Frank Miller contraataca.
Muchas voces lamentaron en su momento que Miller no hubiese continuado TDKR en un quinto volumen convertido en quimera tebeística.
El mismo Frank comentó las numerosas ideas que había dejado en el tintero: de haber contado con cien páginas más, habrían acabado apareciendo máquinas de escribir gigantes e incluso Batmito.
Durante quince productivos años, Miller se mantuvo alejado del Dark Knight, lo que aumentó la leyenda sobre su regreso al personaje.
Finalmente, en octubre de 2001, DC anunció, con el bombo y platillo que permite la industria del cómic, la comercialización de la continuación de la serie.
Bastaba ojear la edición de ese mes de Previews, para comprobar el terremoto editorial que supuso el contraataque de Miller.
DC pregonaba el producto en la contraportada y cinco páginas interiores, publicitando también recopilatorios de los trabajos del creador para la editorial, y la comercialización de una estatua basada en diseños de Frank.
Dark Horse y Marvel intentaron aprovechar el tirón milleriano destacando las obras de aquél que atesoraban.
The Dark Knight Strikes Again es una miniserie de tres volúmenes en formato prestigio de 80 páginas cada uno.
Pese su precio (7.95 $) cada una de las entregas, que presentan múltiples portadas, ocupó la primera posición en la lista de obras más solicitadas del mes. Lo cual delata la expectación que despertó el proyecto, y la inteligencia con que éste fue explotado.
Ante tal entrega por parte de aficionados e industria es difícil entender la tardanza del autor en retomar una historia que siempre deseó continuar.
No hace falta ser el mejor detective del mundo para deducir la importancia de Denny O´Neil al respecto. Bueno, tal vez sea más exacto hablar de la importancia de su ausencia.
Pese a que Frank y Denny habían colaborado en Daredevil o Batman, y aunque O´Neil ocupó el puesto de Len Wein como editor de los bat-títulos casi a la vez que TDKR veía la luz (noviembre 1986), Miller esperó al abandonó de aquél de su cargo para desarrollar TDKSA.
A esta coincidencia con su marcha, se une el hecho de que Miller no lo menciona en sus textos sobre TDKR, donde agradece la colaboración de todo aquél vinculado a una obra que Denny firmó como co-editor.
Con todo, es conocida su amistad con Bob Schreck, actual bat-editor y ex marido de Diana Schultz, editora habitual de los trabajos de Miller.
No en vano la firma de Schreck aparece en obras como Sin City o Martha Washington.