Ojalá fuera el otro, y no yo, quien profanara tu silencio con su verborrea.
Me aturdo con palabras para no escucharte, me atraganto con retahílas para no decirte lo que siento.
Ojalá fuera ese otro que nada en el esmeralda de tus ojos cada vez que lo bañas con tu mirada. Quisiera ser él para verte más como persona y menos como mujer. Pero, para mí eres Gea, Eva, Dulcinea… ¡Mi Bilitis!
No puedo evitar añorar el quedarme colgado de tu sonrisa, o el trazar el atlas de tu anatomía ausente. Al soñar que envuelvo tus caderas lejanas, o al embriagarme con el olor vacío de tu piel, me siento el otro.
Ojalá fuera él, y no yo, quien necesita ensordecer sus oidos con distorsiones de la realidad para no recrearse con el eco de tu voz pasada.
Ojalá no necesitara atarme al mástil de la mentira para no buscar puerto en tus brazos de sirena.
Ojalá fuera el Peter que te espera en tu habitación abuardillada, y no el que anida en el olvido de tu nunca jamás.
Ojalá, cuando pude, me hubiera atrevido a ser el otro que ahora envidio ser.
Nino Gijón, 15-X-08
