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Hola a todos:
Se acerca el fin de año. Período propicio a reflexionar sobre lo andado y planear nuevas caminatas.
Enero es un lapso lleno de propósitos de enmienda y dolor de los pecados: dejar de fumar, apuntarse a un gimnasio, aprender inglés,… “Mamá, esta evaluación me voy a esforzar”… “No volveré a llamarla”… “En cuanto pasen las fiestas, lo hablo con él”…
Pero, por desgracia, huyendo del frío, nos solemos dejar olvidados nuestros propósitos de cambio para enero.
El mes de septiembre también es un momento en el que planeamos aligerar nuestro bestiario y avivar nuestro devocionario; aunque, quizás por que el mañana no existe —o por que es recomendable tener planes por desarrollar cuando nos jubilemos—, lo normal es que, ya en octubre, sigamos adorando a borregas de oro y esculpamos tablas de diez mandamientos a cumplir en cuanto el presente se convierta en pasado.
No sé si os habré comentado alguna vez que cuando Nino era niño, le dio por abrir una radio y ponerse a chupar su corazón: un ¿condensador? que había dentro.
Lo más curioso de todo es que, según me cuentan, yo había estado leyendo un tebeo de El capitán Trueno —en el que se enfrentan a una secta de adoradores de un murciélago (“muciégralo” en ninosko) gigante— antes de ponerme a la ingesta del transistor. ¡Para que luego digan que eso de leer no es malo!
Caricias a mano abierta aparte, ese atracón de voltios tuvo sus consecuencias:
La coña con lo de “muciégralo” pervive hoy en día.
Mi madre procuró no volver a dejar ningún receptor a mi alcance.
Cada vez que comento que voy a cambiar un enchufe, mi padre me pregunta si tengo hambre.
Me encanta cantar, hablar y poner voces… no es que esté poseído ¡es que parezco una radio!
Todo esto viene a cuento de, que mientras escribía el párrafo anterior en el escenario de esta recepción vacía, canturreaba una canción de Sinatra (Forget Domani) donde nos invita a vivir el presente pues el mañana nunca llega. Así que, en lo que puedo, estoy intentando anticiparme a la llegada del año nuevo para acercarme a lo que quiero ser.
Que el destino es una fuerza muy caprichosa es algo que aprendemos de lo vivido; pero, si le ponemos ganas, convertir ciertos vicios en placeres es sólo cuestión de terquedad.
De hecho, mientras me entretengo jugando con el teclado, mi existencia puede haber emprendido una nueva dirección, y yo sin saberlo. No en vano, el doblar una esquina, o llevar un teléfono a la playa, ha tenido en mi vida repercusiones más transcendentales que la más meditada de las decisiones.
Desde hace tres años, las cosas han mutado. Mi medida del tiempo ha cambiado y, la nueva añada vital comienza cuando finaliza mi contrato en el turno de sombras de esta sala de hotel. Mi condición recepcionista condiciona mi percepción del tiempo y la forma de vivirlo, hasta el punto de que el año no comienza con la ingesta de doce uvas, si no con la firma de un finiquito. Es para entonces que sitúo mis propósitos de mejora y cambio.
Centrándome en el blog, mucho ha cambiado desde el 20 de julio en que escribí El porqué de las cosas. Debo reconocer que en mi convalecencia emocional, desarrollar Ven y enloquece ha sido una de las actividades más reconfortantes para mi autoestima.
Por desgracia, la apertura de este blog ha conllevado mi alejamiento de algunas personas. Hubo reacciones que no supe, o no quise, entender. También noté rabietas celosas alternadas con desprecios deslucidos. No faltó la figura del lector que —como ese concurrente a un espectáculo de magia que se desvive en gritar “Eso tiene trampa”, “Aquí hay truco”— se empeñó en intentar desvirtuar el blog a su imagen y semejanza, sin darse cuenta de que su actitud sólo revelaba su carácter ágrafo.
Cada lector es un milagro de comunicación, pero no escribo para nadie en concreto. Ante todo escribo para mí y por mí.
A todos los que han llegado a mi vida o se han alejado de ella; a las que expulsé de mi templo por fariseas o acogí por sinceras; a los que decepcioné, mentí o me decepcionaron y mintieron…
A quien ignoré en mi ceguera, le pido perdón.
A todos, idos o venidos, os deseo lo mejor; pero algunos caminaréis solos por las calles del olvido, o, al menos, lo haréis sin mí.
Os dejo con un fragmento del poema Canto a mí mismo, de Walt Whitman.
Salud y suerte.
Nino Ortea, Gijón, 29-XII-08
Es una reflexión muy profunda, pero al mismo tiempo liviana.
ResponderEliminarMuchas felicidades, Nino.
Desdee Buenos Aires, te mando un beso.
Nino el texto me ha parecido muy expresivo y desde luego, quien no entienda que cuando escribimos lo hacemos para canalizar nuestros sentimientos tiene mucho por descubrir sobre si mismo.
ResponderEliminarMuy bueno lo de “condición ágrafa” y me he reído imaginándote expulsando a las fariseas de tu templo.
