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Un fusil, que representa una esperanza de mejoría para la vida de una familia marroquí, acabará destrozándola y teniendo efectos desoladores sobre un joven matrimonio de turismo por Marruecos, sus hijos en California, su cuidadora y la familia de ésta en Méjico.
La cuarta historia —centrada en un viudo japonés antiguo propietario del arma, y su hija sordomuda— es la que presenta un desarrollo más diferenciado dentro de esta traslación fílmica de La teoría del caos y su conocido Efecto mariposa; pues en este segmento el guionista profundiza más en el efecto destructivo a nivel personal de la falta de comunicación y cariño, y el director aprovecha para buscar el efectismo visual, usando lentes anamórficas que resaltan el contraste entre la fotografía rural de las restantes historias, y la urbana de ésta.
Frente a la deriva globalizadora del dolor y la incomunicación, a diferencia de la manipulación del padecimiento que hacen Estados y Medios de Comunicación, en contra de la injusticia de una sociedad desigual entre iguales… Iñarritu y Arriaga defienden que otro mundo es posible.
Para ello es necesario querer a quien nos quiere, oír a quien nos habla, hablar a quien nos escucha, captar la ternura dicha en una plegaria en lengua extraña. Sólo así lograremos demoler fronteras convertidas en muros de injusticia, aceptar al diferente, superar la muerte de seres queridos o amar en libertad.
Con todo, el filme es deudor de su inspiración y ambientación realista; y mientras que para las dos familias pobladoras de tierras de promisión, estos sucesos tienen un efecto catárquico que les permitirá afrontar un mañana mejor, para las que viven en la otra cara del planeta se desvanece toda posibilidad de un futuro renovado.
Quizás una clara muestra de la injusticia de nuestra sociedad actual, ha sido el aplauso unánime que ha merecido la sobria actuación de Brad Pitt y Kate Blanchett, olvidándose del soberbio desempeño del elenco marroquí, o de una Adriana Barraza, ya presente en Amores perros y ahora insuperable en su papel de niñera mejicana, que en la tristeza de sus ojos refleja el desamparo del Individuo frente a un Estado que le niega su pasado y le arrebata su futuro.
Dura, sólida y bien construida, Babel nos hará disfrutar del buen cine y recapacitar sobre una sociedad indigna.
©Nino Ortea. Gijón, 18/VIII/09
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