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©Nino Ortea Gijón, 17-XII-08
Hola, amable leyente: En estos próximos meses voy a estar ocupado, nada preocupante pero sí absorbente. No quiero silenciar este blog y que mi ausencia pueda hacer que os preocupéis por mí –efecto indeseado que ha ocurrido en otras ocasiones–; de ahí que haya optado por mantenerlo activo mediante el recurso de recuperar textos publicados a lo largo de sus casi 17 años de existencia o compartir enlaces a contenidos ajenos. ¡Salud y suerte, leyente! ¡Gracias por venir y enloquecer!
Te quedo super bien, bueno los demas tambien estan muy muy chidos pero este esta excelente se ve muy chido. la verdad sin palabras quedo con madre..
ResponderEliminarHola, anónimo.
ResponderEliminarGracias por el comentario.
¿Chido? Ni conocía este adjetivo, pero me lo tomo prestado para La isla de Kong.
Bueno, confió en que todo te marche chido
Salud
Echo de menos la atmosfera que se lograba en las peliculas de serie negra de los 40 y los 50. Aun asi, creo que algunas mas reciendes logran algo de esa atmosfera 8ahora politicamente correcta y sin apenas cigarrillos en pantalla). Algunas como Mulholland Drive o incluso L Confidencial lo logran...Por supuesto ya no hay guionistas como Chandler
ResponderEliminarComparto tu reflexión, Alberto:
ResponderEliminarEn los años 40 y 50, en pleno Maccartysmo y con una política asfixiante por parte de unos estudios que despreciaban a los guionistas, Hollywood realiza no sólo algunas de sus mejores películas, si no que las que pueden ser consideradas sus mejores historias.
Amo el cine de David Lynch, me pierdo en su mundo, pero regreso a él una y otra vez. Mulholland Drive es un vergel de ideas y sugerencias. Me encanta ver a Naomi dormir.
L.a. Confidencial le salió redonda a Hanson, pero La dalia negra le quedó de lo más endeble a De Palma.
Un abrazo.