Eso sí, lo de la radio y la batería se me escapa.
Ya me has comentado que las imágenes no las preparas, pero vuelves a acertar de pleno con esta del pato que se ve cisne.
Feliz año a ti y a todos los que te importan.
Ricardo
When you walk through a storm,
ResponderEliminarhold your head up high,
and don't be afraid of the dark ;
at the end of a storm there is a golden sky
and the sweet silver song of a lark.
Walk on through the wind,
walk on through the rain,
tho' your dreams be tossed and blown.
Walk on, walk on with hope in your heart,
and you'll never walk alone,
you'll never walk alone.
Walk on, walk on with hope in your heart,
and you'll never walk alone,
you'll never walk alone.
Leaves of Grass...ahora si estamos enloqueciendo bien :-)
ResponderEliminarMe ha encantado esto, no se si hacerlo visible en algun sitio de mi vida:
A todos, idos o venidos, os deseo lo mejor; pero algunos caminaréis solos por las calles del olvido, o, al menos, lo haréis sin mí.
Un abrazo y feliz año nuevo Ninus!
"canturreaba una canción de Sinatra (Forget Domani) donde nos invita a vivir el presente pues el mañana nunca llega"
ResponderEliminarPues no sé por qué me da que vas a tener razón, que tanto pensar en lo que va a pasar, evita que intentemos que pase.
Buena reflexión en general, si señor. Oye, invita al espíritu andante a que te cante el You'll never walk alone a la puera del hotel, jaja.
¡Hola, ZoePé!
ResponderEliminarIrradias felicidad en esa foto. Da gusto verte.
No sé si la reflexión es profunda, y, desde luego, me alegra que la encuentres liviana, que para pesado ya está lo cotidiano.
Ante todo me gustaría ser consecuente con lo que expreso, en mi necesidad de cuidarme y tener cuidado de con quién comparto mi tiempo. Además, ya estoy cansado de quejarme.
Pese a todo, me siento bien, y con ganas de sentirme mejor y compartir mi felicidad (y si llegan, las tristezas) con personas que merecéis la pena.
Desde Gijón yo también te deseo lo mejor.
Salud y suerte.
Hola, Ricardo:
ResponderEliminarGracias por tus palabras.
Sinceramente, creo que el problema de una comunicación indirecta como la que se atreve en un blog tan desvirtuado como el mío es que muchas veces el “lector” puede perderse, aburrirse o simplemente dejar de sentirse interesado por él. Pero, de ahí a creerse el destinatario de mis palabras media una incapacidad tremenda de comprensión lectora o una actitud ególatra. Es como si yo cada vez que alguien grita “feo” me diera la vuelta, acabaría con tortícolis.
Sólo hay una persona a la que, conscientemente, me he dirigido en este blog fuera de los comentarios: la “Betty” destinataria del único texto que he borrado. Ella es la única que me podría pedir explicaciones, pero ahora no tendría sentido.
Lo del templo, es un guiño privado al “Thieves in the temple” de TAFKAP.
Sí, tienes razón lo de citar mi condición de radiófago fue un delirio de soledad.
La Imagen del patito nino es preciosa. Uno de los muchos proyectos que tengo en mente es confeccionar un “humanario” como respuesta a los “bestiarios” medievales. Y, obviamente, el cuento del ninito feo será una de las primeras opciones. Mi intención es hacer algo muy visual, parecido a los cuentos infantiles, así que estoy empezando a acumular imágenes.
Feliz año, amigo.
My beloved friend, Espirituoso:
ResponderEliminar¿Tú escribiendo en inglés? Si se entera el Gelu, ¡se une a los Village People!
Desde luego, valiente panda faltrapas nos dieron clase en el Instituto Jovellanos… valientes inútiles.
No sé si sabrás que el apellido de tu alter ego es “Walker” así que lo de “You’ll never walk alone” suena muy creíble desde tu corazón más grande que el estadio de ¿Anfield?
La verdad es que ya sabes que lo mío no son ni el fútbol ni los vegetales, pero me parece un himno increíble.
Y, ante todo, GRACIAS.
Sé que nunca caminaré sólo, siempre me acompañaréis los amigos en este viaje.
Parece mentira, compañero, casi treinta años desde que empezamos a traducir De Coniuratione Catilinae, y aquí seguimos, locos por incordiar.
Algunos de los que caminaron junto a nosotros ya no están, quizás nos esperen al final del camino, o se estén tomando unas garimbas a nuestra salud. ¡Viva Rusia!
El caso es caminar, aunque a veces lo hagamos en círculos, pero siempre alejándonos de donde no se nos quiere.
¡Salud y suerte!
Hola, Alberto:
ResponderEliminarNo sabes cuánto me alegra el que te hayas acercado a mascar unas hojas de hierba. Aunque por ello nos llamen enloquecidos, compartir sentimientos con extraños es algo tan placentero como el mayor de los delirios.
Siempre me encantó Whitman, es curioso que conserve su carga de maldito y siga siendo un incomprendido. A mí me parece un gran humanista a la vez que un hedonista cautivador.
