Gracias Ricardo, David y Sara por indicarme mi error al haber malpuesto Bansky donde debería haber bienescrito Banksy.
A la muestra de mi incultura que demuestra ese malescribir, se une lo imperdonable de desacreditar la autoría a un autor que, a día de hoy, sólo tiene su firma para poder probar su existencia a la hora de ir al banco a cobrar los cheques.
Es curioso, mira que escribo mi nombre mil veces y nunca me equivoco.
Por cierto, al final es más efímero lo digital que lo pintarrajeado, pues ya ha comenzado el borrado internáutico de la intro simpsoniana ideada por Banksy.
Sin pruebas no hay delito, sólo cuantas bancarias adineradas. De los testigos, ya se ocupará el Jehová del olvido.
Mino
