La guerra de los mundos a Taxi Driver, pasando por Vértigo o Psicosis— cuya magnífica partitura subraya el estado de ansiedad que invade al Mundo.
Esta simbiosis entre cuidado diseño de producción y trabajo de grandes creadores, resulta en una gran obra. Algo que la presencia del dinero no siempre garantiza. Su historia, casi bíblica —un salvador, que resucita de la muerte y preconiza la necesidad de arrepentirse de los pecados— guarda un mensaje sensato y valioso, que busca calmar a un público presa de la paranoia gubernamental.
Ya en los títulos de crédito, en los que se ve el aterrizaje desde la perspectiva del ovni, se busca que el espectador se identifique con los Visitantes. La sensación de angustia vital, y su uso sensacionalista por los medios de comunicación, es lograda mediante un rítmico uso del intercalado de primeros planos de ciudadanos que otean el cielo, con titulares y cabeceras informativas.
No hay mejor defensa que un buen ataque, aunque sea preventivo y basado en lo infundado. No hablo de la guerra de Irak, si no de la comitiva que se concentra a dar la bienvenida al extraño: tanques, cañones, metralletas saludan a un inocente marciano antropomórfico, educado y pacifista. El mesías superará la ignorancia y agresividad con la que se lo recibe.
Resuelve situaciones apuradas —como interrumpir el tráfico de electricidad planetaria— sin inmutarse. Como mucho consulta su reloj de pulsera, quizás temeroso de que lleguen las 5 y se le olvide tomar el té.
Este salvador alienígena, Klaatu, viene acompañado de un juggernaut robótico que en caso de que al marciano le pase algo arrasará la Tierra con su poder atómico —todo tiene consecuencias imprevistas, ¿recuerdan?—.
También aparece la figura de María Magdalena, en este caso una pecadora, Helen, madre de un niño plomizo, cuya penitencia es quedarse con el petardo de su novio mientras su corazón viaja al espacio exterior con el “exótico”.
La película acaba de forma positiva: el mesías trasmite un mensaje de esperanza en el futuro si el hombre es capaz de dejar de ser lobo para el hombre. Junto al cíclope cibernético se sube a su nave… Y la Tierra ya sabe lo que tiene que hacer: Paz, amor y risas.
Bueno, creo que eso es lo que significan las tres palabras —Klaatu, Barada, Nikto— que despiden al marciano.
Y ahora, ¡Vigilad los cielos! —Sí, vale. Esta frase es de otra cosa, pero me apetecía escribirla
A seguir bien.
©Niŋo Ortea Gijón, 13-XII-08

5 comentarios:

  1. Hola, Nino

    Soy de los que esperan con expectación tus análisis sobre géneros cinematográficos. Aún me acuerdo de aquél trabajo que escribiste en Filología para Literatura del Siglo XX. Era muy detallado y ameno, pese a ser un trabajo universitario. De hecho, Socorro lo utilizó durante un tiempo para sus clases.
    ¿Por qué no lo recuperas?

    Un abrazo

    Ricardo

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  2. el hombre enmascarado14 de diciembre de 2008, 11:35

    Recuerdo ver la original en un estupendo ciclo que echaban en el Hollywood entre semana (no solo iba a ver las pelis S como tu) y que me permitiò recuperar multitud de clàsicos a los que no se podìa acceder en video, me pareciò estupenda, pero.....en la nueva , por mucho que intenten hacer del Keanu esi una figura mesiànica, no lo acabo de ver(tien cara bobu).
    Sospecho que me va a rechinar en esta, igual que me rechino en la estupenda a su pesar,Matrix (solo la I).
    Un saludu >Pumares........

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  3. El ejemplo mas claro de actores,destrozapeliculas, sin lugar a dudas, "calles de fuego",una de las mejores peliculas de los ochenta¿?, destrozada por un ¿heroe?,al que apetecia entrar en la pantalla y ayudar a los malos a partirle la cara a hostias.(impagable Diane Lane atada a la cama)

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  4. Ninooooolllllllll? Me gusta el cine de ciencia ficción, y en concreto aquel que nos advierte de los peligros externos. Soy admirador del cine de los 50 y en concreto de este género. No me olvido de " Los invasores de marte " La invasión de los ultracuerpos"," El hombre del planeta x", " Came from oute space",... Y coincido contigo en el actor principal : no me inspira confianza. Considero mejopres aquellas películas , aunque tuvieran menos presupuesto. Cuídate y al ATAQUEL!

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  5. Muy buenas, Gus:

    sí, somos de esos raros a los que nos gusta el cine clásico; por cierto: ya he copiado Duelo al sol. ¡Gracias! ¡Sigue coleccionando las pelis del Mundo, que yo las copio!

    Me encanta el cine de Ciencia Ficción, al igual que todo lo relacionado con lo fantástico. quizás en nuetro cruce ditorial de febrero, en vez de intercambiar "seriales" podríamos publicar algo sobre el mismo género o película, ya lo hablamos.

    Esta versión ha sido número uno de taquilla, pero con una recaudación muy floja. Por alguna razón, reeves ha triunfado con papeles cercanos a lo espiritual (salvo Speed) A mí, me daja muy frío.
    El sábado, tomando el café habitual, se nos unirá mi capricho. Comeremos fuera y se unirá a nuestra tertulia misógina.
    Probina.

    cuídate

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Gracias por tu lectura comentada.

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