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viernes, 15 de agosto de 2008

Catwoman: Ojos de gata 02


Cambio de planes


En el Detective Comics 759 (junio, 2001) comienza el serial de complemento en cuatro entregas , On the Trail of Catwoman. Sus autores (Ed Brubaker, guionista por entonces de la serie Batman, y Darwin Cooke, autor de Batman: Ego) nos presentan al detective Slam Bradley aceptando el caso que le ofrece el alcalde de Gotham: descubrir el paradero de una Kyle, a la que el regidor presume viva.

Ambos firman también las cuatro primeras entregas de la colección, donde la búsqueda de un depredador sexual que asola el East End de Gotham, le servirá a Brubaker para asentar las coordenadas de la serie.

Catwoman conserva su sensualidad y encanto, pero dedicará sus habilidades a la defensa de los desfavorecidos de una forma directa, implicándose en la salvaguarda de su barrio y sus habitantes, y diferenciándose de Batman en que, al contrario que éste, busca ayudar a algunas personas, no proteger a toda una ciudad.

Por otro lado, Brubaker irá progresivamente recuperando personajes y situaciones presentados por Newell en su miniserie, lo que le permitirá presentarnos diferentes reflexiones sobre la condición humana.

En estos primeros episodios reaparece Holly, la pequeña prostituta compañera de Selina. Su importancia irá creciendo, llegando a compartir protagonismo con la felina. Holly encarna a una heroína cotidiana, que debe vencer día a día sus demonios internos (en su caso, su adicción a la droga) a la vez que intenta desarrollar su personalidad y autoestima.
El prestigio Catwoman: El lado oscuro de la calle, recoge estos episodios.
Cooke, entintado por Mike Allred y coloreado por Matt Hollingsworth, desarrolla un estilo que podríamos definir como “art déco oscuro”: combinando influencias que van del dibujo de animación warner más reciente, al Jacques Tardí más clásico.
Cooke, también coloreado por Hollingsworth, despliega en solitario Catwoman: El gran golpe, divertimento donde un impagable Darwin relata la típica historia de delincuentes planean el último delito que les solucione la vida. Este relato trascurre casi simultáneamente a los sucesos recogidos en el serial de Detective Comics.
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Nino Ortea

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