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domingo, 24 de agosto de 2008

Sin City: Más letal es la mujer 03

Con las mujeres no hay manera




Violentas, provocativas, adorables, vengativas, desesperadas, manipuladoras, locas, misteriosas. Las mujeres mostradas por Miller explican que el masoquismo sea una fantasía sexual masculina.

Escasas de ropa, sobradas de maldad, falsamente sumisas, claramente dominadoras, los personajes femeninos son tan variados como los masculinos, los cuales desarrollan una vida monótona hasta que una fémina de la más deslumbrante especie se cruza en su vida arrojándolos a los abismos de la pasión.

Al ser el cómic un arte tan dotado para los excesos sus damas atraen como el imán más potente, dañan como un cristal abandonado en la playa, matan como el veneno más letal. Dolorosamente hermosas, al contrario que La Sombra, no necesitan poderes paranormales para nublar la mente del hombre.
Les basta una mirada para convertir al valiente en borrego, al ateo en creyente.
Los personajes femeninos se adecuan a los masculinos, pero con las ideas más claras que éstos. Se hacen pronto familiares al estar muy bien descritas por sus acciones.
Creaciones como Elektra, o Selina Kyle ya eran una clara muestra de su peculiar idea sobre las damas.
La Historia, las leyendas y nuestras torturadas existencias rebosan mujeres cuya única función en la vida es traer males para el cuerpo y tormentos para la mente del hombre.
A Pandora y su femenina curiosidad debemos la propagación de los males por el mundo; a Eva y su mujeril seducción adeudamos la expulsión del Edén y tener que trabajar para ganarnos el pan. ¿Os suenan Dalila, Salomé, Jezabel,...?.

Es en su retrato de esas mozas que hacen aflorar tus más secretas estancias del alma, donde la narración de Miller se muestra más cercana; lo que la vuelve más creíble es su alejamiento de la misoginia. Sus mujeres no son dañinas, sus hombres son los pardillos.

Por amor a Goldie.
Tengo enfrente a una diosa. Me dice que me quiere. No malgastaré más tiempo pensando en mi suerte”.

Sin City se presenta como un típico enigma policiaco. Un tipo duro tras un resacoso despertar descubre que la desconocida con la que compartió colchón fue asesinada, iniciando la búsqueda del culpable.
En realidad, cuenta la emotiva historia de un amor obsesivo, que se convierte en expiación de la sangrienta existencia de Marv. Éste, sabiendo que Goldie lo usó como escudo frente al peligro, no puede evitar adorar a una diosa que le ungió en su gracia.
Tal es su soledad que unos minutos de placer justifican una vida. El precio por adorar a su deidad es la muerte, prestándose gustoso, cual Leónidas, al sacrificio heroico
Goldie es esa mujer que sabiendo que te está utilizando, su cercanía te hace dichoso.
Ese masoquismo de: “Sí, puede que me haga daño, pero me envidiáis porque me daña a mí”, no nos es ajeno.
¿Quién no ha enfermado por una persona de la que todo salvo su nombre y aroma le es desconocido?

El encuentro con Wendy, clónica hermana de aquella, quien lo bendice con un piadoso conocimiento carnal antes de su ejecución, habla de las mujeres en las que buscas deseo y hallas piedad.

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