¿Te ha gustado la frase? Te la regalo. De corazón.
Ojala, como bien dices, seamos capaces de hacerla visible con hechos en nuestra vida, dándole un sonoro corte de manga a los miserables.
Llegó el momento de pasar de las palabras a los hechos.
Atrevámonos a decir no, a llamar a las cosas por su nombre y a poner en su lugar a quien no tiene sitio en nuestras vidas.
Te deseo la felicidad en todos tus viajes voluntarios, y la tranquilidad en los forzados.
¡Feliz milenio, Albertus!
Muy buenas, Blade:
ResponderEliminarPues sí, probablemente al darle tantas vueltas a las cosas desgastamos nuestras energías. Alejandro Jodorowsky, en su Psicomagia, tiene una teoría muy interesante al respecto. Pero, a estas alturas de la noche, mi aneuronamiento me impide reproducirla. Creo que era en “El maestro y las magas”. Ya te dejo el libro.
Personalmente, como me desgarro entre mi carácter impetuoso y mi condición reflexiva, lo de esperar a mañana me resulta muy difícil. No soy paciente ¡Ni estoy enfermo!
Me presta que te guste la reflexión, que en palabras finas vendría a decir: ¡Harto ya de estar harto, ya me cansé! Y en palabras gruesas se resume en: ¡Estoy hasta el culo de estar hasta el culo de cierta gentuza! ¡Que les den!
El futuro empieza ahora.
¿Invitar al Espirituoso? ¡Que me invite él, que tien más perres! ¡además, luego me echa a mí la culpa de que lo lío y lo llevo por sitios prestosos!
Bueno, fierecilla.
Espero que el año que viene nos permita compartir risas y degeneraciones varias.
¡Cuidado con el arroz con coses!
¡Jar jar jar!
¡Jar jar jar!
¡El viernes voy segar!
¡Ah, un par de cosas:
ResponderEliminarHoy martes, el diario Público se vende junto al libro de García Marquez, “Memoria de mis putas tristes” por 1.5 €. No deja de ser una buena oportunidad para autoregalarte un buen libro.
Mañana martes noche, firmaré dedicatorias de este blog a todas las interesadas que se presenten en la recepción vestidas con una sonrisa.
No dejési pasar la ocasión, enloquecidas, de conocer al ignoto IKongNino.
Que tengáis un buen día.
Chao muciegralo, jeje
ResponderEliminarMe marcho a Venezia!!!
Pero antes quería felicitarte al año y desearte lo mejor, aunque puede que en realidad me pase esta noche por la recepción del hotel, el hotel de Nino, como el hotel de Morrison...
Verte así de contento, seguro, con ganas de crear y planes es algo envidiable, creí que el hotel te apagaría.
A mi siempre se me hace liviano leerte, bueno algunas veces más que otras jaja
Besos
Ninooooolllllll? Y yo que creía que un blog nos ayudaría en nuestra faceta de comunicación y también para estrechar lazos entre nosotros. Celos , malos entendidos, intentar imponer criterios en TU PROPIO BLOG,...¡ Que equivocado estaba! Por mi parte, lo tomo como pensaba y por eso te doy ánimos para continuar.
ResponderEliminarExcelente paso-a-paso, Marcelino, muchas gracias.
ResponderEliminarTe deseo un optimo Nuevo Año!
Ciao, cara Medea
ResponderEliminarImagino que a estas horas ya andarás por las italias, por que lo que es por la recepción de este hotelito no te has pasado.
Gracias por las palabras de ánimo, de momento la cosa va mejor de lo que esperaba, pero, en cualquier momento los viejos fantasmas e inseguridades pueden volver.
¡Feliz año!
Cosquillas
¡Muy buenas, Agustín
ResponderEliminarLa verdad es que me sorprende el que tú también hayas sufrido la incomprensión del lector, pues mientras que éste es un blog disperso, errático e impulsivo, el tuyo es creativo, contenido y comprometido con lo literario.
Pero bueno, siempre nos queda el enfoque de ver nuestros espacios como focos de luz que atraen a los mosquitos. Lo que debemos hacer es cerrarles nuestras ventanas y dejar que se vayan a sobrevolar por otros brillos ajenos.
La verdad es que el tuyo me parece un proyecto muy interesante por tu acertado juego con voces que, sin apenas acotaciones, nos llevan a diferentes estadios de la condición humana.
No faltará quien crea que en mi opinión pesa la amistad; pero, es que sin pasión ni la Vida ni el Arte tienen sentido.
Empieza un año, ya que a lo largo de él me será imposible hacer cotidiano el adiós a la tristeza, confío en poder enterrar la amargura.
Sé que tu amistad volverá a ser un refugio frente a los azotes del desencanto.
Gracias por los ánimos, cuando pueda los regamos con el mejor vino de yorch.
Un abrazo
Muchas gracias, Xurde
ResponderEliminarEspero que las cosas salgan mejor de lo que nos merecemos.
Salud y suerte
Feliz año, Marce!!
ResponderEliminarSi puedo paso por la noche a verte hare lo que se pueda
Muak
Monika