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domingo, 10 de agosto de 2008

Robin Nº 100, La despedida de Chuck Dixon


Robin 100
Guión: Chuck Dixon y Jon Lewis.

Dibujo: Pete Woods, Andrew Pepoy..

DC Cómics.
Todo tiene un final. La inmensa mayoría de las relaciones, afectivas o creativas, guardan una fecha de caducidad.
En algunos casos el vínculo se reduce a una noche, en otros a casi una vida.

 
La unión entre Chuck Dixon y El chico maravilla superó los once años. En ese tiempo a algunos nos ha dado tiempo a casarnos, a separarnos,... a caer y volver a levantarnos más veces de las que nos creíamos capaces.
En este período, al igual que Tim Drake, hemos aprendido que cuando una relación no se basa en el respeto más vale alejarse de ella.
Robin fue presentado en Detective Cómics 38 (abril 1940). Todo parece señalar a Jerry Robinson como padre del personaje –al igual que de otros como El Joker–; aunque el tener Bob Kane registrada la propiedad literaria de las creaciones dificulta el reconocimiento de la progenitura. De 1947 a 1952, Robin fue el titular de la serie Star-Spangled Cómics –desde el episodio 65 (febrero 1947)– donde la presencia de Batman, acompañado de sus enemigos, en la colección fue habitual.

 
Aprovechando el abandono del Petirrojo de la Batcueva, se intentó que El Murciélago volara solo. Pronto quedó clara la necesidad de un Chico Maravilla que con su sonrisa iluminara la tenebrosidad en la que se desenvolvía El Caballero Obscuro. Jasón Todd, sustituto de Dick Grayson como Robin, fue presentado en Batman 368 (febrero 1984). La conjunción entre el rechazo que la nueva encarnación del personaje despertó entre un sector de aficionados, y el desacierto de su trato editorial se tradujeron en su muerte en Batman 428 (diciembre 1988).
A la altura de Detective Cómics 618 (agosto 1990) Tim Drake ya realizaba su periodo de iniciación como Petirrojo.
Es en enero de 1991 cuando Chuck Dixon entra en escena. Los guiones para la miniserie de cinco números Robin constituyen su primer trabajo para DC. Lo que vino después forma parte de la Historia del mundo del Cómic: diferentes ediciones de ejemplares con portadas cambiantes (holográficas, en relieve,...), increíble éxito de ventas, dos nuevas miniseries –Robin II: The Joker’s Wild (cuatro episodios, octubre-diciembre 1991); Robin III: Cry of the Huntress (seis entregas, diciembre 1992-marzo 1993)– y en diciembre de 1993 comienzo de la serie regular.

 
Dixon –por entonces guionista regular de Detective Comics desde el episodio 664, mayo 1992; serie donde presentaba aventuras protagonizadas en exclusiva por Tim Drake (The Dragon, dc 650)– aceptó escribir los doce primeros números de Robin ante la insistencia de Denny O’Neil. En realidad desarrolló la totalidad de los proyectos que llevaron la palabra Robin en su título hasta su marcha de la editorial, 99 episodios de la serie regular y todos los anuales menos el primero. Luego vendría la presencia, desde su génesis, en las colecciones Nightwing –que abandonará en el número 70– y Birds of Prey –hasta el episodio 46–.
Si a esto le sumamos sus trabajos en Batman, Catwoman, Legends of the Dark Knight, o Batman Chronicles; y los prestigios y especiales del personaje por él escritos, no resulta aventurado considerarlo como el creador con más entidad en la trayectoria del Batuniverso en los últimos diez años. En su despedida, que incluye el adiós físico del guionista en forma de taxista de la compañía Dixon, intenta cerrar una serie de subtramas planteadas a lo largo de la serie; y dejar al personaje, y a su cohorte de secundarios, en un momento narrativo que permita a su sustituto Jon Lewis –autor de True Swamp y Ghost Ship– darle un nuevo enfoque a la colección.

 
Todo ello limitado por el hecho de encontrarnos ante una serie basada en el concepto de continuará, y delimitada por las coordenadas creativas de un Universo DC donde Lex Luthor es presidente de los USA. Progresivamente, Dixon había moldeado la figura de Robin, en un intento de alejarlo del papel de mero acompañante de Batman. Para ello se centró en Tim Drake, y en su día a día como adolescente con los mismos problemas que cualquier otro joven: chicas, padres y estudios. A lo que se une la dificultad de llevar una vida normal, cuando a las horas en que tus compañeros combaten su soledad con gatitas que les robarán el corazón, tu gustas de ponerte un pijama para impedir que Catwoman robe un diamantón.
Este planteamiento de héroe adolescente atrapado entre los impulsos de sus hormonas y su tendencia al spantex, se aleja de las pautas marcadas por Lee y Ditko en Spiderman; al presentarnos a un héroe que lo es por decisión propia, no como consecuencia de una amarga experiencia de la infancia, o por asumir que todo gran poder conlleva una gran responsabilidad.

 
Tim puede ser un joven alocado en el amor, o restringido por sus obligaciones familiares; pero es un héroe que desde niño se ha preparado para serlo, llevado por su deseo de hacer el Bien –más que de combatir el Mal, como Batman– y en todo momento sabe discernir entre su alter ego y su identidad. Es precisamente esta capacidad para diferenciar entre Robin y Tim, lo que lo acabará alejando de un Bruce Wayne convertido en disfraz de Batman.
Al final, Tim Drake consciente de que su realidad económica lo obligará a reorientar su forma de combatir el crimen, y de que su enfrentamiento con Wayne lo aleja de la sombra protectora del Murciélago, decide mantenerse firme en su lucha por el bien común. En su empeño, contará con la ayuda de su actual novia, Spoiler –presentada en Detective Cómics 647– y de todo un entorno afectivo que puede ocasionalmente lastrarlo como héroe, pero lo impulsa como persona.

 
La marcha de Dixon a la editorial Crossgen, nos deja huérfanos de sus bat-relatos. Otros vendrán y ocuparán su función creativa, pero no por ello el recuerdo de la obra de Chuck pasará a anidar donde habite el olvido. Marzo de 2002 ha sido un mes ingrato, Robin no fue el único que vio truncados sus sueños por realidades ajenas.

Nino Ortea. 30-IV-2.002.

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