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El párrafo anterior no está extraído de ningún discurso relacionado con los sangrientos acontecimientos del pasado 11 de septiembre; pertenece a un tebeo y lo pronuncia un policía partidario de medidas expeditivas que garanticen la supervivencia de su mundo y la implantación de su orden social en todas las comunidades que habitan en su mismo espacio.
Muchas veces se ha dicho que Gotham es una versión obscura de Nueva York, confiemos en que el ataque a las Torres Gemelas no marque para Manhattan el comienzo de una época aciaga similar a la sufrida por su trasunto tebeístico.
Tras los mayoritariamente estériles episodios anteriores de esta Tierra de nadie que amenazaba con convertirse en baldía, el pasaje Sin ley y un nuevo orden supone la reavivación del interés en la macro-saga, resultado del trabajo eficaz de un guionista –Bob Gale– y un dibujante –Alex Maleev– perfectamente coordinados en cuatro episodios donde palabra e imagen componen un relato interesante. Relato construido sobre las premisas argumentales de la saga, con reflejos del comportamiento humano y de la debilidad de nuestras pautas sociales de conducta.
Dentro de la continuidad de la serie se recogen episodios como el regreso de Batman a una Gotham donde su presencia es necesitada, pero su existencia es negada; o el nacimiento de una nueva Batgirl.
Se describen los estratos sociales que han optado por permanecer en la urbe pese a la orden gubernamental de abandonarla. A la forzada población reclusa de esta devastada cárcel urbana –disminuidos físicos y psíquicos, inmigrantes, ancianos,... – se unen quienes optan por quedarse para velar por los desprotegidos, y los que buscan explotarlos. Mientras los sufridos gothamitas ansían sobrevivir, tanto defensores como explotadores pretender vivir las oportunidades que presenta una tierra salvaje.
Establecer un nuevo orden social donde la legalidad no frene a la justicia (Gordon y sus policías), sacar el máximo provecho de la desgracia ajena (El Pingüino, Scarface,...), disfrutar del nihilismo del caos (Joker) o exorcizar demonios interiores (Batman intentará triunfar donde Bruce Wayne fracasó), son algunas de las motivaciones reflejadas en el relato. El amor filial, la sumisión, la ambición o la territorialidad son sentimientos que nutren a estos móviles.
Este regreso a la época de los reinos de taifas, provoca un cambio que transciende lo social y afecta a lo moral. La adecuación a un nuevo orden cuenta con manifestaciones externas –el uso de pintadas o violencia para marcar el territorio– y consecuencias internas –si comparten tácticas y objetivos, ¿en qué se diferencian los bienhechores de los malhechores? –.
Tierra de nadie anuncia episodios interesantes; la lectura del trabajo de Gale y Maalev al igual que ocurrió con los capítulos iniciales de Grant y Buckingham mantiene vivo nuestro interés en la saga.
Nino Ortea 3-X-2.001.
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